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Click here to see this document in English. Puerto Rico Perfil: Luis Muñoz Rivera9 de febrero de 2001 Cien años atrás, en 1901, se fundó un periódico bilingue llamado Puerto Rican Herald. Con circulación en Nueva York y Washington, su propósito era educar a los norteamericanos sobre la situación política y económica de Puerto Rico. El fundador del periódico fue Luis Muñoz Rivera: poeta, periodista, y padre del futuro Gobernador Luis Muñoz Marín, el hombre que pasaría a convertirse en la figura más influyente en Puerto Rico en el siglo XX. Sin embargo, al comienzo del siglo era el padre, no el hijo, quien se consideraba el "líder máximo" en la isla. Fue el arquitecto de la autonomía puertorriqueña bajo el régimen español y jugó un papel determinante en la obtención de la ciudadanía norteamericana y otros derechos para Puerto Rico bajo la Ley Jones de 1917. De hecho, durante una carrera espectacular que se vio interrumpida por su muerte en 1916, Luis Muñoz Rivera se encontraba entre un grupo de líderes y pensadores que fueron quienes canalizaron a Puerto Rico a lo largo de la época más turbulenta en su historia. Muñoz Rivera nació en Barranquitas, Puerto Rico, el 17 de julio de 1859. Asistió a una escuela privada local y luego trabajó en la tienda de su padre. Pero ese pequeño pueblo en el corazón de Puerto Rico no pudo retener a Muñoz Rivera por mucho tiempo. Frustrado ante la situación política y social en su isla de origen, sometida al régimen español durante casi cuatro siglos, dejó Barranquitas para comenzar una búsqueda vitalicia de igualdad para Puerto Rico. El historiador Arturo Morales Carrión llamó a Muñoz Rivera "una mente brillante y realista, auto-didacta, una pluma tajante y una figura imponente y carismática". Todavía joven se convirtió en una voz muy importante en Puerto Rico como periodista y política. En 1887 fue uno de los fundadores del Partido Autonomista que buscó la creación de un gobierno independiente en Puerto Rico dentro del sistema colonial español. En 1890 fundó La Democracia, un periódico dedicado a la presentación de los objetivos autonomistas. Muñoz Rivera partió de Puerto Rico en 1893 para ir a estudiar en España, donde se compenetró con la política española. Cuando regresó a la isla, ayudó a sus aliados en Puerto Rico a redactar el Plan de Ponce, un documento en que se exhigía autonomía política y administrativa para la isla. Después de sus viajes por España, Muñoz Rivera se percató que era necesario contar con apoyo en Madrid para poder dar curso a la causa de Autonomía. Por lo tanto, volvió a viajar a España en 1895 y finalmente convenció al líder de Partido Liberal Español, Práxedes Mateo Sagasta, a que firmar un acuerdo con los autonomistas puertorriqueños. Otros políticos en Puerto Rico pusieron en duda la voluntad de Muñoz Rivera de aliarse con el poder colonial, pero la estrategia resultó efectiva un par de años más tarde. Sagasta pasó a convertirse en el Primer Ministro de España después que un terrorista asesinó a su predecesor, Antonio Cánovas del Castillo y el 28 de noviembre de 1897, Sagasta autorió la Carta Autonomista para Puerto Rico. Bajo los términos de la Carta, el pueblo de Puerto Rico obtenía el derecho a autogobernarse. Ese gobierno finalmente se convocó el 17 de julio de 1898, el día en que Luis Muñoz Rivera cumplió 39 años y pasó a convertirse en el nuevo Secretario de Estado y Jefe de Gabinete. Sólo ocho días después, una fuerza expedicionaria de los Estados Unidos invadió la isla poniendo fin al régimen español y la autonomía en Puerto Rico. Muñoz Rivera no se desalentó sino que volcó toda su energía a influenciar a los nuevos líderes coloniales. En 1899, mientras Puerto Rico permanecía bajo ocupación militar de los Estados Unidos, fundó el periódico llamado El Territorio. Este medio dio voz a los terratenientes puertorriqueños que no podía exportar su producción debido a un bloqueo comercial impuesto por los Estados Unidos. En 1900 el Congreso de los Estados Unidos aprobó la Ley Foraker que revirtió gobierno civil a Puerto Rico pero bajo condiciones que no resultaron satisfactorias para los puertorriqueños. Muñoz Rivera, junto con muchos otros líderes políticos en la isla, solicitaron un plesbicito con el endoso del Congreso para permitir al pueblo puertorriqueño decidir entre tres opciones: estadidad, independencia o autogobierno. La Ley Foraker no permitía ninguna de esas tres opciones sino que estableció un gobierno con el poder concentrado en las manos de un Gobernador designado por el Presidente y un Consejo Ejecutivo que comprendía mayormente de norteamericanos viviendo en Estados Unidos. Lo que la ley sí permitió fue la elección a nivel local de una Cámara de Delegados y un Comisionado Residente que habría de tener voz, pero no voto, en el Congreso de los Estados Unidos. Muñoz Rivera habría de pasar los últimos 10 años de su vida valiéndose de estas posiciones electas para expandir los derechos de los puertorriqueños. Primero se mudó a los Estados Unidos, igual que una década antes se había trasladado a España. Desde su sede en Nueva York, y en las páginas del Puerto Rican Herald, Muñoz Rivera abogó en contra de la Ley Foraker y escribió cartas abiertas al Presidente McKinley sobre la desatinada naturaleza de la política norteamericana en Puerto Rico. En 1904 Muños Rivera regresó a Puerto Rico y ayudó a fundar el Partido Unionista, que habría de dominar la política puertorriqueña durante los próximos 20 años. Fue electo a la Cámara de Delegados en 1906 y ganó la re-elección para ese escaño dos veces más. En 1910 Muñoz Rivera fue electo Comisionado Residente de Puerto Rico y abandonó la Cámara de Delegados, así como su isla de origen, para asumir el puesto en Washington el 4 de marzo de 1911. Durante los próximos años habría de luchar arduamente para lograr la revocación de la Ley Foraker, que en ese entonces continuaba siendo la base del régimen norteamericano en Puerto Rico. Por último el 23 de mayo de 1916, apenas cinco años después que Muñoz Rivera asumió la posición de Comisionado Residente, la Cámara de Representantes de los Estados Unidos aprobó lo que se conocería como la Ley Jones. Esta ley impusó varios cambios muy importantes en el estatus político y los derechos de los puertorriqueños. Otorgó ciudadanía norteamericana a los puertorriqueño y creó un sistema bicameral, mediante elección popular, en la legislatura de San Juan. La firma de la Ley Jones fue un momento de mayor importancia en la historia política de Puerto Rico y tuvo lugar el 2 de marzo de 1917. Muñoz Rivera, tal vez la persona más influyente para que la Ley Jones se convirtiera en una realidad, no vivió lo suficiente para ver el resultado de su obra. El escritor, político e infatigable defensor de los derechos del pueblo puertorriqueño había muerto de cáncer unos cuatro meses antes. Durante el curso de una carrera política que duró menos de 30 años, Luis Muñoz Rivera logró cambios fundamentales para Puerto Rico bajo dos distintos gobiernos coloniales. Su liderazgo en la isla, su capacidad como negociador, y su comprensión del poder de los medios de comunicación lo convirtieron en una defensor de vital importancia para Puerto Rico durante una época de gran incertidumbre y turbulencia.
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