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Perfil de Puerto Rico: Juan Gonzalez

13 de abril de 2001
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"Mi perspectiva es la de un latino que está cansado de escuchar nuestra historia desde un sólo punto de vista, sin la pasión ni el dolor, de los llamados expertos que no la han vivido", escribe Juan Gonzales en Harvest of Empire: The History of Latinos in America (Viking, 2000). Gonzalez, un columnista del New York Daily News, ha pasado mas de 30 años trabajando como escritor y activista, comprometido a relatar su propia historia y la de los latinos en los

Estados Unidos, con la pasión y conocimiento que le confiere la experiencia directa. En el proceso, se ha convertido en una influyente voz de la comunidad puertorriqueña en Nueva York.

Juan Gonzalez nació en Ponce, Puerto Rico en 1947. Su padre, Pepe, creció en los arrabales de Ponce y sirvió en el Regimiento 65 de Infantería de Puerto Rico en Africa del Norte, Francia y Alemania durante la Segunda Guerra Mundial. Cuando regresó de la guerra se casó con Florinda, una joven cuya madre había muerto al darle a luz y su padre había partido hacia la República Dominicana y nunca regresó. En 1948 se mudaron a Nueva York con su pequeño hijo. Pepe fue a reunirse con su hermano Tomás que había salido de Puerto Rico junto con la ola de inmigrantes después de la guerra en 1946.

La familia Gonzalez vivió en El Barrio, el vecindario puertorriqueño en East Harlem. Sin embargo, la composición étnica del área no era homogénea y la familia gozaba de constante contacto, aunque no siempre amistoso, con sus vecinos italianos e irlandeses. Pepe Gonzalez trabajó primero lavando platos en el club nocturno Copacabana, luego pasó asumir posiciones sindicadas mucho mejores. Para mediados de la década de los años 50, la familia se mudó del departamento en que sólo tenían agua fría a uno fuera de East Harlem en un complejo de iviendas públicas en otra sección de la ciudad de Nueva York.

Juan Gonzales no aprendió inglés hasta que entró a la escuela donde tuvo que hacer frente a un política de asimilación cultural y linguistica para poder sobrevivir. Todavía recuerda a una maestra que le dijo: "Tu nombre no es Juan, en este país es John. Puedo llamarte John?" Más aún, recuerda el dilema de otros niños que no podían aprender el inglés con rapidez. "Nunca olvidaré el terror que sufrían esos niños al encontrarse en un país donde no entendían lo que pasaba en la escuela mientra se esforzaban, de alguna forma, por aprender las materias".

Esa experiencia tornó a Gonzalez en un decidido promotor de programas educativos que ayuden a los niños de habla hispana a entrar a los ambientes educativos en los que se habla inglés. También ha sugerido que todos los niños en regiones con numerosas poblaciones de hispanos deben aprender español E inglés para poder asi escapar de los arrabales monolinguísticos.

A pesara de los desafíos iniciales aprendiendo el inglés, Juan Gonzalez sobresalió en sus estudios y, a la larga, pasó a ingresar a Columbia College. Mientras se encontraba en esa prestigiosa universidad se vió influenciado por el movimiento de Derechos Civiles y en contra de la guerra de Vietnam que se encontraban en todo su apogeo en los ambientes universitarios y el país a mediados y fines de la década de los años 60. Participó activamente en las manifestaciones de los estudiantes que llevaron al cierre del recinto universitario de Columbia en la primavera de 1968.

En la cúspide de esa era de protestas, Gonzalez ayudó a fundar los Young Lords, un grupo de activistas puertorriqueños inspirados por la agenda de extrema izquierda de las Panteras Negras. Después que se deshizo el grupo de los Young Lords en la década de los años 70, pasó a desempeñarse como Presidente de Congreso Nacional para los Derechos de los Puertorriqueños, una organización fundada en 1981 con una agenda más moderada de registro de votantes y abogacía cívica.

Además de su trabajo como activista entre la comunidad puertorriqueña en Nueva York, Gonzalez se ha desempeñado en una exitosa carrera periodística. Ganador del premio de periodismo George Polk en 1998, así como el premio vitalicio de la Academia Hispana de las Artes y Ciencias en los Medios de Comunicación, ha trabajado como columista diario para el Daily News desde 1988. "Cuando comencé a trabajar como columnista hace 12 años, sólo había un otro columnista latino en el periódico y ambos hemos sido los únicos en cualquiera de los principales periódicos del país en los últimos 20 años", comentó durante una aparición en el Newseum de Nueva York el año pasado. "Ahora ya hay un número de columnista latinos".

"Hay muchos latinos que vienen a los Estados Unidos y sus números siguen aumentando a niveles tan acelerados que es inevitable que hasta los gerentes de noticias más obtusos a la larga reconozcan que para crecer en los mercados urbanos tienen que cambiar la manera en que operan", dijo. "A la larga han incluso puesto a latinos en posiciones de toma de decisiones y han comenzado a contratar más latinos".

Durante su carrera periodística, Gonzalez ha sido un asiduo crítico de quienes toman decisiones y formulan opiniones que ignoran o distorcionan los asuntos relacionados con los puertorriqueños y otros latinos. "Estoy perpetuamente avismado ante la falta de conocimiento básico que tiene la mayoría de los norteamericanos sobre Puerto Rico", comentó el año pasado en declaraciones al The Progressive. "Incluso al punto que muchos no sabe si los puertorriqueños son extranjeros o norteamericanos".

En un esfuerzo por esclarecer esos malentendidos, Gonzalez pasó ocho años investigando y escribiendo Harvest of Empire: The History of Latinos in America. El libro es un recuento de factores históricos que sere montan a cinco siglos y afectan algunos de los temas más importantes, desde la inmigración ilegal a comercio libre y el estatus político de Puerto Rico

"La latinización de Estados Unidos no comenzó con Ricky Martin", dijo Gonzalez al Dallas Morning News.

Harvest of Empire ha sido designado por el New York Times como una "contribución seria y significativa para entender quiénes son los hispanos en los Estados Unidos y de dónde vienen". Otro crítico proclamó que Harvest of Empire "debe ser lectura compulsoria en todos los cursos de historia de las escuelas superiores, así como nuestras universidades".

Tal como sugiere su título, el libro de Gonzalez examina la expansión política y económica de los Estados Unidos durante los últimos 200 años, incluyendo una crítica de las políticas del país
hacia América Latina. Sin embargo, considera la "cosecha" de esas políticas, mayormente la masiva llegada de hispanos a los Estados Unidos, como una fuerza positiva para la nación.

"Profundos cambios en la composición étnica del país no deben menoscabar sus profundas creencias", escribe. "Tal como la abolición de la esclavitud marcó un nuevo comienzo, una oportunidad para lograr que la democracia fuera más universal, de igual forma puede una política que abarque todas las masas latinoamericanas con las cuales la historia de los Estados Unidos ha estado siempre tan estrechamente vinculada".

En medio de sus argumentos sobre "las masas latinoamericanas", Gonzalez no olvida su Puerto Rico de origen. "El Congreso debe llamar inmediatamente a un plebiscito que sea determinante sobre el estatus permamente de Puerto Rico", concluye. "Sólo a mediante una genuina descolonización puede terminar el limbo de ciudadanos de segunda clase que ha sido la experiencia de los puertorriqueños".

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