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Las Víctimas

Frankie Serrano: Cualquier cosa para el perro… Alexis Leduc: Un padre natural… Sargento de Primera Clase José Orlando Calderón: era un caballero


Frankie Serrano: Cualquier cosa para el perro

14 de diciembre de 2001
Copyright © 2001
THE NEW YORK TIMES. Todos los derechos reservados.

Cuando Frankie Serrano salía de compras para "Dino" no escatimaba costo. "Dino está totalmente malcriado",comentó la novia de Serrano, Kristen Gasiorowski. "No pueden imaginarse todos los juguetes que le compró. Igual que si fuera un niño". Dino es un perro,un mastiff Neopolitano de un año que pesa 109 libras y duerme en una cama para perros tamaño King.

El Sr.Serrano, técnico de telecomunicaciones en Genuity, una red de proveedores de servicio, vivía en Elizabeth,N.J., con su madre y hermana Angie. Los tres iban a viajar a Puerto Rico el 14 de septiembre a visitar sus parientes, pero el Sr. Serrano iba a regresar el 23 de septiembre para pasar el día de su cumpleaños de 25 años con la Srta. Gasiorowski.

Su deporte favorito era "bowling": pertenecía a cuatro ligas en Roselle, N.J. Le gustaba la música de los años 50 y 60, era fanático de los Mets y los Giants, prefería comer en McDonald y sólo vestía ropa de Ralph Lauren. "No se ponía nada más", dice la Srta. Gasiorowski, que ahora cuida de Dino.  "Era una locura cara". 

Le tomaba al Sr. Serrano cerca de media hora y cuatro elevadores  ir desde el sótano del #1 World Trade Center hasta su oficina, sin ventanas, en el piso 110. "Eramos los inquilinos más altos las 24 horas del día", dice su Supervisor, Joseph Conti.  "Estábamos ahí 365 días del año".


Alexis Leduc: Un padre natural

16 de diciembre de 2001
Copyright © 2001
THE NEW YORK TIMES. Todos los derechos reservados.

Hay personas que nacen para ser padres.  Alexis Leduc, un supervisor de mantenimiento para la compañía Franklin Templeton en el piso 97 del #2 World Trade Center, era una de esas personas.  El y su esposa Isa tuvieron cuatro hijos: Adolfo de 23 años, Cindy de 21 años, Elvis de 21 años y Alexia de 10 años.

También eran los niños del vecindario en el Bronx "hijos" del Sr. Leduc, de 45 años.   Eddie y Freddie Perez en la acera de enfrente tenían buenos padres, pero a veces, cuando eran más jóvenes les resultaba más fácil conversar con alguien fuera de la familia.  Tambien había otro Elvis, de 21 años.  Elvis Castillo tenía una buena madre, pero se metió en problemas y terminó en la cárcel. Cuando lo pusieron en libertad pidió vivir con la familia Leduc.  No tenía hermanos, su madre trabajaba todo el día y era amigo de los hijos de Leduc cuyas edades coincidían con la suya.  El Sr. Leduc llegó a un acuerdo con  él: Elvis podía quedarse con ellos si encontraba un trabajo y buscaba superarse.  Encontró un trabajo y lleva desde entonces viviendo con la familia. 

La otra pasión del Sr. Leduc era afin con su naturaleza de padre.  Coleccionaba juguetes. "En la Navidad era como un niño grande", dice la Sra. Leduc.  Se crió en la pobreza en Puerto Rico y nunca tuvo muchos juguetes.  Cuand murió dejó 100 figuras de Spawn, 500 juguetes de McDonald’s, 500 carros antiguos de juguete y miles de tarjetas de beisbol. 


Sargento de Primera Clase José Orlando Calderón: era un caballero

por DEANNA BELLANDI

14 de diciembre de 2001
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El Sargento de Primera Clase del Ejército tenía la esperanza de retirarse del ejército el año entrante después de 20 años de servicio, un trabajo que a menudo lo hacía ausentarse de su hogar.  "No me gusta quedarme sola", dice su esposa, Gloria Calderón.

Original de Puerto Rico, Calderón, de 44 años, ocupó su posición en el Pentágono en la oficina del Sub-Director de Personal durante casi dos años.  Fue una de las 125 personas que perdieron sus vidas en el Pentágono el 11 de septiembre. 

Gloria Calderón conoció a su esposo a través de amistades cuando vivía en Alemania. 

"Era todo un caballero", dice.  También lo consideraba muy buen mozo.  Se casaron en 1991, poco después de conocerse y tres días antes de él partir en servicio hacia el Golfo Persa. 

Gloria Calderón  vive en Alexandria, Virginia, con sus hijos, Vanesa de 10 años y José de tres años.  "Nos resulta muy difícil entender todo lo que ha sucedido", dice. 

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