En la última edición del Herald, en la columna "Ultima hora desde Washington", se informó que Acevedo Vilá había enfrentado dificultades consiguiendo que el Comité de Recursos de la Cámara de Representantes aceptara una resolución aprobando el actual acuerdo de gobierno del Estado Libre Asociado. El Presidente del Comité, James Hansen, evitó que la propuesta se continuara considerando. La mayoría de los miembros del Comité, especialmente los miembros que participaron en la sesión 105 del Congreso, ya conocen el proceso que se desató en 1998 en torno a la debatida HR 856, también conocida como "Young Bill". Ese proyecto de ley pretendió proveer una definición, aprobada por el Congreso, de las distintas alternativas de status político en Puerto Rico para incluirlas en un propuesto plebiscito en la isla. No obstante, a los miembros del Comité les resultó imposible obtener de los promotores del Estado Libre Asociado una definición exacta de lo que ese status significa para ellos. Los que presentaron testimonio ante el Comité, incluyendo al Sr. Acevedo Vilá, (en ese entonces un funcionario oficial del Partido Popular Democrático) se refirieron mayormente sobre lo que el Estado Libre Asociado no es, o lo que ellos desearían que fuera.
Esta y otras medidas del actual gobierno en Puerto Rico que apoya el Estado Libre Asociado son parte del esfuerzo por decorar la torta de celebración de 50 años de auto gobierno bajo una Constitución, aprobada por el Congreso de los Estados Unidos y por una preponderante mayoría del electorado puertorriqueño el 25 de julio de 1952. La ambiguedad en la relación del gobierno con los Estados Unidos se suscitó inmediatamente cuando se designó un nombre en inglés y otro en español. El término en inglés "Commonwealth" no existe como status político bajo la Constitución de los Estados Unidos. El nombre en español, Estado Libre Asociado, infiere el status de un país independiente unido a los Estados Unidos mediante tratado, que no es el caso de Puerto Rico. El Presidente Hansen indicó que está dispuesto a apoyar que el Comité de Recursos apruebe una declaración que simplemente conmemore el aniversario de la Constitución, pero el Comisionado Residente no ha decidido si ese regalo de cumpleaños cuenta con la envoltura apropiada.
La Constitución de Puerto Rico de 1952 es un documento loable, muy similar a la Constitución de los Estados Unidos en sus términos de la proección de derechos civiles y humanos. Establece un sistema de auto gobierno y específicamente designa la manera en que se elige dicho gobierno. Reconoce la ciudadanía americana de los puertorriqueños y exhalta la "doble cultura" que existe en la isla. Sin embargo, no hace alusión alguna a un cambio en la relación política de la isla con el gobierno de los Estados Unidos. Bajo la Constitución de los Estados Unidos, Puerto Rico fue, y sigue siendo hoy, un "territorio no-incorporado". No goza de una relación soberana con los 50 estados de la unión y no es en forma alguna una entidad política independiente. Tal conclusión no es del agrado de muchos puertorriqueños que insisten en que su Constitución estipula un "pacto" con los Estados Unidos que confiere a la isla una soberanía que se reconoce internacionalmente.
Los puertorriqueños tendrán mucho que celebrar en julio de este año. Durante medio siglo su Constitución ha producido un proceso político local competitivo con amplia participación del pueblo. El poder gubernamental se ha transferido en forma pacífica entre partidos políticos y candidatos rivales. La concurrencia a las urnas en la mayoría de las elecciones averguenza el nivel de participación de los votantes en cualquiera de los 50 estados. Los puertorriqueños son leales ciudadanos americanos y han contribuido de forma significativa a su isla y a la nación americana.
Sin embargo, esos atributos, y muchos otros que no se mencionan aquí, no proveen a los políticos con la virutilla y escarcha que necesitan para lanzar al aire durante la celebración constitucional en julio. Desde ahora hasta entonces, se podrá constatar como innumerables políticos de todo tipo de persuación ideológica, se ofuscarán en la búsqueda de las velas que cada uno quiere poner en la torta de cumpleaños.