REPORTE DE PUERTO RICO

‘Le saluda atentamente, Sila’

por John Marino

20 de septiembre de 2002
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. JOHN MARINOPor segunda vez este mes la Gobernadora Calderón dijo al pueblo de Puerto Rico que ha pedido al Presidente Bush que ponga por escrito su promesa verbal de retirar a la Marina de Vieques en mayo del año 2003.

Pero esta vez la gobernadora se aseguró de poner por escrito sus peticiones — en una carta que envió al presidente el martes.

A principios de este mes, durante un viaje a Vieques para inaugurar un ala de maternidad en la isla, la gobernadora dijo que había pedido a Bush que formalizase por escrito su promesa. Pero evitó concretar cuándo y cómo había hecho la petición.

Esta petición era muy clara: "Seria lo apropiado tanto para los Estados Unidos como para Puerto Rico formalizar este proceso. En este punto, la falta de un compromiso escrito ha dado pie a que aquí se propagasen los rumores y las dudas," escribió Calderón.

Lo que no está tan claro es porqué ella decidió escribir la carta ahora, y qué efecto podría tener la carta en cómo se desarrolla el más amplio tema de Vieques.

Durante semanas, los líderes comunitarios, políticos y religiosos, han estado importunando a la gobernadora para que pidiera a Bush que concretase su promesa por escrito.

La presión se produce en medio de una campaña en la que unas docenas de Congresistas han escrito cartas a Bush para que convierta en decreto ejecutivo su promesa de concluir los juegos de guerra de la Marina en Vieques el próximo mes de mayo.

Calderón se ha negado insistentemente. Algunos informes parecían indicar que su administración estaba calladamente disuadiendo de la campaña entre los miembros del Congreso para escribir cartas, sugiriendo que podría resultar contraproducente.

Lo más cerca que ha llegado Calderón a unirse a la empresa de que Bush ponga su promesa por escrito fue a comienzos de este mes en Vieques, cuando dijo que ya había pedido al presidente que pusiera por escrito su promesa. Pero sus comentarios dejaron confusos a muchos de los observadores y preguntándose en voz alta cómo y cuándo había solicitado al presidente que hiciera esto. (Lo que resulta más interesante, la gobernadora, que en su carta a Bush relataba sus dos breves encuentros, no hace mención a estos anteriores esfuerzos.)

Lo que impulsó a Calderón a pedir a Bush que pusiera su promesa por escrito no fue el cabildeo para unirse a la campaña de envío de cartas. Fue debido a las crecientes dudas locales expresadas sobre si la marcha de la Marina seguía siendo probable, ante una posible guerra entre los Estados Unidos e Irak.

El día en que escribió su carta, El Nuevo Día — el periódico de mayor tirada de Puerto Rico y al que se considera en la opinión general como aliado de Calderón — sugería en primera página que la Marina podría continuar en sus entrenamientos en Vieques más allá de dicha fecha.

Publicó una fotografía del Secretario de Defensa Donald Rumsfeld bajo el titular: "Rumsfeld: La Marina continuará en Vieques."

Luego citaba a Rumsfeld diciendo que los planes del Pentágono eran "continuar sus operaciones en Vieques de un modo consistente con nuestras necesidades y obligaciones."

Se trataba de una primera página reprobable, con todas las características del periodismo irresponsable, ya que nada de lo que Rumsfeld dijo el lunes en una de las conferencias de prensa del Pentágono podía ser interpretado como que la fecha de partida se estaba posponiendo.

Rumsfeld, respondiendo a la pregunta de un periodista sobre la supuesta pasividad de la policía en Vieques, dijo que investigaría los cargos de que la policía de Puerto Rico eran negligentes en evitar los "ataques" por parte de los manifestantes contra el personal militar durante la reciente ronda de ejercicios en Vieques.

"Vieques es una ubicación importante para nosotros, y pretendemos seguir funcionando sobre una base que sea consistente con nuestras obligaciones y esperamos que los demás continúen colaborando de un modo que sea consistente con sus obligaciones," dijo Rumsfeld.

Nunca mencionó la fecha de su marcha ni sugirió que los planes del Pentágono hubieran cambiado. Al contrario, los responsables del Pentágono siguen ateniéndose a la fecha de mayo de año 2003.

Charlie Black, el principal cabildero de la administración Calderón en la Casa Blanca, dijo el jueves al The San Juan Star que la carta de Calderón había sido motivada por los malentendidos locales provocados por los comentarios del Secretario de Defensa.

No obstante, sería mas adecuado achacar la culpa de los malentendidos locales a El Nuevo Día que a cualquier cosa que haya dicho Rumsfeld.

Y esto hace que surja la cuestión : ¿debería cambiarse una política debido a la mala prensa? ¿No podría la gobernadora simplemente atender los problemas locales en lugar de escribir una carta a Bush?

La carta puede no ser algo malo, aunque los oponentes políticos están diciendo que sí.

El presidente del Partido Nuevo Progresista Carlos Pesquera dijo que la carta podría ser contraproducente" debido a la situación con Irak. "Una medida como la de una carta por parte de cualquier gobernador de un estado podría ser considerada como una salida de tono y una muestra de falta de sensibilidad ante la realidad actual de los Estados Unidos."

La misiva de Calderón está cuidadosamente elaborada. En ella se esfuerza por dejar patente su "incondicional apoyo" en la "batalla contra el terrorismo" y presenta a Bush cuatro alternativas que podrían contribuir a aclarar lo que él había prometido verbalmente.

Deberán hacer públicos los planes de la Marina para su reubicación en otro lugar alternativo, emitir una confirmación por escrito" de que los ejercicios finalizarán en mayo, crear un comité conjunto de transición o dar su visto bueno a la creación de un comité local.

La carta no está mal. Podría haberse escrito en cualquier momento desde que Bush dijo que daría órdenes para que la Marina dejara Vieques durante una conferencia de prensa en Ginebra en el verano del año 2001. Y ese es el problema con la carta.

Obviamente, Calderón ha pensado que la mejor estrategia era no presionar a Bush para que fijara por escrito la fecha de partida.

La razón es probablemente las reiteradas intenciones expresadas por los responsables militares y de la administración — como el Secretario de Marina Gordon England — de que la Marina se marcharía cuando Bush dijo que lo haría.

El talante político posterior al 11 de septiembre también formó sin duda parte de la estrategia de Calderón de aceptar la palabra del presidente.

Dejar esa estrategia a un lado debido a un artículo sensacionalista no parece una buena política.

Puede que no haya ningún peligro en ello, pero aún así el presidente podría decir "no" o nada en absoluto.

Lo cual no contribuiría mucho a despejar las dudas locales sobre si la Marina dejará realmente Vieques el año próximo.


John Marino, Editor de Ciudad de The San Juan Star, escribe la columna semanal Reporte de Puerto Rico para el Puerto Rico Herald. Su dirección de e-mail es: Marino@coqui.net

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