REPORTE DE PUERTO RICO

Acevedo Vila toma dos medidas equivocadas

por John Marino

14 de marzo de 2003
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. JOHN MARINOLa administración Calderón, y en particular el Comisionado Residente, Aníbal Acevedo Vilá, dieron esta semana dos enormes pasos en falso, que restan valor a su intención manifiesta de proteger la imagen de Puerto Rico ante el resto de los Estados Unidos.

Acevedo Vilá y el Secretario de Desarrollo Económico, Milton Segarra, pidieron primero que el National Geographic se disculpase por el retrato de la isla que aparece en su edición actual, una petición que hace que el ELA parezca a penas tolerar ideales democráticos tales como la libertad de prensa.

Entonces, el martes por la noche, Acevedo Vilá utilizó un discurso de "carácter especial" de cinco minutos en el hemiciclo de la Cámara para atacar los escándalos de corrupción de la pasada administración, justo días antes de que el anterior Gobernador Pedro Rosselló tenga prevista su llegada a Puerto Rico para comenzar en serio su tercera carrera para La Fortaleza.

El discurso fue seguido por una carta "estimado colega" a sus colegas miembros del Congreso, en la cual reiteraba sus ataques contra la corrupción en la administración Rosselló.

El comisionado residente dijo que daba este paso para informar a los miembros del Congreso " sobre lo que había pasado en Puerto Rico, y que ahora tenemos un gobierno limpio," según la información de las noticias locales.

Pero los críticos rebatieron que el discurso y la carta habían traído las trivialidades de la política local a los vestíbulos de la capital de la nación — un paso que por si solo empaña la imagen de Puerto Rico a nivel nacional. 

La conmoción creada por el retrato que el National Geographic hace de Puerto Rico tiene más que ver con las inseguridades locales que con cualquiera de las cosas escritas por la pluma del periodista del Washington, Andrew Cockburn, en su artículo: "El autentico color: Lealtades divididas en Puerto Rico."

Criticaré el artículo por la forma en que divaga, por la manera en que tienta al lector con diversos aspectos de Puerto Rico de potencial interés, pero sin llegar nunca a explorar plenamente ninguno de ellos.

Pero Cockburn defendió su trabajo diciendo a los periodistas locales: "Creí que Puerto Rico era un lugar fantástico, maravilloso, lleno de personas interesantes. Me intrigaba su diversidad cultural, que traté de destacar en el articulo."

Cockburn no solo captó la diversidad, si no muchos de los aspectos que hacen que Puerto Rico sea maravilloso. 

En realidad, el autor, tenía muchas cosas bonitas que decir de Puerto Rico — mencionando entre otras cosas, la aportación de la isla a la explosión hispana en la cultura pop americana, así como los intentos locales por conservar las múltiples facetas de su cultura centenaria.

Pero éstas han quedado sin mención en la avalancha de informes de los medios de comunicación locales criticando el articulo, centrándose en las entrevistas del autor con drogadictos, defensores de la independencia y evasores fiscales. ¿Realmente, están implicando los críticos que ninguno de los anteriores existe, de forma más o menos visible, en la isla?

La controversia primero surgió en las charlas radiofónicas locales en inglés, en las cuales los comunicantes expresaron su indignación sobre lo que ellos consideraban la "imagen negativa" del artículo.   

Muchos, en lugar de dirigir sus iras contra la venerable National Geographic, las dirigieron en su lugar contra la administración Calderón por "fomentar los errores conceptuales" del autor.

Los políticos de la estadidad se aprovecharon de la furia y a su vez condenaron a Calderón por no haber evitado la publicación del artículo. Se trata de politiqueo fuera de control, que podría dar a cualquiera que escuchase tales habladurías la impresión de que el ELA como forma de gobierno es un legado de la vieja Unión Soviética.

Pero desgraciadamente, Acevedo Vilá y Segarra se dejaron incitar y su reacción ante la situación fue completamente desproporcionada.

La Cia. de Turismo de Puerto Rico tiene todo el derecho de anular un anuncio de $26.000 que tenía previsto para la edición de mayo de la revista. Y las autoridades del ELA pueden exigir todas las disculpas que quieran.

Pero estos esfuerzos son contraproducentes. Una carta al editor — además de publicar el anuncio — hubiera conseguido mucho más para estimular la imagen del ELA que lamentarse sobre la cobertura que Puerto Rico ya había recibido.

Después de todo, hay un viejo dicho que dice, "Cualquier prensa es buena prensa."

Asimismo, como miembro del Congreso — sus miembros son, después de todo, políticos -- Acevedo Vilá puede atacar a los oponentes políticos; de hecho, probablemente tiene que hacerlo para mantener su puesto. Pero no debería utilizar los recursos del Congreso para atacar a la oposición política en casa.

Los críticos dijeron que esta medida no tenía precedentes.

En una conferencia de prensa, el anterior Comisionado Residente, Carlos Romero Barceló, dijo que Acevedo Vilá "desacreditaba a Puerto Rico. No he visto jamás a un Congresista que hable en el hemiciclo sobre los cotilleos de su estado."

Jeffrey Farrow, que fue durante ocho años enlace de la Casa Blanca con Puerto Rico en la época de Clinton, calificó la medida de "increíble."

"No puede recordar que un miembro de la Cámara haya utilizado antes el hemiciclo de la Cámara para atacar política y personalmente a un oponente electoral," dijo Farrow a los periodistas locales.

En su carta, Acevedo Vilá decía que el legítimo movimiento a favor de la estadidad había sido "mancillado" por "el cáncer de un liderazgo corrupto."

"Aunque el Sr. Rosselló no ha sido condenado, el alcance de la corrupción conduce a una o dos explicaciones: él era parte de una trama de corrupción, o él es un administrador tan inepto que no se le debería volvér a confiar la tarea de gestionar un gobierno."

En vista del constante flujo de casos de corrupción durante la anterior administración procesados por las autoridades federales, Acevedo Vilá tiene un buen argumento. Pero es preciso que lo haga ante los residentes de Puerto Rico, no de sus colegas de la Cámara.

Al no hacerlo así, el comisionado residente ha dado la impresión una vez más de que todavía tiene, después de dos años, que ponerse a tono con las costumbres de Washington. 


John Marino, Editor de Ciudad de The San Juan Star, escribe la columna semanal Reporte de Puerto Rico para el Puerto Rico Herald. Su dirección de e-mail es: Marino@coqui.net

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