REPORTE DE PUERTO RICO

El síndrome de Hamlet del PPD

por John Marino

4 de julio de 2003
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. Sin un candidato oficial para las elecciones gubernamentales del 2004, el Partido Popular Democrático se encuentra de repente sin un líder claro y ha comenzado a actuar como un partido a la deriva.

La opción unánime del PPD – José Alfredo Hernández Mayoral – dejó entrever el mes pasado la posibilidad de que podría retirarse de la carrera antes de unirse oficialmente a la misma debido a problemas de salud en la familia — concretamente el dolor abdominal crónico, no diagnosticado, de su hijo de 12 años. No ha surgido un rostro claro, si él decidiera finalmente retirarse, y los lideres del partido como una sola persona dicen que él será el candidato.

Se espera que la noticia se produzca en cualquier momento y que Hernández Mayoral se retire definitivamente o confirme que va a seguir adelante con sus aspiraciones políticas.

De hecho, esta decisión debería producirse a finales de semana. Al aproximarse el 1 de agosto como fecha límite para presentar las candidaturas, resulta cada vez más probable que el hijo del antiguo gobernador durante tres mandatos, Rafael Hernández Colón, se presente. Si realmente fuera a retirarse, tiene con el partido la deuda de concederle tiempo suficiente para encontrar un reemplazo adecuado. Y ese periodo de tiempo se acaba rápidamente.

Pero las semanas de duda han tenido su efecto. La demora en la nominación del candidato a gobernador del partido ha hecho que otros candidatos tengan que suspender su presentación oficial para el cargo, aunque hayan anunciado públicamente su decisión de presentarse para un cargo en concreto.

La pausa de Hernández Mayoral antes de aceptar el cargo de liderazgo también ha contribuido a subrayar la pérdida de poder político de la Gobernadora Calderón desde que anunciara en mayo que no se presentaría a la reelección.

Justamente esta semana, los legisladores disidentes del PPD impidieron el paso de la principal iniciativa de la administración Calderón de emprender una reforma judicial, y la semana pasada bloquearon otro proyecto de ley de La Fortaleza dirigida a resolver una disputa legal pendiente desde hace mucho tiempo entre la Agencia de Energía Eléctrica de Puerto Rico (PREPA) y las ciudades de la isla, cambiando la fórmula mediante la cual esta compañía de servicios compensa a los gobiernos municipales.

Los alcaldes del PPD se están peleando en público unos con otros en torno a la cuestión de la PREPA, con la firme oposición de los alcaldes de Ponce y Mayaguez al acuerdo propuesto para la disputa sobre le pago, y los alcaldes de Caguas y Carolina apoyando el acuerdo.

Entretanto, el status de Calderón como persona sin poder real también ha contribuido a nuevas dimisiones en su administración. Recientemente, Dalila Aguilú, jefe de la atacada Administración de Servicios de Salud Mental y Contra la Adicción, dimitió repentinamente de su cargo. Mencionó trabas por parte de la La Fortaleza ante sus planes de reformar la agencia. El Secretario de Trabajo Víctor Rivera, hombre de confianza de Calderón, también se retirará de la vida publica por razones personales.

Además del interrogante que flota sobre la candidatura de Hernández Mayoral, también existen dudas sobre quién será el candidato del PPD para la alcaldía de San Juan. El único candidato anunciado, el Senador Roberto Vigoreaux, todavía tiene que ganarse el apoyo de Calderón o el del resto de la jerarquía del PPD.

Entretanto, tantas personas tienen previsto presentarse para la Legislatura que el partido tendrá definitivamente que afrontar algunas duras batallas entre los aspirantes a la Cámara y al Senado.

Si Hernández Mayoral no se presenta, proyectará una sombra sobre el eventual candidato del PPD. Él o ella será considerado como una segunda opción después de que el partido haya apoyado unánimemente al hijo del antiguo gobernador como candidato. No es posible que Calderón cambie de opinión y decida presentarse después de insistir repetidamente en que su decisión es "firme y definitiva." El problema de credibilidad que ocasionaría sería insuperable.

Resulta irónico que sea el PPD el que tenga un problema de liderazgo cuando es el Partido Nuevo Progresista el que se enfrenta a unas primarias para decidir cuales son sus candidatos a gobernador y comisionado residente. Todo el mundo sabe que el PNP, a pesar de los retos a los que se enfrenta el partido, tiene un líder indiscutido, aunque no se trate del Presidente del PNP Carlos Pesquera, si no el antiguo gobernador Pedro Rosselló.

Las primarias todavía podrían hacer tambalearse al partido, aunque es más probable que esto ocurra en la carrera a residente comisionado que en la carrera a gobernador, en la cual Rosselló lleva una ventaja abrumadora. Y las continuadas investigaciones sobre la corrupción en el sector público bajo la administración Rosselló por las autoridades federales podrían aún significar un nuevo golpe para las oportunidades del PNP de volver a obtener el poder en el 2004.

Hernández Mayoral pronto – se espera que en cualquier momento – dará un paso definitivo en un sentido o en otro. Si decide ir a por ello, este pasado mes podría ser recordado como un pequeño acto de Hamlet. Pero aunque no se pueda calificar de tragedia, sin embargo, ha tenido su impacto.

En las semanas en las que se ha mantenido mayormente alejado de la vista del público, el aspirante a gobernador del PPD ha perdido el impulso generado por el respaldo unánime que recibió el día después de que la Gobernadora Calderón anunciase que no se presentaría a la reelección. Si asciende a tomar el manto del PPD, será como mínimo una transición al poder mas complicada que si lo hubiera hecho de inmediato.

La decisión de Calderón de no presentarse a la reelección la deja libre para golpear a la anterior administración con regocijo, y el candidato a gobernador del PPD `podría verse resguardado de los ataques del PNP contra la administración del PPD, ya que el candidato no será Calderón. Lo cual podría ser una efectiva estrategia política contra el PNP, un partido que trata de recuperar el poder en medio de la nube de corrupción que sigue desarrollándose ante los tribunales de la isla.

Pero la pausa que se ha tomado una notoria personalidad del PPD antes de aceptar el poder ha debilitado innecesariamente las cartas que el partido en el poder tenía en su mano al iniciar el rumbo a las nuevas elecciones. Y especialmente cuando la presidenta del PPD, la Gobernadora Calderón, abandonó la carrera a gobernadora en el 2004 por razones personales no plenamente aclaradas.


John Marino, Editor de Ciudad de The San Juan Star, escribe la columna semanal Reporte de Puerto Rico para el Puerto Rico Herald. Su dirección de e-mail es: Marino@coqui.net

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