REPORTE DE PUERTO RICO

Las administraciones cesantes no deberían pensar a largo plazo

por John Marino

22 de agosto de 2003
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. Las administraciones cesantes deberían abstenerse lo más posible de planificar a largo plazo.

Este es el caso concreto de la administración Calderón que se quedó completamente paralizada cuando su jefa anunció que no se presentaría a la reelección en el 2004, justo cuando ella afirmaba que el trabajo de su administración estaba empezando a dar frutos.

Más allá de la situación concreta de la actual administración, es justo, dada la tendencia de las sucesivas administraciones a reinventar la rueda, hacer planes para realizar cosas en un periodo de tiempo en el cual una administración pueda razonablemente permanecer en el poder.

Y ahora, quedándole menos de un año y medio para que se acabe el mandato de la Gobernadora Calderón, lo único práctico sería que sus jefes de Gabinete se dieran cuenta de que deben concentrarse en lo que pueden lograr en ese periodo de tiempo, en lugar de hacer planes para un futuro lejano.

Sería mejor dejar esta clase de planificación a largo plazo al equipo que apoya al Comisionado Residente Aníbal Acevedo Vilá, el candidato gubernatorial del Partido Popular Democrático en el 2004, así como a los equipos de las campañas de los otros candidatos en la carrera: el antiguo Gobernador Pedro Rosselló, Carlos Pesquera del Partido Nuevo Progresista y el Presidente del Partido Independentista Puertorriqueño Rubén Berríos.

Por supuesto, el gobierno del ELA necesita realizar una cierta planificación a largo plazo.

El comité legislativo que tiene como objetivo cambiar la configuración y la administración de la Junta de Planificación, sacó a relucir el problema esta semana en las audiencias públicas.

Dos destacados economistas -- José Joaquín Villamil y Elías Gutiérrez — testificaron que el problema no era la Junta de Planificación si no el cambiante rumbo tomado por las sucesivas administraciones que la supervisan.

Ambos pidieron a los líderes políticos y a la comunidad empresarial que acordasen un desarrollo económico común y metas de planificación de manera que la planificación estratégica de Puerto Rico no vuelva a centrarse en quien se siente en La Fortaleza en un periodo dado de cuatro años.

No obstante, lograr una meta tan de sentido común es uno de los problemas perennes de Puerto Rico. Dando a menudo la sensación de encontrarse inacabablemente atrapado en el debate sobre el status político, el gobierno del ELA se resiente porque casi cada cuestión de política pública adquiere connotaciones políticas.

La Gobernadora Calderón intentó crear dicho plan a largo plazo con el anuncio de su Comisión 2025 — en la cual un grupo de profesionales, principalmente del sector privado, diseñaría un anteproyecto para el desarrollo social y económico de Puerto Rico a largo plazo. Pero ahora mismo no está claro qué es lo que está haciendo exactamente la comisión, así como el impacto de cualquier recomendación que ellos pudieran hacer en los días finales de una administración cesante.

A pesar de estos obstáculos, debería limitar sus planes a largo plazo a la comisión y dar instrucciones a los miembros de su Gabinete de concentrarse en metas de logro más inmediato.

Y especialmente cuando algunos miembros de la administración Calderón están comportándose como si les quedara todo el tiempo del mundo en sus mandatos.

Esta semana, en una entrevista periodística, el Jefe de Desarrollo Económico Milton Segarra dijo que estaba estudiando la posibilidad de crear una nueva oficina dirigida por un " zar tecnológico," que supervisaría las necesidades del sector de tecnología informática de la isla.

Dijo que el mes próximo enviará a la Gobernadora Calderón las recomendaciones sobre la nueva oficina, quien sin duda las revisará y hará sus propias recomendaciones.

Segarra dijo que la oficina podría estar operativa a finales del próximo año — justo antes de que la administración Calderón esté a punto de dejar su mandato. Es dudoso que alguien acepte ese trabajo — especialmente alguien con las habilidades tecnológicas en gran demanda que éste exigiría.

Entretanto, el Superintendente de Policía Víctor Rivera, el tercer jefe de policía de Calderón desde que asumió el cargo en enero del 2001, anunció una fulminante reorganización de la alta jerarquía del Departamento de Policía, con la cual prácticamente cada distrito de policía tendría un nuevo comandante. También anunció una nueva distribución por distritos de la comandancia de policía que seguramente confundirá las estadísticas sobre el crimen durante los años venideros, al cambiar las zonas de alta criminalidad de una comandancia a otra, dado que el antiguo juez pretende cambiar los distritos policías de modo que correspondan con los distritos judiciales de la isla.

Cuando Rivera asumió el cargo el año pasado, dio marcha atrás en la amplia reestructuración de su predecesor, Miguel Pereira, que sucedió al antiguo y actual juez Pierre Vivoni, quien supervisó el cuerpo de policía durante el primer año de mandato de la Gobernadora Calderón.

Pereira pretendió derribar la filosofía fundamental que había sido el motor del cuerpo de policía durante décadas. En lugar de más policías en las calles, dijo, debería hacerse una mayor inversión en tecnología y equipamiento para cada agente de policía.

En lugar de centrarse en las tasas de incidencia criminal, Pereira dijo que juzgaría a sus subordinados en base a la tasa de crímenes resueltos.

Resultaba una plataforma prometedora pero la gobernadora solo apostó por los cambios radicales durante un año, hasta que lo trasladó para dirigir el sistema carcelario de la isla y puso al Jefe de Correcciones Víctor Rivera, más experimentado en relaciones publicas, para dirigir el departamento de policía.

Incluso después de que Rivera echara para atrás los cambios de Pereira, que exigían el desmantelamiento de la unidad de detectives de la isla y poner a los agentes de investigación criminal bajo la administración de los comandantes de distrito, él mismo hizo algunos ligeros retoques. Puso al departamento de estupefacientes bajo el control de uno de sus vicesuperintendentes. Esta semana devolvió al departamento su independencia.

Los responsables de la administración siguen abandonando sus cargos — esta semana el secretario de prensa de Calderón, Luis Torres Negrón, dijo adiós — en una administración que nunca fue muy estable. La Gobernadora debería decir a los que optan por quedarse que se abstengan de realizar cambios fulminantes. El mensaje del día debería ser conformarse con lo que se tiene.


John Marino, Editor de Ciudad de The San Juan Star, escribe la columna semanal Reporte de Puerto Rico para el Puerto Rico Herald. Su dirección de e-mail es: Marino@coqui.net

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