REPORTE DE PUERTO RICO

Acevedo Vilá se aleja de las ruinas del desastre

por John Marino

26 de septiembre de 2003
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. El "descarrilamiento" dentro del Partido Popular Democrático como resultado del nombramiento por parte de la Gobernadora Calderón de uno de sus más próximos confidentes para el cargo de Presidente del Tribunal Supremo ha supuesto una sorprendente oportunidad para Aníbal Acevedo Vilá para arrebatar firmemente las riendas del partido de manos de su jefe.

También ha permitido a Acevedo Vilá comenzar a posicionarse como un hombre con ideas propias distanciándose de la administración Calderón al oponerse al nombramiento del Secretario de Estado Ferdinand Mercado.

La reivindicación de Acevedo Vilá de su liderazgo político y su capacidad para poder ofrecer a los votantes algo diferente, léase más, de lo que la administración Calderón ha ofrecido desde enero del 2001, son esenciales para sus esperanzas de ser elegido.

El lunes, el día en que se explayó sobre su oposición a Mercado, comenzó a presentar sus propias ideas al anunciar un plan para descentralizar el poder del gobierno del ELA concediendo una mayor autonomía municipal. La semana también resultó positiva porque el comisionado residente pudo informar sobre unas condiciones mejoradas respecto al cierre de la Estación Naval de Roosevelt Roads, lo cual ofrecería a Puerto Rico la libre recepción en sus puertos y aeropuertos, un mayor derecho a determinar cómo se desarrolla la antigua base y una parte de los ingresos generados por la venta de los terrenos de la antigua base.

Acevedo Vilá todavía tiene mucho camino por andar — sobre lo que cada vez será más una cuerda floja entre identificarse y separarse a si mismo de la administración de la cual ha formado parte durante casi tres años — antes de poder realizar semejante hazaña política. Cada vez más, erigirse a si mismo como candidato abarcará mas y más el decir cómo hubiera hecho las cosas de forma diferente a la Gobernadora Calderón.

No obstante, considerando todo, Acevedo Vilá, ha tenido un buen comienzo al oponerse al nombramiento de Mercado, que ha sido duramente criticado por los líderes de los tres principales partidos políticos, con la singular excepción de la Gobernadora Calderón. Después de todo, es un buen momento para distanciarse de su administración. Si la ceremonia publica de su casamiento y la consiguiente luna de miel de dos semanas no hubieran marcado su retorno a la vida privada, entonces su nombramiento de Mercado, el último acto de Calderón antes de su cita con el destino con Ramón Cantero Frau en Europa, selló su destino como una gobernadora sin poder real.

El reto inmediato para Acevedo Vilá es bloquear el nombramiento de Mercado.

Los críticos, especialmente desde los partidos Nuevo Progresista e Independentista Puertorriqueño, han censurado la falta de celo en la oposición del comisionado residente a Mercado. Pero la prueba radicará en si esto es suficiente o no para echar abajo el nombramiento de Mercado. Ha dicho porqué "por razones de conciencia" se opone al nombramiento, y al hacerlo abrió las compuertas a un creciente número de voces del PPD hablando en contra de ello. E instó a los senadores del partido a que no se sintieran presionados a acatar los deseos de la mayoría de los dirigentes del senado del PPD, algo que el Presidente del Senado, Antonio Fas Alzamora, ha amenazado con invocar.

El momento está maduro para que Acevedo Vilá consolide su poder político dentro del PPD, recientemente nombrado de nuevo su presidente el mes pasado. No se han publicado encuestas recientes, pero la administración Calderón se encuentra en su punto más bajo en la opinión pública, según muchos indicios.

Los partidarios incondicionales, todos los cuales asistieron a la celebración de la boda de la gobernadora pero que en privado se quejaron de que suponía un "gran lío" para el PPD, se revelaron contra el nombramiento, diciendo que no cumplía con las promesas de traer jueces independientes a la judicatura y la falta de capacitación de Mercado. Los oponentes políticos, ya furiosos por las dos semanas de luna de miel de Calderón, han calificado el nombramiento de un "imperdonable capricho" de la gobernadora. Están tan indignados por la inexperiencia de Mercado como por la elección de una figura tan política. Incluso El Nuevo Día, el diario preferido de Calderón, la ha criticado duramente en dos editoriales por su falta de liderazgo y por el nombramiento de Mercado.

El caso contra Mercado tiene como inicio el hecho de que se trata de una figura central de la administración Calderón y por el papel esencial desempeñado anteriormente en su carrera para gobernadora como secretario general del PPD. Sus únicas credenciales para el cargo de presidente del tribunal supremo son su minúscula experiencia como abogado privado y unos pocos años de experiencia como juez de tribunal de distrito supervisando el funcionamiento de casos rutinarios.

Además, los oponentes políticos desconfían profundamente de Mercado, recordado por su afilada lengua durante las agrias contiendas políticas de la campaña gubernatorial del 2000.

La reciente publicación por parte del Departamento de Estado de EE.UU. de documentos que acusan al gobierno del ELA de un intento deliberado por falsear su status internacional, también ha hecho que surgieran dudas sobre la honestidad de Mercado.

Calderón tenía que saber que el nombramiento de Mercado levantaría una tormenta de controversia, así como más problemas para su partido. Las duras críticas al respecto comenzaron semanas antes de que anunciara oficialmente su decisión.

Podía haber escuchado a sus críticos y recordado sus frecuentes promesas durante la campaña de buscar el consenso al tomar decisiones importantes, nombrando a Mercado como juez asociado y escogiendo a uno de los miembros que se sientan en el Tribunal Supremo como presidente. O podía haber escogido a un jurista verdaderamente independiente con impecables credenciales para el puesto.

Al escoger a Mercado, demostró que estaba más interesada en ampliar su poder político personal que en ayudar a Puerto Rico o a su partido. Puede que Mercado no sea la mejor mente legal de la isla, pero su relativa juventud significa que podría conservar el puesto durante los próximos 25 años.

Mercado no es el tipo de candidato de consenso por el que el PPD quiere ser recordado en la carrera de las elecciones del próximo año. Y sus increpaciones verbales de esta semana contra sus críticos solo han contribuido a la opinión de que carece del temperamento judicial para ser presidente del tribunal supremo.

La postura del Senado hoy en día es cara o cruz, con seis senadores del PPD, los suficientes como para pasar por encima con la nominación, oponiéndose a ella pero diciendo, al menos uno de ellos, que iría a remolque de la línea de los dirigentes del Senado si fuera requerido.

La viabilidad de Acevedo Vilá como líder del PPD y candidato gubernatorial depende mucho del proceso de confirmación. De hecho, tanto es así, que resulta tentador pensar que los senadores de la minoría podrían votar para confirmar a Mercado como un modo de dañar las esperanzas de elección del comisionado residente.

Pero la idea de Ferdinand Mercado presidiendo el Tribunal Supremo durante los próximos 25 años es un pensamiento que deja aún más helado que el de una revitalizada candidatura de Acevedo Vilá, por lo cual es improbable que ocurra.


John Marino, Editor de Ciudad de The San Juan Star, escribe la columna semanal Reporte de Puerto Rico para el Puerto Rico Herald. Su dirección de e-mail es: Marino@coqui.net

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