 Desde el regreso de su luna de miel en Europa con una semana de antelación, la Gobernadora Calderón solo ha hecho unas pocas comparecencias en público.
Una de ellas fue su discurso pagado en televisión defendiendo a su nominado para Presidente del Tribunal Supremo, Ferdinand Mercado, otra fue una conferencia de prensa en la cual Calderón aceptó pocas preguntas y anunció que retiraba la nominación de su secretario de estado porque a la delegación del Senado del Partido Popular Democrático le faltaba un voto para la confirmación.
Curiosamente, la tercera fue una conferencia del Secretario de Salud Johnny Rullán sobre la integración del sistema de salud pública dada ante Calderón en La Fortaleza. Tan solo se posó para la prensa, ya que a los reporteros ni siquiera se les permitió asistir. El acto fue seguido por un almuerzo con los medios impresos, donde se permitieron las fotografías. La gobernadora se negó a responder a cualquier pregunta sobre la vacante de Presidente del Tribunal Supremo o sobre Mercado. Reiteró su declaración de que no estaba considerando otros candidatos en este momento y se negó a fijar un periodo de tiempo para cubrier la vacante.
Mercado, que hizo una declaración de una sola línea, habló brevemente con los reporteros de forma extraoficial y se negó a ser fotografiado poco después de la conferencia de prensa de la gobernadora el pasado viernes, la está secundando manteniéndose en un segundo plano.
Por una parte, procurar no sobresalir ha resultado inteligente; tal era el furor causado por la nominación de Mercado en todo Puerto Rico, incluso dentro del Partido Popular Democrático de la gobernadora.
Y también puede considerarse como una muestra de cortesía. Al apartarse del centro de la atención del público, Calderón ha permito, de forma inconsciente o no, que aumentase el prestigio del Comisionado Residente Aníbal Acevedo Vilá al encabezar las conversaciones sobre acontecimientos importantes, como los términos más favorables en torno al cierre de la Estación Naval de Roosevelt Roads y otros asuntos. Lo cual es bueno para el presidente del PPD y candidato gubernatorial en el 2004.
También da la sensación de que está dejando que los miembros de su Gabinete adquieran mayor seguridad en si mismos y asuman un mayor papel en el debate público en torno a sus áreas de experiencia. Es una buena estrategia y tan solo sería de desear que lo hubiera hecho hace más o menos un año.
Pero está claro que el ultra discreto perfil público de la gobernadora tiene que acabar pronto y Calderón necesita reafirmar, y probablemente lo haga, su autoridad en el papel de gobernadora.
Entonces será cuando haya respuesta a muchas de las preguntas pendientes hoy en día sobre su administración. ¿Nominará de nuevo a Mercado tras las primarias de noviembre, pensando que el cambio en el paisaje político sería suficiente para que alcanzase su confirmación?
¿O hará lo que muchos esperaban que hiciera en primer lugar, y nominará a un presidente del tribunal supremo que sea respetado por sus logros judiciales, en lugar de políticos, y que demuestre que merece el puesto presentando pruebas evidentes de su maestría en el oficio?
Lo que es más importante, el tiempo dirá si Calderón empieza a actuar de nuevo como cabeza del gobierno de un ELA, porque es necesario que haya un primer ejecutivo durante el último año de su mandato. Aunque no lograse nada más, esto aplastaría los malintencioandos rumores sobre su inminente renuncia, lo cual ella se apresuró a negar en sus pocas salidas publicas de esta semana.
Los juegos de poder de Rosselló en el PNP
La Junta de Gobierno del Partido Nuevo Progresista acordó esta semana adoptar la norma de que los participantes en las primarias tenían primero que afiliarse al PNP rellenando una ficha — si todavía no estaban afiliados al haber votado en anteriores primarias o por haber asumido la afiliación al partidor de cualquier otro modo.
Según los críticos, el efecto es nulo. Votar en las primarias demuestra lo mismo que rellenar una ficha. Pero esta medida era en realidad la última señal de "quien es en realidad el presidente del PNP" en la actual batalla primaria gubernatorial entre el anterior Gobernador Pedro Rosselló y su antiguo Secretario de Transportes, el jefe titular del partido, Carlos Pesquera.
Resulta patente que Rosselló está prevaleciendo en la lucha por el poder que precede a noviembre. La medida tomada por la junta del PNP viene a continuación de las denuncias por parte de los responsables de la campaña de Rosselló del 2004 acusando a Pesquera de tratar de convencer a los votantes del Partido Popular Democrático para que le den su apoyo en las primarias del PNP.
El mes pasado, en una reunión de la Asamblea General del PNP en Yauco, la asamblea votó a favor de una iniciativa de Rosselló impidiendo al presidente del partido presentarse para gobernador, la cual tendría efecto en el 2005. Se trataba de otra batalla que ganaba Rosselló dentro del partido, el cual había tratado sin éxito de incluir esta prohibición dentro del texto de la ley electoral de Puerto Rico durante su primer mandato, que comenzó en 1993.
No hay nada en el horizonte que parezca capaz de amenazar ni remotamente la sabiduría convencional de que Rosselló ganará en noviembre, y probablemente con una gran victoria. Y él se ha mantenido centrado de forma bastante hábil en atacar la administración "Calderón-Acevedo Vilá", en lugar de crear enfrentamientos políticos dentro del PNP. Rosselló parece estar bien situado para el 2004.
La gran pregunta es porqué Pesquera insiste en mantener hasta el final una lucha sin posibilidades en las primarias y cuales son en realidad sus planes para el próximo año.
John Marino, Editor de Ciudad de The San Juan Star, escribe la columna semanal Reporte de Puerto Rico para el Puerto Rico Herald. Su dirección de e-mail es: Marino@coqui.net |
