REPORTE DE PUERTO RICO

El escándalo Mercado sigue candente

por John Marino

26 de diciembre de 2003
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. Los tumultuosos acontecimientos de la semana pasada han hecho que Ferdinand Mercado parezca un mentiroso.

Hoy en día, pocos en Puerto Rico se atreverían a argumentar que no lo sea.

Los oponentes políticos de Mercado llevan largo tiempo describiéndole como poco fiable, pero sus más acérrimos seguidores del Partido Popular Democrático dicen otro tanto como consecuencia del descarrilamiento de su carrera política el pasado viernes.

En una rápida sucesión de acontecimientos, Mercado dimitió como secretario de estado, el Superintendente de Policía Víctor Rivera hizo públicas unas copias del informe policial sobre un accidente fatal de coche en 1975 relacionado con Mercado, y la Gobernadora Calderón intentó sacar adelante su nombramiento para el Tribunal Supremo por tercera y última vez.

Mercado echó la culpa de las acusaciones "infundadas" a una ex esposa resentida, y dijo que su relación con el choque era que un compañero le había acompañado hasta su casa y luego se había visto involucrado en un accidente que le costó la vida.

Pero los testigos del accidente dicen que el conductor del coche que fue golpeado había huido de la escena, dejando atrás al pasajero herido que más tarde moriría. Cuando el fiscal que investigaba el caso presionó para conseguir una rueda de reconocimiento policial, Mercado se negó a comparecer. En su lugar, la policía hizo que los testigos mirasen una foto del carné de conducir de Mercado, pero no lograron identificarle como el conductor que se dio a la fuga. Mercado ha negado cualquier conexión directa con el accidente.

Existen múltiples niveles en esta historia que se ha propagado en los titulares de prensa por toda la isla desde su aparición, con una nueva víctima dentro de cada una de sus afilados pliegos.

En el centro está Mercado, que es, más que nadie, el responsable de que su saga sea llamada una tragedia sin héroe.

Puede que Mercado haya conseguido que Calderón fuera elegida, pero ha demostrado que desde entonces su consejo político ha ido desencaminado.

Su nombramiento, primero como Presidente del Tribunal Supremo y luego como juez asociado, espantó a los oponentes políticos que habían discutido con el secretario de estado cuando era secretario general del PPD con una lengua afilada.

Y luego están esos memorandos del Secretario de Estado de EE.UU., Colin Powell, acusando al Departamento de Estado de Mercado de tergiversar los poderes del ELA en la comunidad internacional, concretamente la magnitud de sus poderes soberanos.

Mercado también ha mentido sobre la existencia de éstos, cuando por primera vez fueron filtrados a los medios locales de comunicación.

Los antiguos seguidores del PPD están enfadados porque creen que Mercado no les había dicho todo lo que debía cuando le preguntaron respecto a los informes sobre el accidente. ¿Y que hay respecto a la personalidad de este hombre, que perjudicó políticamente a la gobernadora al aspirar demasiado alto a un puesto que él debería haber sabido que no estaba hecho para él?

Ahora han surgido nuevas sospechas sobre dos informes referentes a un dinero y una pistola robados de su oficina cuando Mercado era secretario de estado.

La cuestión ha dañado a Calderón políticamente. Demuestra un grave fallo en su habilidad para juzgar el carácter de una persona, especialmente cuando luchó tan denodadamente por convertir a Mercado en presidente del Tribunal Supremo frente a una tremenda oposición, incluso dentro de su propio partido.

Y no ayuda el hecho de que el asunto Mercado se haya convertido en un acontecimiento que define la administración Calderón, tanto desde una perspectiva inmediata como histórica.

El escándalo que acabó con la carrera de Mercado tampoco ayudará a la papeleta electoral del PPD en el 2004, ya que tanto el Comisionado Residente Aníbal Acevedo Vilá como el Senador Roberto Prats tenían conocimiento de estas acusaciones, y las trasladaron al Presidente del Comité de Nombramientos del Senado, Bruno Ramos.

Aunque ambos lanzaron la acusación de que tanto Ramos como otros responsables del PPD podían haber hecho más para airear los cargos, otros dicen lo mismo sobre Acevedo Vilá y Prats.

Al final, no obstante, el asunto ha venido a definir el personaje de Mercado, y no es una bonita imagen.

¿Qué clase de hombre podría seguir adelante ante la feroz oposición, cuando muchos le pedían que se retirase como candidato, ante las repercusiones políticas que estaba teniendo su nombramiento como presidente del tribunal supremo?

¿Quién hubiera permitido que su jefe/a defendiera tan encarnizadamente su nombramiento, como lo hizo Calderón, sabiendo que existía una noche incriminatoria en el pasado que podría desencadenar una tormenta política que mancharía la administración?

Y aún más cuando Calderón y otros habían interrogado a Mercado sobre las acusaciones y habían ordenado al Departamento de Policía que buscase el informe sobre el accidente, que inicialmente no pudieron encontrar.

Mercado arriesgó no solo una aparentemente perfecta vida familiar y una carrera política, si no las carreras de su jefe y de otros aliados políticos, cuando no les informó de que había sido señalado como huido de la escena de un accidente fatal de coche, que se hallaba detallado en varios informes policiales.

En aquel momento, cuando se enfrentaba a las críticas durante las audiencias de confirmación, Mercado en cambio decía furioso que el Tribunal Supremo no era el "Monte Olimpo".

Trató de descartar la oposición a su nombramiento como si tuviera su origen en sus humildes raíces como campesino de Lares, en lugar de en su ostensible carrera política y su absoluta falta de experiencia judicial e incluso legal.

Sus aspiraciones al Tribunal Supremo fracasaron, y sus intentos por llegar hasta ahí destruyeron su carrera, lo cual trae a la mente la metáfora de la arrogancia.

Pero, una vez más, Mercado no es un héroe.

Al contrario, la posición que ocupaba en el mismo corazón de la administración Calderón, y antes de esto en el mismo corazón del PPD, perjudicará a ambos a través de sus faltas personales.

La única noticia positiva para el PPD es que la gobernadora no empujará a Mercado para el cargo de presidente del tribunal supremo el próximo verano, después de que Miriam Naveira, escogida para un corto período, se vea obligada a retirarse.


John Marino, Editor de Ciudad de The San Juan Star, escribe la columna semanal Reporte de Puerto Rico para el Puerto Rico Herald. Su dirección de e-mail es: Marino@coqui.net

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