REPORTE DE PUERTO RICO

Puerto Rico pone fin a su vida como colonia militar

por John Marino

2 de abril de 2004
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. La Marina cesó oficialmente sus actividades militares en la Estación Naval Roosevelt Roads esta semana, asumiendo un papel de guardián sobre la enorme propiedad hasta que se pueda efectuar la transferencia de los terrenos y otros recursos para uso civil.

Los pasos necesarios para el cierre de Roosevelt Roads se tomaron a un ritmo asombroso, teniendo en cuenta que la Marina había anunciado sus intenciones de clausurar la base el pasado mayo, después de haber sido obligada a abandonar su preciado campo de bombardeo en la isla adyacente de Vieques.

Esta es una de las razones por las cuales el acontecimiento pasó sin grandes protestas o celebraciones, como fue el caso cuando la Marina dejó Vieques el 1 de mayo, 2003.

Un pequeño grupo de autoridades del gobierno se reunió en la base para dar un breve informe sobre los planes para el nuevo desarrollo de la base, al tiempo que un contingente aún menor de residentes locales se reunía para gritar pidiendo poder expresar su opinión sobre dichos planes.

Pero a pesar del carácter discreto que tuvo el cierre, marcó un hito histórico en las relaciones EE.UU.-Puerto Rico.

Se trata de la primera vez que no hay presencia de la Marina en Puerto Rico desde la Guerra entre España-Estados Unidos que dio comienzo a las relaciones EE.UU.-Puerto Rico.

Además, el hecho de que solo quede el Fuerte Buchanan del Ejército en Guaynabo, un suburbio de San Juan, marca el final del papel de Puerto Rico como colonia militar de los EE.UU.. La mayoría de los observadores creen que la base Buchanan estará en la lista del Pentágono en la próxima ronda de cierre de bases en 2005.

Una de los pocas noticias locales que prestaron atención al cierre de la base desde una perspectiva histórica fue escrita por el corresponsal en Washington del San Juan STAR, Robert Friedman.

Se citó a la Senadora pro estadidad Miriam Ramírez de Ferrer diciendo que el cierre debería ser considerado como "arriar la bandera de EE.UU. en Puerto Rico." Demuestra que un gran número de Congresistas y otros consideran que los puertorriqueños quieren separarse de los estados Unidos, dijo.

Uno de los responsables del Partido Independentista Puertorriqueño, Manuel Rodríguez Orellana, añadió: "la colonia militar ya no es militar, solo es una colonia. Ahora los Estados Unidos van a tener que decidir qué van a hacer con nosotros".

Rodríguez Orellana criticó a los colegas del Partido Nuevo Progresista y Popular Democrático por no discutir el rumbo que Puerto Rico puede tomar al terminar su vida como una colonia militar.

La verdad de la cuestión es que la importancia militar de Puerto Rico para los Estados Unidos ha estado decayendo cada vez más durante décadas. Construida en la 2ª Guerra Mundial, Roosevelt Roads fue diseñada para defender a los Estados Unidos de los ataques de enemigos del otro lado del Atlántico. En los últimos años, esa importancia se ha visto relegada al entrenamiento de la Flota del Atlántico para desempeñar batallas a miles de millas. Y mientras Puerto Rico ya no facilita espacio físico al ejercito e EE.UU., sus residentes continúan alistándose en los Servicios de las Fuerzas Armadas en gran número, ofreciendo otro aspecto de importancia estratégica militar.

Si el final del histórico papel de Puerto Rico como colonia militar va a tener o no un gran impacto sobre los futuros pasos sobre el status está aún por ver.

Pero ciertamente es el momento apropiado para que Puerto Rico y los Estados Unidos tomen medidas serias para tratar de llegar a una solución definitiva al status de la isla.

Desafortunadamente, si esto ocurre o nó tendrá que esperar hasta el año próximo, ya que las elecciones en San Juan y Washington podrían aportar una nueva lista de jugadores a primera fila.

Por ahora, las autoridades del gobierno del ELA se ponen cada vez más poéticos sobre "la oportunidad de oro" que supone el cierre de la base de 8,600 acres para el desarrollo de una economía realmente diversificada en la costa este de la isla.

Están prestando menos atención a la perdida estimada en $300 millones que la base aportaba anualmente a la economía local. Unos 6,000 marineros y personas a su cargo que vivían en la base se han marchado ahora y unos 2,500 empleos de civiles se han perdido -- una situación que ya ha hecho caer en picado el mercado inmobiliario local y ha puesto trabas a los ingresos de los comerciantes locales.

Pero la verdad es que la situación podría haber sido mucho peor.

Según un plan apoyado por los aliados de la Marina en el Congreso, la base se hubiera cerrado en seis meses y vendido al mejor postor. El ELA hubiera quedado completamente apartado de cualquier toma de decisiones sobre el mejor modo de desarrollar la base.

El plan se vio como un intento de revancha por parte de la Marina contra Puerto Rico por haberle obligado a abandonar su campo de entrenamiento de Vieques.

Pero el Congreso, tras un intenso cabildeo, puso un marcha un plan mucho más razonable, según el cual el Departamento de Defensa, las autoridades del ELA y medioambientales llevarían a cabo el plan de reconstrucción.

El ELA quiere dar uso al aeropuerto de la base y las instalaciones del hospital con bastante rapidez, así como comenzar a utilizar su puerto de aguas profundas.

Los planes preliminares también exigen que se destinen 3,000 acres para una reserva natural y eco-turismo de bajo impacto, al desarrollo del turismo futuro así como a la construcción de un centro de ciencia y tecnología.

El anterior Gobernador Pedro Rosselló quiere actuar de forma agresiva para establecer un puerto de trasbordo en la base, una postura a la que se opone la administración del PPD.

Así que el futuro desarrollo de la vieja base de la Marina, comúnmente conocida como Rosie Roads, dependerá mucho de quien se siente en La Fortaleza cuando llegue enero.

Pero quienquiera que esté al mando entonces, se enfrentará no solo a una oportunidad si no a un reto.

La reconstrucción de la base de Ceiba es probablemente la acción más importante que el gobierno local puede emprender durante la próxima década en el frente económico.

Hacerlo bien no solo es importante, es vital para el futuro bienestar de Puerto Rico.


John Marino, Editor Gerente de The San Juan Star, escribe la columna semanal Reporte de Puerto Rico para el Puerto Rico Herald. Su dirección de e-mail es: Marino@coqui.net

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