REPORTE DE PUERTO RICO

Trabajándose a los árbitros

por John Marino

18 de junio de 2004
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. Phil Jackson lo intentó cuando sus Lakers perdieron su dominio en el transcurso de la semana pasada, derrotados ante un equipo de perdedores que les dieron una buena paliza.

Comenzando en Los Ángeles, y prosiguiendo durante la larga semana en Detroit, Jackson se quejó casi constantemente sobre las decisiones tomadas contra su equipo.

Aunque las quejas podrían parecer algo nimio, Jackson sabía que también podría trabajar a favor de su equipo creando dudas sobre si los árbitros del Campeonato de la NBA estaban actuando de una forma justa e imparcial.

Jackson simplemente estaba participando en la antigua práctica de "trabajarse a los árbitros", criticando las decisiones tomadas por los árbitros con la esperanza de que durante el próximo partido la mayoría de éstas recaerían al otro lado.

La filosofía tras esta actuación es que al poner la cuestión bajo el foco de atención, los árbitros se lo pensarían dos veces antes de tomar una decisión en contra de los Lakers, o no tomarla contra los Pistons de Detroit. Al estar Jackson gritando a los cuatro vientos sobre las decisiones erróneas, los árbitros se sentirían más presionados para asegurarse de que las tomaban correctamente.

La estrategia se ha estado utilizando desde hace tiempo en el mundo de los deportes, pero también forma parte integral de las batallas políticas.

El periodista Eric Alterman, un veterano miembro de la redacción de The Nation, destacó la cuestión en el libro del año pasado "¿Qué medios de comunicación liberales?"

Alterman argumenta que realmente no existe la "inclinación liberal de los medios de comunicación" de la que los conservadores llevan quejándose tanto tiempo. Se trata simplemente de que los conservadores son mejores en "trabajarse a los árbitros" que los liberales, o en este caso en quejarse sobre la cobertura que están recibiendo por parte de los medios de comunicación.

Su tesis: los conservadores son tan buenos en "trabajarse a los árbitros" que los medios de comunicación son más protectores de los intereses conservadores que de los intereses de los liberales.

Sin importar lo que uno opine de las conclusiones de Alterman, hay que reconocerle el mérito de desenmascarar esta antigua estrategia de quejarse de los que arbitran. Cuanto más lo haga uno, más probabilidades hay de que uno consiga influencias con los árbitros.

En Puerto Rico, es el Partido Nuevo Progresista el que ha dominado el arte de "trabajarse a los árbitros", argumentando desde que Carlos Romero Barceló era gobernador que los periodistas locales son mayormente populares e independentistas, y que existe una predisposición contra la estadidad en los medios de comunicación locales.

La verdad es que hoy en día los medios de información de Puerto Rico -- una vibrante mezcla de radio, televisión, prensa e Internet y revistas, están probablemente más diversificados que en cualquier otro momento de su historia. Y la mayoría de los propietarios de los medios simpatizan con la estadidad, (incluso Romero Barceló lo ha reconocido).

La campaña Rosselló 2004 ha estado batallando con las organizaciones locales de prensa sobre los comentarios de su comisionado electoral, Thomas Rivera Schatz, que ha criticado como "un mentiroso" a un reportero que cubría la cuestión de la pensión aprobada por el gobierno para el anterior Gobernador Pedro Rosselló. También ha criticado a los reporteros en términos más generales, exhortándoles a tomar notas y prestar atención durante las conferencias de prensa.

Dos agrupaciones periodísticas criticaron a Rivera Schatz, y puede que hayan rebasado la línea entre cubrir y participar en la campaña 2004, al pedir a Rosselló que se disculpara por las acciones de su comisionado electoral. Rivera Schatz está en su derecho de criticar la cobertura de los medios de comunicación y ha sugerido que la prensa local podría beneficiarse de un poco de auto examen.

Una manifestación celebrada el miércoles frente a la sede del Sistema de Jubilación de los Empleados del ELA por el PNP ciertamente condenaba, tal como estaba previsto, la "persecución política" en la que está empeñada la administración Calderón contra Rosselló, pero también se trataba de una protesta contra la cobertura de los medios de comunicación locales de la carrera de Rosselló por la reelección.

No hay duda de que muchos periodistas locales podrían realmente hacer examen de conciencia. Mientras que los medios de comunicación de Puerto Rico en conjunto están realmente equilibrados mediante su propia diversidad, existe cierta visible parcialidad en medios de distribución individuales, algunos de los cuales son bastante poderosos.

Por supuesto que la abierta batalla de Rosselló contra los propietarios del mayor diario de Puerto Rico, aunque se ha dirimido ante los tribunales federales, ha dejado heridas abiertas en ambos lados. Probablemente sea la responsable de la sesgada cobertura contra Rosselló en el periódico, así como de lo que parece ser cada vez más una batalla por parte de la campaña contra un grupo mucho más amplio de medios de información.

Además, los periodistas que participaron en la redacción de la carta pidiendo a Rosselló que se disculpara no deberían estar cubriendo la campaña de Rosselló, pero lo están haciendo. Pero cualquier queja legitima que el cuartel general de Rosselló pueda haber tenido, probablemente lo haya desperdiciado con su táctica de atacar con perdigones al criticar a los medios de comunicación.

Y aunque es cierto que las agrupaciones periodísticas locales han pasado a tomar parte en el debate de la campaña 2004, fueron igualmente combativas con la administración Calderón, demandándola por los procedimiento de acceso policial y su insistencia en emplazar grabaciones de video en el caso por motín contra Carlos Pesquera y otros tres líderes del PNP, que finalmente tuvieron como resultado su exculpación.

Rosselló y otros responsables del PNP no parecen preocupados por las críticas ante sus quejas contra los medios de comunicación. Probablemente se deba a que saben que simplemente están "trabajándose a los árbitros", una táctica necesaria empleada por cualquier director de campaña política que se precie de tal, a pesar de las críticas que la estrategia pueda generar.

Igualmente, los periodistas no deberían pasar demasiado tiempo ponderando los irritantes comentarios de Rivera Schatz, o quejándose de ellos. Deberían simplemente informar de ellos, mostrándolos como lo que son.

Sería mejor que los periodistas, especialmente los que cubren la campaña 2004, se asegurasen de que dichos comentarios no afectan a su claridad de juicio.

Después de todo, tienen algunas preguntas duras que hacerle a Rosselló en su tercer intento por La Fortaleza. Deben estar seguros de que su decisión es la adecuado al hacer las preguntas.


John Marino, Editor Gerente de The San Juan Star, escribe la columna semanal Reporte de Puerto Rico para el Puerto Rico Herald. Su dirección de e-mail es: Marino@coqui.net

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