REPORTE DE PUERTO RICO

Calderón y Zorrilla: Una despedida embarazosa

por John Marino

25 de junio de 2004
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. La Gobernadora Calderón se mostraba preocupada en público esta semana respecto a la dimisión del Secretario de Trabajo, Frank Zorrilla -- días después de que le hubiera llamado la atención en público por apoyar políticas que iban contra su administración.

Hablando de ser pasivo agresivo. Después de lo que la gobernadora dijo la semana pasada, a muchos les sorprendía que la dimisión de Zorrilla no se hubiera producido antes. O que la gobernadora dejara a un lado las apariencias y sencillamente le despidiera.

La semana pasada, Calderón dijo que a Zorrilla " se le ha dicho en repetidas ocasiones que está haciendo declaraciones públicas sobre ciertos anteproyectos que son contrarios a la política pública de mi administración." Aunque al mismo tiempo dijo que eso no quería decir que hubiera perdido la confianza en Zorrilla, nadie en realidad lo creyó.

Esta semana ella dijo "No quería la dimisión del secretario de Trabajo. Fue su decisión. No se le pidió que dimitiera". Zorrilla, al anunciar su dimisión esta semana, dijo que no se trataba de nada personal pero que las diferencias de opinión sobre la política pública eran demasiado grandes para que el siguiera formando parte del Gabinete Calderón.

Pero la cuestión para Calderón sigue siendo --¿ porqué iba a querer que permaneciera en su puesto un Secretario de Trabajo que estaba adoptando unos puntos de vista contrarios a la postura de su administración en varias cuestiones importantes? Pero probablemente no es algo a lo que ella vaya a contestar.

Cuando atacó a Zorrilla la semana pasada, prometió que no aprobaría como ley ninguna medida que perjudicara a la principal meta de su administración de crear puestos de trabajo. Pero en ese momento se negó a concretar cuales eran los anteproyectos específicos que estaban siendo discutidos de los que ella estaba hablando.

No fue hasta esta semana que la gobernadora dijo a regañadientes que no aprobaría dos anteproyectos que Zorrilla había propugnado: una nueva ley antimonopolio más estricta que otorgaría los beneficios de los trabajadores a tiempo completo a los trabajadores a tiempo parcial.

Calderón puede estar preparándose para abandonar La Fortaleza (su mandato acaba en enero y no se presenta a la reelección), pero sigue guardando sus cartas en la manga de tal forma que le hace a uno pensar que está tratando se seguir en el poder.

Una de las razones de su complicado paso de baile en torno al tema de su rebelde secretario de Trabajo puede encontrarse en la reacción ante la dimisión de Zorrilla.

Los líderes sindicalistas, los políticos de la oposición e incluso algunos miembros de su propio partido (que pretenden ser reelegidos) denunciaron los comentarios de la gobernadora y su desacuerdo con Zorrilla sobre las medidas populistas que seguramente tendrían un gran impacto entre los votantes. Dijeron que demostraba que la administración Calderón se sentía obligada con los intereses de las grandes empresas.

Después de sentirse molesta por las críticas, la gobernadora y sus principales asesores mantuvieron un foro sobre la economía, destacando la tendencia positiva de los indicadores económicos. Lo cual dio a Calderón la oportunidad de responder a las críticas, diciendo "para mí, los grandes intereses son trabajar para la clase media, las comunidades especiales, la justicia social y los niños".

Eso suena ciertamente como un político que no sabe que contestar. Pero para Calderón, no es una carrera lo que está corriendo si no una batalla para proteger la imagen de su legado como gobernadora. Quizás no haya nada que haya revelado con mayor claridad que ha dejado enmohecer sus habilidades políticas, que el anuncio la semana pasada de que quería nombrar a la Administradora del Sistema de Jubilación, Marisol Marchand, a un puesto de juez.

El anuncio se hizo en un momento horrorosamente malo, ya que a Marchand solo que faltaban unos días para determinar finalmente si se reducía o no la pensión del gobierno del antiguo Gobernador Pedro Rosselló. El Partido Nuevo Progresista se lanzó al ataque ante el anuncio como evidencia de que Marchand estaba tratando de comprar el camino hasta un puesto en la judicatura al emitir una decisión negativa contra Rosselló.

Las críticas fueron tan mordaces que Marchand, una abogada muy bien considerada, hizo lo que tenía que hacer para proteger su reputación. Declinó la oferta para ser nombrada juez.

Pero la culpa de este desafortunado desenlace recae directamente sobre Calderón, no en los críticos de Marchand del PNP. Tanto si Marchand estaba siendo considerada o no para la judicatura era una de las pocas preguntas que la gobernadora debería haber dejado sin contestar.

Es tiempo de plataforma para los partidos

Tanto el Partido Nuevo Progresista como el Partido Popular Democrático tienen previsto aprobar sus plataformas de gobierno en sus convenciones de este fin de semana, y la medida llega justo a tiempo.

La campaña gubernatorial se ha alejado tanto de las cuestiones que el tema de si la pensión de Rosselló será reducida se ha convertido en una de las cuestiones candentes en la carrera por La Fortaleza.

La aprobación de las plataformas de gobierno llega justo antes del comienzo oficial de la campaña el 1 de julio, cuando los partidos pueden empezar a gastar en serio el dinero destinado a publicidad, lo cual solo añadirá combustible a la capacidad de los embaucadores de la campaña para confundir al público con gran cantidad de humo y espejos.

Los puntales individuales de las plataformas de los partidos probablemente no lleguen a ocupar los titulares de primera página ni acaparen los horarios de mayor audiencia en las informaciones de radio y TV. Pero al menos los votantes juiciosos dispondrán de dos plataformas en las que depender al analizar quien creen que es el más adecuado para dirigir Puerto Rico en noviembre.

Un cuidadoso análisis de las dos plataformas, en la misma medida en que cualquier cosa que hagan o digan los candidatos en los próximos meses, supondrá una clara opción para los votantes.


John Marino, Editor Gerente de The San Juan Star, escribe la columna semanal Reporte de Puerto Rico para el Puerto Rico Herald. Su dirección de e-mail es: Marino@coqui.net

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