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Para ver esta página en inglés, oprima aquí. CARTA AL PUERTO RICO HERALD ¿Hacia dónde va Puerto Rico? por Dr. William Quintana Ruiz
3 de diciembre de 2004 AL PUERTO RICO HERALD: Algo que nadie se ha preguntado durante todo este proceso del conteo, recuento y adjudicación de votos en la elección general en Puerto Rico es: ¿hacia dónde va Puerto Rico? Esta es una pregunta muy importante, tomando en cuenta los indicios de separatismo que hemos estado viendo entre los líderes del Partido Popular Democrático. A mi me impresiona que un ex-militar como Hector Luis Acevedo esté formulando declaraciones sobre el efecto de la desobediencia al dictamen provisional del Tribunal de Distrito de los Estados Unidos en la llamada controversia de los "votos mixtos". Más aún, el actual Comisionado Residente, Aníbal Acevedo Vilá, un empleado federal, también se ha hecho eco de ese llamado. ¿Es la victoria en las elecciones del 2004 tan importante como para poner en juego la relación de Puerto Rico con los Estados Unidos? Aparentemente, sí. Vale señalar que yo quiero ver esta relación desaparecer y que Puerto Rico se convierta en un estado de la unión, pero la manera en que este proceso va desenvolviéndose puede llevar a consecuencias que, incluso las personas que votaron por Acevedo Vilá, no aprobarán. La gran mayoría de los "populares" están a favor de una relación estrecha entre Puerto Rico y los Estados Unidos, el llamado "pacto bilateral". Lo que no apoyan es alejar a Puerto Rico de los Estados Unidos, que es exactamente lo que están haciendo los líderes del PPD cuando hacen un llamado a sus empleados en las urnas a desobedecer la orden legal emitida por el Juez Domínguez. Los llamados cuatro pilares del Estado Libre Asociado, "un mercado en común, una defensa en común, una ciudadanía en común y una moneda en común" se están desplomando uno a uno. El mercado en común se derrumbó con la aprobación de Tratado de Libre Comercio de Norteamérica: Puerto Rico ya no disfruta de derechos exclusivos para la importación y exportación de productos de los Estados Unidos. Con la creciente globalización, muchos países del mundo están sacando ventaja a la situación que durante mucho tiempo sólo Puerto Rico disfrutaba. La defensa en común murió con el retiro de la Marina de los Estados Unidos de Vieques y el cierre de la base de Roosevelt Roads. Sin duda otras bases militares en la isla también cerrarán en un futuro cercano. De modo que el status actual está balanceado en los dos pilares restantes. Las acciones del PPD al desafiar la autoridad del Tribunal de Distrito en Puerto Rico socaban el pilar de la ciudadanía en común del Estado Libre Asociado. Los ciudadanos tienen que respetar los tribunales de su país. Puede que no sea algo particularmente placentero hacerlo, pero en una sociedad con ley y orden es esencial que los ciudadanos acaten las órdenes de los tribunales. Como parte integral de los Estados Unidos, el territorio no incorporado de Puerto Rico existe bajo las leyes de los Estados Unidos, que representa en la isla el Tribunal de Distrito de los Estados Unidos. A mi me aturde ver que los actuales líderes del PPD, que incluye individuos que han servido en las fuerzas armadas de los Estados Unidos (incluyendo el actual Comisionado Residente y muchos otros), estén dispuestos a decir públicamente que el PPD aboga por una unión permanente con los Estados Unidos pero tienen la desfachatez de hacer un llamado a desobediencia de una orden de un juez federal. Esta acción no es una que pueda reconciliarse con el concepto que Puerto Rico es parte de los Estados Unidos. Los jueces federales en Puerto Rico son nombrados por el Presidente de los Estados Unidos y confirmados por el Senado de los Estados Unidos. Sus antecedentes han sido revisados y sometidos a los más estrictos juicios. Son individuos que han logrado salir airosos de ese exigente proceso de confirmación. Saben a cabalidad las leyes federales y sus decisiones se basan en ellas, no en preferencias personales. El Juez Domínguez ha sido muy claro al decir que analizará a fondo toda la evidencia que se le ha presentado para llegar a una decisión en este caso que esté apoyada por las leyes. Nadie sabe cuál será esa decisión; yo estoy seguro que él mismo todavía no lo sabe tampoco. Al menoscabar la autoridad de este juez con el propósito de obtener la gobernación de Puerto Rico, Aníbal Acevedo Vilá ha traicionado todos los principios democráticos que alega defender. En una democracia, contrario a cualquier otra forma de gobierno, los tribunales son integrantes en igualdad en el gobierno. Sirven de árbitros en disputas, tales como la que enfrenta Puerto Rico en estos momentos. Teniendo en cuenta el nuevo ambiente creado después del caso de Bush v. Gore durante las elecciones presidenciales del 2000, el PNP se encuentra en todo su derecho como partido político al pedir al tribunal federal que interprete los votos en disputa durante la elección general del 2004 en Puerto Rico. El partido le debe al menos eso a los casi 950,000 votantes que lo apoyaron con votos válidos a favor de su candidato. En una democracia, un voto no puede tener mayor valor que otro. Todos tienen que tener el mismo peso y deben revelar una intención clara por parte del votante. Cuando ese valor e intención no pueden determinarse fácilmente por las estructuras legales designadas para llevar a cabo esa función, los partidos políticos tienen el derecho a recurrir a la protección de los tribunales. El PPD está contando con que el Tribunal Supremo de Puerto Rico confiera su sello de aprobación a una decisión que los lleve a la victoria. El PNP está buscando justicia en el único foro que se sabe que es imparcial en Puerto Rico. El tratar de subestimar la credibilidad de los tribunales federales en Puerto Rico, con alarmas de humo sobre falta de jurisdicción y haciendo un llamado a poner en tela de juicio la integridad de un juez federal, es una afrenta contra la democracia. ¿Está realmente tan ciego el PPD? ¡Aparentemente sí! No se dan cuenta que con su posición están ayudando a la causa del separatismo en Puerto Rico y la independencia de Puerto Rico puede terminar siendo decidida en los corredores del Congreso y no por los votantes en Puerto Rico, que elección tras elección, han rechazado la independencia por amplios márgenes. De modo que la cuestión de hacia dónde va Puerto Rico podría resultar no siendo hacia dónde los que apoyan al PPD quieren que vaya, pero que de manera decidida y eficaz, es hacia dónde su liderazgo lo está encaminando. por Dr. William Quintana Ruiz NOTA DEL EDITOR: Aníbal Acevedo Vilá, en calidad de Comisionado Residente, sigue siendo un miembro activo en el Congreso de los Estados Unidos que dicta las leyes que el Juez Domínguez ahora está interpretando. Como abogado, el Sr. Acevedo es un oficial del mismo tribunal que ahora está desafiando. |