REPORTE DE PUERTO RICO

Boston dictamina

por John Marino

17 de diciembre de 2004
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. Esta semana, el tribunal federal de apelaciones de Boston actuó de forma rápida y firme en la disputa sobre las elecciones de Puerto Rico. Un panel formado por tres jueces ordenó de forma unánime que la demanda del Partido Nuevo Progresista fuera rechazada, y devolvió a los tribunales locales otra demanda presentada por un grupo de votantes que querían que las papeletas con voto mixto fueran respetadas.

La decisión da un gran impulso al aspirante gubernatorial del Partido Popular Democrático, Aníbal Acevedo Vilá, ya que él era el beneficiario de la gran mayoría de los miles de papeletas con voto mixto en disputa, las cuales el Tribunal Supremo local ya ha determinado que son válidas.

Al darse a conocer la decisión a última hora de la tarde del miércoles, Acevedo Vilá surgió en cabeza del aspirante del PNP, Pedro Rosselló, por más de 1.000 votos (cuando las llamadas papeletas pivazo sean contabilizadas) en el recuento en marcha de las elecciones gubernatoriales, que acaba de alcanzar Ponce, el baluarte del PPD. Por la noche, conforme se iba extendiendo la noticia de la decisión de Boston, los seguidores de Acevedo Vilá se echaron a las calles de San Juan celebrando la victoria.

Puede que todavía sea un poco pronto, aunque ciertamente ahora las posibilidades de Rosselló de prevalecer en un recuento se han visto considerablemente reducidas ahora que las papeletas en disputa van a ser adjudicadas.

El jueves por la mañana, el recuento de papeletas se encontraba en la marca del 61,9 por ciento, por lo que todavía queda mucho recuento por hacer. Mientras los responsables del PPD hablan de si la carrera ha terminado, algunas personalidades del PNP reconocen que Rosselló todavía puede arañar la victoria con unos 1.000 votos.

El recuento, la principal razón de que el PNP acudiese a los tribunales, es más importante que nunca. Y existen otras cuestiones pendientes sobre las que pelear además de los votos pivazo, las papeletas con marca triple en las cuales los votantes hicieron una marca bajo la insignia del Partido Independentista Puertorriqueño y otras dos junto a los nombres de Acevedo Vilá y su compañero de carrera Roberto Prats. De hecho, estos votos no son tan numerosos como se pensó. Las estimaciones iniciales del Presidente de la Comisión de Elecciones Estatales, Aurelio Gracia, daban un número en torno a 28.000 pero hasta ahora solo se han contado unos 4.500.

Por ejemplo, el PNP está tratando que se desechen más de 3.000 votos emitidos por presos y que fueron devueltos a la CEE en sobres abiertos. El PNP también se queja de que algunos presos testificaron que se les había presionado para que votaran de un cierto modo y que estos votos también deberían descontarse. Los votos de los presos, creen los observadores, favorecían decididamente a Acevedo Vilá, ya que durante la campaña Rosselló comentó la posibilidad de quitar a los presos su derecho al voto.

La disputa legal ha demorado de forma innecesaria el recuento en varias ocasiones y ahora más que nunca, Gracia debería seguir adelante con ello a toda marcha. Había estimado que el recuento quedaría cerrado para el 28 de diciembre, pero debería ampliar las horas de trabajo si fuera necesario para terminar el conteo antes de Navidad.

Ya no le quedan al PNP más batallas legales que disputar. Pero a nadie le queda duda de que los tribunales locales decidirán en contra de cualquier intento de reconsiderar la cuestión de las papeletas con voto mixto. Y la firmeza de la decisión del Tribunal de Apelaciones de Boston hace que las posibilidades de que el PNP obtenga una vista ante el Tribunal Supremo de EE.UU. sean como mucho escasas y aun más escasas las de que prevalezca si logra una vista.

"Fue un abuso de discreción que el Tribunal de Distrito determinase que la queja de los demandantes de Rosselló podría posiblemente tener bases para una intervención federal y, como resultado, fue de necesidad un abuso de discreción que el Tribunal de Distrito concediese un requerimiento preliminar manteniendo la jurisdicción en un caso en el cual nuestro precedente en el Circuito claramente requería que no interviniera el Tribunal de Distrito," se dice en la decisión de Boston, redactada por los tres jueces: Juan Torruella, Norman Stahl y Jeffrey Howard.

El Tribunal de Apelaciones dijo que la demanda del PNP no presentaba ninguna base que pudiera sostenerse sobre la decisión del Tribunal Supremo de EE.UU. en el caso Bush contra Gore en 2000, cuando la corte suprema intervino en la controvertida elección de Florida, la cual determinaría la carrera presidencial. En su lugar, el tribunal utilizó como precedente el caso del Partido Nuevo Progresista contra Barreto Pérez en 1980, en el cual el 1er Circuito también retiró un caso de votaciones de la jurisdicción del tribunal federal. (Irónicamente, Torruella, entonces juez de distrito de EE.UU. en San Juan, fue revocado en ese caso).

Básicamente, el tribunal de apelaciones rechazó los argumentos del PNP de que al adjudicar las papeletas pivazo, la CEE estaba cambiando las reglas del juego después de las elecciones. "Aquí no existe una política del ELA claramente expresada, y mucho menos un estatuto, que indique que las papeletas de tres marcas con voto repartido no son válidas. Como mucho, la decisión de la comisión meramente aclaraba una ley anteriormente cuestionada," dice el fallo.

Torruella añadió en una opinión coincidente: "Lo que aquí pasó no fue un cambio en las reglas establecidas de Puerto Rico con respecto a las papeletas de voto mixto con tres marcas, si no más bien una aclaración del status de las papeletas, cuya validez o no-validez no había quedado claramente establecida anteriormente como una cuestión en la política electoral de Puerto Rico".

Mientras que la decisión fue un golpe para el PNP, el mayor perdedor fue probablemente el Juez de Distrito de EE.UU. Daniel Domínguez, que el lunes recibió un vapuleo verbal durante las alegaciones verbales respecto a la duración del tiempo que se estaba tomando para decidir sobre aspectos clave del caso.

Una de las pocas decisiones que tomó sobre el caso, mantener la jurisdicción, fue recriminada por los jueces de Boston. "Encontramos que el ejercicio de la retirada de jurisdicción es sencillamente errónea en este caso porque no se había presentado ninguna cuestión federal en esta actuación," escribieron los jueces. "Parece ser, del lenguaje de la orden de aplicación del requerimiento, que el Tribunal de Distrito promulgó el mandato sencillamente para preservar su jurisdicción y, por lo tanto, lo trataremos como tal".

El fallo emitido por Boston puede costarle a Rosselló las elecciones, pero si se mantiene fiel a su palabra y sigue como presidente del PNP, podría ostentar mucho más poder político que el Gobernador Acevedo Vilá.

Domínguez no puede tener tal consuelo después del rápido y duro juicio impuesto por Boston.


John Marino, Editor Gerente de The San Juan Star, escribe la columna semanal Reporte de Puerto Rico para el Puerto Rico Herald. Su dirección de e-mail es: Marino@coqui.net

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