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La era de un gobierno dividido en Puerto Rico fue oficialmente presentado esta semana cuando la Comisión de Elecciones Estatales acreditó la victoria del candidato gubernatorial del Partido Popular Democrático, Aníbal Acevedo Vilá.
Mientras que el PPD controla La Fortaleza, el Partido Nuevo Progresista ha capturado el puesto de comisionado residente con sede en Washington, D.C., la mayoría de los gobiernos municipales de Puerto Rico y un firme control de la Cámara y el Senado locales. Se trata de la primera vez en la historia de la isla desde que los puertorriqueños han elegido a su propio gobernador, que el gobernador y el comisionado residente son de diferentes partidos.
Un gobierno dividido, quizás sea un fin apropiado para una de las más sucias campañas políticas en la historia de la isla, con todos los indicios de que la difamación no disminuirá.
Aunque ha habido una cierta expectación en cuanto a que la situación obligaría a los políticos a trabajar más en consenso para el mayor bien de Puerto Rico, los acontecimientos de esta semana parecen reducir dichas esperanzas.
Desde luego, Acevedo Vilá y el comisionado residente electo del PNP, Luis Fortuño, sonrieron y se estrecharon la mano el martes, tras recibir la acreditación de la CEE como ganadores, prometiendo trabajar juntos por el bien de Puerto Rico. Pero la maquinaria de sus respectivos partidos políticos ya estaba al ataque, engendrando un entorno político tan cargado como en el momento cumbre de una campaña electoral.
El candidato gubernatorial del PNP, Pedro Rosselló, se negó a continuar la batalla legal del PNP al rechazar el intento de una vista ante el Tribunal Supremo de EE.UU., pero dijo que lo hacía para aliviar la ansiedad del pueblo puertorriqueño y manteniendo que existieron irregularidades en la aceptación de los votos pivazo, varios miles emitidos por los presos de la isla, y en el manejo por parte de la CEE de las papeletas de los ausentes.
Dijo que Acevedo Vilá había "robado legalmente" las elecciones e indicó que no era el momento para un gobierno compartido. Criticó como partidista las acciones del jefe de la CEE, Aurelio Gracia, y del Tribunal Supremo local.
Entretanto, la maquinaria del gobierno del ELA controlado por el PPD ha continuado atacando a Rosselló, con una investigación por soborno del Departamento de Justicia de unos informes de prensa referentes a las maniobras del PNP para tratar de obtener para Rosselló un escaño en el Senado. La administración Calderón ya ha puesto en marcha investigaciones sobre las anteriores declaraciones de impuestos y la pensión del antiguo gobernador durante dos mandatos. Lo cual tiene como resultado un uso sin precedente de las agencias del ELA para investigar a un oponente político. La investigación de la cuestión del escaño en el Senado es esencialmente ridícula. Este tipo de maniobras son algo común en la política de la isla.
El gran ganador del 2 de noviembre, 2004 fue Fortuño, quien fue capaz de ganar limpiamente al tiempo que mantenía la campaña negativa a un mínimo. Es probablemente el que está más seguro políticamente de los tres grandes jugadores en la nueva fisonomía del escenario político, mientras que tanto Acevedo Vilá como Rosselló están abiertos a los retos internos del partido para mantener sus puestos de liderazgo.
No es probable que Fortuño, miembro del Comité Republicano Nacional de Puerto Rico, se vea retado en una primaria del partido. Al contrario que Rosselló y Acevedo Vilá, solo tendrá que luchar contra uno si escoge ir a por La Fortaleza en 2008.
A pesar de la Victoria electoral de Acevedo Vilá, muchos dentro del PPD siguen viendo al hijo del antiguo gobernador José Alfredo Hernández Mayoral como el futuro del partido. Rosselló puede haber hecho mucho por aportar vigor a las bases del partido en noviembre, hasta tal punto que logró arrolladoras victorias en la Legislatura y entre las alcaldías de la isla, sin mencionar la elección de Fortuño como el único representante sin voto de Puerto Rico en el Congreso de EE.UU. Pero el marcador sigue mostrándole como el gran perdedor del 2 de noviembre, y los expertos ya predicen que Fortuño o Jorge Santini, alcalde de San Juan, entre otras posibilidades, se alzarán como candidato gubernatorial del PNP en 2008.
Incluso si Acevedo Vilá logra vencer los retos del partido, necesitará apoyo fuera de las filas del PPD, probablemente del sector pro independencia, con el fin de ganar la reelección. Tendrá que ser mucho más agresivo sobre la cuestión del status que lo fue la administración Calderón, de la cual él era un jugador clave, con el fin de poder disfrutar de dicho respaldo. Al mismo tiempo, unas tentativas de acercamiento demasiado evidentes con los independentistas podrían poner en su contra a los sectores más conservadores del PPD que también podrían resultar decisivos.
Rosselló, entretanto, sigue siendo una formidable fuerza dentro del PNP, que mantiene una sólida oportunidad de prevalecer ante cualquiera que le rete. Pero si hay una lección en esta campaña para el partido de la estadidad, es que también tiene que tender la mano a los votantes no afiliados para lograr una victoria en las elecciones generales. El antiguo gobernador disfrutó de dicho respaldo durante sus dos primeras carreras, pero esta vez, su campaña casi se mofó de los votantes indecisos. Más que Pedro Rosselló, la figura del Comisionado Electoral del PNP, Thomas Rivera Schatz, un perro de presa político, llegó a dominar la imagen pública de la campaña del antiguo gobernador. Y en la negativa del PNP a firmar los papeles de acreditación de Acevedo Vilá, el antiguo gobernador no da señales de cambiar de rumbo.
Tanto Acevedo Vilá, con las llaves del gobierno del ELA, como Rosselló, el líder de la Legislatura dominada por el PNP, una poderosa influencia sobre la mayoría de los alcaldes de la isla y el único representante de Puerto Rico en el Congreso, tendrán amplio poder político. De hecho, el poder de Rosselló será tal que será como tener dos gobernadores. Su batalla durante los próximos cuatro años será un capítulo sin precedentes en la política de la isla, en el cual cada uno será juzgado no solo por lo que logre realizar sino también por cómo lo logra.
A seguro en su refugio de Washington, D.C., teniendo solo que tratar con el estamento político federal, Fortuño dispondrá del mejor escaño en la Cámara.
John Marino, Editor Gerente de The San Juan Star, escribe la columna semanal Reporte de Puerto Rico para el Puerto Rico Herald. Su dirección de e-mail es: Marino@coqui.net
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