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Proclamación Presidencial sobre el Mes Nacional de la
Herencia Hispana, 1998
Por WILLIAM J. CLINTON
La presencia de los hispanos en este continente precede la fundación
de nuestra Nación. Entre los primeros a establecerse en el Nuevo
Mundo, los hispanos y sus descendientes han influido profunda y permanentemente
en la historia, cultura y los valores americanos. Desde la llegada de los
primeros pobladores españoles hace más de 400 años,
millones de hombres y mujeres hispanos han venido a los Estados Unidos desde
Méjico, Puerto Rico, Cuba y otras regiones caribeñas, Centroamérica,
Sudamérica y España, en búsqueda de la paz, libertad
y un futuro más próspero. Trajeron con ellos un compromiso
fuerte a sus familias y comunidades, una profunda ética de trabajo,
y una fe inagotable en el Sueño Americano.
En una nación que obtiene tanto poder de sus numerosas culturas
y razas, los hispanoamericanos son una fuerza vibrante en nuestra sociedad
y parte íntegra de nuestra economía. Por ejemplo, las empresas
creadas y dirigidas por mujeres hispanas constituyen una de las categorías
de pequeños negocios estadounidenses creciendo a la mayor velocidad.
Este espíritu de empresario ha contribuido a la más fuerte
economía estadounidense en una generación.
Mientras nos acercamos al siglo 21 y enfrentamos los desafíos
de una economía global, reconocemos que el éxito de nuestra
Nación está íntimamente ligado con el éxito
de nuestros ciudadanos de herencia hispana, que constituyen una parte grande
y creciente de nuestra población. Mi Administración está
comprometida a asegurar que los hispanoamericanos tienen las oportunidades
que necesitan para realizar sus sueños para una vida mejor.
La llave que abre esos sueños es la educación. Debemos
continuar alcanzando a la juventud hispana, animándolos a quedarse
en la escuela, graduarse de la escuela secundaria y proceder a la universidad
para que puedan competir exitosamente por buenos trabajos y aprovecharse
de las oportunidades de carrera prometientes. Como parte de estos esfuerzos,
mi Administración se ha comprometido a asegurar que nuestro Plan
de Acción de la Educación Hispana de $600 millones reciba
los fondos completos. Esta iniciativa proveerá las inversiones necesitadas
para ayudar a los estudiantes hispanos a dominar las habilidades más
básicas y ponerse hábiles en el inglés. Además,
este plan ayudará las escuelas a implementar ciertas reformas para
reducir el número de desertores escolares, permitir que los adultos
participan en programas de entrenamiento básico y clases de inglés,
y ofrecer ayuda a los colegios y universidades que sirven a las comunidades
grandes de estudiantes hispanos.
Este mes, mientras nos acordamos con reconocimiento especial de los dones
que los hispanoamericanos brindan a cada aspecto de nuestra vida nacional,
reafirmemos nuestros esfuerzos para asegurar que todas las familias hispanas
tienen los recursos y oportunidades que necesitan para hacer lo máximo
con sus vidas. Trabajando juntos, podemos enfrentar los desafíos
del siglo 21 de tal manera que se celebren nuestras diferencias y nos unamos
alrededor de nuestros valores comunes.
A fin de honrar a los hispanoamericanos por sus importantes contribuciones
a nuestra Nación y cultura, el Congreso, por medio de la Ley Pública
100-402, ha autorizado y pedido que el Presidente emitiera una proclamación
anual designando el 15 de septiembre al 15 de octubre como el "Mes
Nacional de la Herencia Hispana".
POR CONSIGUIENTE, YO, WILLIAM J. CLINTON, Presidente de los Estados Unidos
de América, con estas palabras proclamo que el 15 de septiembre al
15 de octubre de 1998 es el Mes Nacional de la Herencia Hispana. Exhorto
a todos los funcionarios, dirigentes, educadores y la gente de los Estados
Unidos a honrar esta observancia con programas, ceremonias y actividades
apropiados.
EN FE DE LO CUAL, he puesto mi mano a esto, este decimoquinto día
de septiembre, el año del Señor mil novecientos noventa y
ocho, y el 223º año de la independencia de los Estados Unidos
de América.
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