Click here to see this document in English.

Estados Unidos reconstruirá los hogares puertorriqueños destruidos por el huracán

 

4 de octubre de 1998

SAN JUAN, Puerto Rico (AP) -- En un albergue en Puerto Rico la semana pasada, Hillary Rodham Clinton habló de una donación estadounidense de $39 millones para reconstruir los hogares destruidos.

Pero dos semanas después de que el Huracán Georges devastó este territorio estadounidense, miles de personas siguen languideciendo en escuelas, centros comunitarios y las casas de amigos y parientes -- y la promesa estadounidense parece una gota en el mar.

El costo de devolver a la gente desplazada a sus casas será mucho mayor que jamás se imaginaba, probablemente muchísimo más que $1 mil millones. Y es cierto que los contribuyentes estadounidenses están pagando la mayoría de la cuenta.

"Estamos hablando de muchísimo dinero," dijo Michael Colon, el coordinador caribeño para el Departamento de la Vivienda y Desarrollo Urbano de EE.UU.

Al principio los funcionarios estimaron el daño de propiedad de la isla -- lo que incluye las calles, edificios públicos, parques y playas - a unos $2 mil millones. Actualmente, se piensa que esta cifra fue subestimada.

Hasta ahora, una cierta confusión ha acompañado el esfuerzo para resolver la crisis de la gente sin casa. Los funcionarios aún no saben cuántas personas siguen sin hogar, ni cómo proveerles de casas.

Además de causar la muerte de tres personas en la isla, Georges destruyó casi 30.000 casas y dañó al menos 60.000 casas más, según las estimaciones del Departamento de la Vivienda local. Aquellas personas que terminaron sin casa pueden recibir hasta $25.000 de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA, por sus siglas en inglés), así como $13.500 para comprar muebles y aparatos domésticos.

Las autoridades puertorriqueñas ahora dicen que el programa FEMA, que permitiría que los residentes reconstruyeran sus casas de madera y zinc, pudiera ser una mala idea, ya que dejaría las casas nuevas tan vulnerables a los huracanes como las viejas.

Al contrario, el Gobernador Pedro Roselló quiere contribuciones federales en bloques que, combinadas con dinero del presupuesto local de Puerto Rico, subvencionarían la construcción de casas más durables y caras, hechas de cemento y ubicadas en lugares lejos de las zonas de peligro.

Bajo su plan, las víctimas del huracán comprarían casas que valen $65.000 por solamente $15.000, con pagos hipotecarios de alrededor de $100 mensuales.

"Aunque esto ha sido un verdadero desastre para Puerto Rico, deberíamos considerarlo como una oportunidad para construir algo mejor que lo que teníamos antes," explicó la secretaria de la Vivienda de Puerto Rico, Ana Carmen Alemany.

El plan fue presentado al Secretario de la Vivienda de los EE.UU. Andrew Cuomo cuando llegó a Puerto Rico con la Sra. Clinton la semana pasada.

"Estamos confiando en que el Secretario Cuomo vuelva al Presidente Clinton y a [el director FEMA] James Lee Witt, y les comunique su apoyo para este programa," dijo Alemany.

Mientras tanto, 15.000 puertorriqueños, víctimas del huracán, siguen recluidos en los albergues. Aún más están viviendo con sus amigos y familiares, aunque no se sabe con exactitud cuántos son.

Decisiones concretas sobre cómo resolver la situación devastadora a largo plazo han sido puestas al lado, mientras que el gobierno trata la necesidad más urgente de restaurar el agua y electricidad y proveer alojamiento provisional.

"Hasta el momento, todavía no hay un programa," admitió Bessie Figueroa, enlace a FEMA del Departamento de la Vivienda de Puerto Rico.

Mientras tanto, el Cuerpo de Ingenieros del Ejército de Estados Unidos está entrecruzando la isla para reponer los techos dañados. El Departamento de Vivienda de la isla está proporcionando volantes ["vouchers"] de $1.000 para comprar materiales de construcción. La ciudad de San Juan está distribuyendo cheques de $500 para comprar comestibles.

"No podemos esperar al gobierno federal," dijo el alcalde de San Juan, Sila Calderón.

En un albergue de San Juan la semana pasada, Calderón distribuía ropa y cheques a las víctimas del huracán.

Sesenta y seis personas vivían en este centro comunitario cálido, y dormían en filas de catres separadas por sólo unos tres pies. Los niños lloraban en sus corrales. Ropa, algunos juguetes y papelitos de comida estaban esparcidos aquí y allí. Había una televisión y algunos abanicos.

Una mujer le preguntó a Calderón por cuánto tiempo su familia tendría que quedarse en el albergue, y respondió el alcalde, "No sé."

Una cantidad significativa pero desconocida de las víctimas eran advenedizos que no tenían un título legal a la propiedad que perdieron.

No está claro cómo estas personas serán alojadas. El programa FEMA las excluye de la elegibilidad; el plan del gobierno no las excluye.

El Alcalde Calderón dijo que la mayoría de las personas sin casa, víctimas de Georges, representan "el otro rostro de Puerto Rico"; madres no casadas, recibidores de welfare, los desempleados, aquellos que vivían en las casas más vulnerables al desastre.

"Éstas son las personas que aún esperan a participar en el desarrollo que hemos experimentado durante los últimos 50 años," dijo.

Marca Registrada 1998, The Associated Press. Derechos reservados. Este material no puede publicarse, radiodifundirse, reescribirse ni redistribuirse.

Legislación sobre la autodeterminación | Página inicial del Puerto Rico Herald
Quiosco de periódicos | Puerto Rico | Gobierno de los EE.UU. | Archivo
Búsqueda | Lista de direcciones de correo | ¡Contáctenos! | Opinión