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Encuesta indica que el 48% de los puertorriqueños
apoya la estadidad, mayoría para el día electoral
está al alcance
24 de noviembre de 1998
SAN JUAN, Puerto Rico - Respaldando la iniciativa del gobernador
Pedro Roselló que promueve la estadidad, una nueva encuesta
revela que el 48 por ciento de los puertorriqueños votará
por el ingreso a la unión.
También es muy significativo que un 63 por ciento de
los votantes indecisos haya manifestado que es más probable
que vote por la estadidad a causa de los beneficios que otorga
la ciudadanía estadounidense, lo que claramente permitiría
la mayoría para la estadidad en el día de los comicios,
de mantenerse sin variaciones la dinámica general del electorado.
Otro elemento que contribuye este repunte de la estadidad es
la percepción en dos tercios de los encuestados, de que
el Congreso responderá favorablemente si los votantes eligen
la estadidad en el plebiscito.
La investigación -basada en entrevistas a 829 posibles
votantes fue realizada por Mason-Dixon Research, Inc., la principal
encuestadora para elecciones estatales del continente- encontró
que el resto de los votantes en el territorio de los EE.UU. está
dividido entre una variedad de opciones, incluyendo la del status
quo del ELA, la independencia, la "libre asociación"
(esencialmente una independencia con lazos con los Estados Unidos
establecidos por tratado), y "ninguna de las anteriores"
Los puertorriqueños escogerán entre estas opciones
en la votación del 13 de diciembre, definiendo la futura
relación con los Estados Unidos. La encuesta realizada
telefónicamente en toda la isla fue realizada entre el
7 y el 15 de noviembre.
Los resultados, que tienen un márgen de error del 3,5%,
representan una frustración para el partido opositor, el
Partido Popular Democrático, que apoya el ELA. Luego de
perder una batalla ante la corte federal para impedir el plebiscito,
el partido convocó a sus partidarios a hacer fracasar el
referéndum mediante el voto por la opción "ninguna
de las anteriores".
Cerca del 24% de las personas consultadas prefirió el
status quo del ELA, un 18% optó por "ninguna de las
anteriores", un 3% lo hizo por la independencia y un 2% por
la libre asociación.
A pesar de que un 5% de las personas encuestadas no estaban
seguras de cómo votarían, un análisis estadístico
de este decisivo bloque de votantes indicó que se inclinan
más a compartir los puntos de vista de los defensores de
la estadidad que los de los partidarios de las otras opciones.
Por ejemplo el tema de la ciudadanía estadounidense es
vital para captar a los indecisos: el 58% de éstos manifiesta
que probablemente votarían por la estadidad de tener que
basar su voto sólo en esta cuestión.
Las fuerzas que apoyan el estado libre asociado han objetado
la definición de ELA que aparece en las papeletas. Su propia
definición de ELA, que no pudo conseguir la mayoría
en el plebiscito de 1993, fue omitida de las boletas electorales
en cumplimiento de una disposición del Congreso que la
consideró anticonstitucional e imposible de implementar.
La Cámara de Representantes de los EE.UU. aprobó
la Cám. Rep. 856, el Acta de Status Político de
los EE.UU y Puerto Rico, y a continuación, el Senado aprobó
este año por unanimidad la Res. Sen. 279, medidas ambas
que respaldan la determinación final del status político
de Puerto Rico a través de un plebiscito local. Puerto
Rico fue adquirido a España en la Guerra Hispano-Americana
y desde entonces ha sido administrado por el Congreso bajo la
Cláusula Territorial de la Constitución.
En respuesta, el Gobernador Rosselló convocó
a una votación no vinculante, con la esperanza de que prevalezca
la opción de la estadidad y que esto impulse al Congreso
a admitir a Puerto Rico como el estado número 51 de la
Unión. Roselló confía en que el Congreso
implementará la petición de estadidad, en vista
a las encuestas realizadas en 1998, que demuestran que una aplastante
mayoría de los votantes del continente está a favor
de la admisión de Puerto Rico en la Unión, si el
electorado de la isla así lo elige.
Bajo el estado libre asociado actual, los 3,8 millones de residentes
son ciudadanos estadounidenses pero no pueden votar en las elecciones
presidenciales y tampoco tienen voto en el Congreso. No pagan
impuestos estadounidenses, pero los beneficios federales que reciben
son limitados, y pueden ser convocados a prestar el servicio militar
de los EE.UU.
La encuesta fue encargada por el Puerto
Rico Herald y realizada por Mason-Dixon Research, Inc., de
Annapolis, MD.
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