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THE HARTFORD COURANT
'Ninguna de las anteriores' triunfa
EDITORIAL
15 de diciembre de 1998
©Marca Registrada 1998 The Hartford Courant
No es frecuente que la opción "ninguna de las anteriores"
consiga la mayoría de los votos en un referéndum.
La mayoría de los puertorriqueños votó por
esa opción el domingo, en lo que podría catalogarse
como un sorprendente revés para los partidarios de la estadidad.
Quienes propugnan convertir a la isla caribeña en el
estado 51 controlan ambas cámaras de la legislatura y el
gobierno. La terminología que emplearon en la propuesta
de votación puede calificarse -y para decirlo con gentileza-
como confusa. A los votantes se les pidió que eligieran
una de cinco alternativas: la estadidad; el status de Estado Libre
Asociado (ELA); la independencia; un ambiguo híbrido de
ELA e independencia, llamado "libre asociación",
y la todavía más vaga "ninguna de las anteriores".
El objetivo de quienes concibieron el plebiscito era dividir
para triunfar, pero a su estrategia le salió el tiro por
la culata.
La oposición se unió en torno a "ninguna
de las anteriores", que ganó el 50,2% de los votos.
Los resultados no envían un claro mensaje al Congreso
sobre cuál es finalmente el status que prefieren los puertorriqueños.
La votación subraya la necesidad de que el Congreso sancione
un referéndum claro y de carácter vinculante, en
!el cual se detallen los resultados que se obtendrán con
cada opción.
El Congreso estuvo a punto de resolver esta cuestión
la primavera pasada, cuando la Cámara de Representantes
aprobó un proyecto de ley que hubiera fijado los términos
para un plebiscito. Pero el proyecto no prosperó en el
Senado.
La pretensión del gobernador Pedro J. Rosselló
de que los resultados del domingo representan una victoria para
la estadidad es poco sincera. Sí, el 46,5% de los votantes
apoyó a la estadidad, pero la mayoría no lo hizo.
La actual asociación territorial con los Estados Unidos
nunca fue concebida como una forma permanente de gobierno. En
el continente, las plataformas de los partidos Demócrata
y Republicano prometen -desde 1950- resolver el status final de
Puerto !Rico basándose en la elección de sus habitantes.
Los defensores del ELA actualmente vigente, que no concede
a los residentes el derecho a votar en las elecciones legislativas
y presidenciales, reconocen que necesita serias correcciones.
Pero, como resultado del acto electoral del domingo, los puertorriqueños
están una vez a fojas cero.
No se decidió realmente el status futuro de la isla.
Cuando el Congreso se reúna nuevamente el año
próximo, debería retomar la legislación aprobada
por la Cámara de Representantes en primavera. Los puertorriqueños
merecen una mejor oportunidad para determinar su destino que la
que tuvieron el domingo.
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