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IMPLICANCIAS DEL PLEBISCITO DE STATUS POLÍTICO DE PUERTO RICO REALIZADO EL 13 DE DICIEMBRE DE 1998

Los resultados de la reciente votación en Puerto Rico
En el plebiscito realizado en Puerto Rico el 13 de diciembre de 1998, la estadidad fue aprobada por el 46,5% de los votantes, el más alto número de votos entre las cuatro opciones de status político legalmente definidas que se presentaron en el comicio.

Entre las otras cuatro opciones reconocidas por la ley estadounidense, la independencia recibió la aprobación del 2,5% del electorado; una definición constitucionalmente correcta del actual Estado Libre Asociado (ELA) alcanzó un escaso 0,1%, y la independencia con un tratado de libre asociación consiguió sólo el 0,2% de los sufragios emitidos. Una quinta opción presentada en el plebiscito, "ninguna de las anteriores", obtuvo el 50.2% de los votos.

Los resultados representan un paso necesario en el proceso de autodeterminación de Puerto Rico
Resultaba imperativo disipar la confusión creada por el plebiscito de 1993, en el cual la mayoría de los votos (48%) favoreció a una definición de ELA legalmente defectuosa y constitucionalmente inválida.

La declaración efectuada en el plebiscito de 1993 de que el ELA significa una forma de unión no territorial permanente y conforme a la constitución que garantiza la ciudadanía estadounidense a perpetuidad ha sido rechazada por el Departamento de Justicia en representación del Poder Ejecutivo, así como de ambas Cámaras del Congreso y de la Suprema Corte. Por tal motivo, era necesaria otra votación en la que apareciesen solamente las opciones legalmente fundadas y políticamente realistas, para comenzar el proceso de resolución del status.

¿Qué significado tienen los resultados para el Congreso a largo plazo?
Tanto el plebiscito de 1993 como el de 1998 se realizaron por disposición de leyes locales, luego de que se frustrara en el Congreso la aprobación de leyes que definieran las opciones disponibles para alcanzar un status permanente.

En ausencia de una clara política legislativa sobre el status de Puerto Rico, la mayoría de los votantes aparentemente prefirió abstenerse de escoger entre las opciones de status legalmente reconocidas. Sin embargo, los resultados del plebiscito de 1998 -en contraste con los de 1993- no permiten que el Congreso los ignore, ya que esta vez no se apoyó definición una poco realista de ELA.

En cambio, el voto por "ninguna de las anteriores" de 1998 demuestra que el proceso de autodeterminación de Puerto Rico permanecerá inerte hasta que el congreso autorice un plebiscito federal en el cual se precisen a los votantes los términos para la estadidad, la soberanía independiente o la continuación del actual status bajo la autoridad que le otorga al Congreso la cláusula territorial.

Dado que tanto el actual status territorial como cualquier forma de independencia han sido rechazados, y que los sondeos realizados muestran que los puertorriqueños tienen una alta valoración de su ciudadanía americana, la verdadera cuestión es determinar si existe alguna otra opción que no sea la estadidad para alcanzar una unión permanente y la ciudadanía irrevocable.

Es necesario un plebiscito patrocinado por el Congreso
El plebiscito de 1998 confirma la necesidad de que el Congreso indague la voluntad del pueblo de Puerto Rico sobre las opciones que el mismo Congreso está dispuesto a considerar. Esto solamente puede lograrse si el Congreso patrocina un referéndum bajo la ley federal e informa a los votantes sobre los términos para la continuidad del status actual o para cambiarlo por uno nuevo.

Bases históricas y legales del proceso del status de Puerto Rico
La última vez que el Congreso ejercitó el poder y la autoridad de la cláusula territorial bajo el Tratado de París para definir el status y los derechos de los residentes en Puerto Rico fue en 1950, cuando la Ley Pública 600 autorizó el establecimiento de un sistema de autogobierno del ELA para asuntos que el Congreso consideraba locales. El establecimiento del ELA se basó expresamente en el consentimiento de los votantes en un referéndum patrocinado por el Congreso.

El status quo del ELA fue rechazado
El abrumador rechazo del ELA bajo la forma en que existe, establecido por la L.P. 600, significa que ahora sólo el Congreso puede establecer un proceso para restaurar el gobierno con consentimiento unánime. Ante la falta de acción del Congreso, Puerto Rico se encuentra una vez más en la misma situación en la que se encontraba antes de 1950.

Los ciudadanos estadounidenses de Puerto Rico se ven privados de ejercer sus derechos en el proceso político federal al cual están sometidos, y la administración estadounidense bajo el régimen del ELA creado por el Congreso no es un status consensual o de pleno autogobierno.

Cuestiones que el Congreso debe considerar a corto plazo
La realidad histórica que emerge del tortuoso proceso de autodeterminación de Puerto Rico es que el 97% de los votantes quiere la unión permanente, la ciudadanía estadounidense irrevocable para las futuras generaciones de puertorriqueños, y un tratamiento igual al brindado a los estados en el sistema político, presupuestario y económico de los Estados Unidos. El 46,5% de los votantes cree que Puerto Rico debe asumir iguales responsabilidades para obtener iguales derechos, y que la estadidad es la única forma constitucional de unión permanente.

No resulta sorprendente que el 50,2% del electorado aún quiera saber si el Congreso va a garantizar constitucionalmente la continuidad del actual subsidio de $ 10.000 millones anuales, brindando al ELA un tratamiento similar al de un estado, mientr!as éste siga siendo un enclave del separatismo cultural, lingüístico y político bajo la bandera americana.

Esto significa que el Congreso tendrá que decidir si un status basado en la negociación de derechos civiles reducidos y la privación del derecho a votar de 3,8 millones de ciudadanos estadounidenses a cambio de limitados beneficios federales es un asunto de interés nacional cuando estamos por ingresar en un nuevo siglo. Quienes apoyan la continuidad del ELA deben justificar ya su posición.

Los partidarios del ELA en Puerto Rico deben explicar por qué deben continuar los gastos federales mientras Puerto Rico disfruta de la exención del impuesto a las ganancias y busca el reconocimiento de una soberanía independiente, la nacionalidad y ciudadanía bajo una doctrina de segregación étnica y confederación política (que incluye el deseo de un poder local para anular las leyes federales).

Asimismo, quienes apoyan el ELA en el Congreso deben definir los términos y las políticas bajo las cuales se autorizará su continuidad, y explicar también por qué los puertorriqueños no deben preocuparse de que el ELA sólo les otorgue un status político y una ciudadanía temporarios, que pueden ser modificados por un futuro congreso a su voluntad.

 

RESPUESTAS A PREGUNTAS FRECUENTES SOBRE LOS RESULTADOS DEL PLEBISCITO: LAS IMPLICANCIAS EN LA FUTURA RELACION ENTRE LOS ESTADOS UNIDOS Y PUERTO RICO

1)¿Por qué se realizó este plebiscito? ¿No hubo uno en 1993?

El plebiscito puertorriqueño de 1993 dejó sin resolver el status político de la isla, dando continuidad a un siglo de dominio estadounidense sobre este territorio americano, adquirido en la Guerra Hispano-Americana de 1898. El plebiscito de 1998 buscaba resolver la cuestión ofreciéndole a los votantes puertorriqueños opciones de status posibles de implementar constitucionalmente.

2) Volviendo al plebiscito de 1993, ¿por qué era necesario un nuevo plebiscito si en aquella ocasión ganó el Estado Libre Asociado (ELA)?

No es cierto. El status quo del ELA no integraba la votación de 1993. Una definición "ampliada" de ELA aparecía en las papeletas y esta prevaleció por una pluralidad.

Esta fue la primera vez desde 1952 en que la mayoría de los votantes de Puerto Rico rechaza el status quo o cualquier postura similar. Más aún, la formula ganadora no pudo ser acreditada plenamente por que contenía propuestas inconstitucionales, entre las que se incluían la unión permanente con los EE.UU. y la garantía de la ciudadanía americana, que sólo pueden ser obtenidas mediante la estadidad.

3) ¿Entonces, quién ganó esta vez?
De las opciones de status legítimas, definidas por el Congreso y consistentes con la constitución -el status quo territorial, o sea el ELA; la libre asociación, la independencia y la estadidad- prevaleció o ganó la estadidad, con el 46,5% de los votos.

4) Como puede usted afirmar eso, acaso "ninguna de las anteriores" no obtuvo más del 50%?

Es verdad, "ninguna de las anteriores" recibió el 50,2%, pero esa no era una opción de status legítima sino que más bien representó una amalgama de votos de protesta contra la actual administración: los votantes que apoyaron la misma definición desacreditada de 1993 -que no apareció en las papeletas esta vez por razones de legalidad- y, finalmente, aquellos sectores del electorado que se encontraban descontentos con cualquiera de las opciones legítimamente ofrecidas.

5) No entiendo, ¿de qué se trata la opción "ninguna de las anteriores"?

En 1993 la Corte Suprema de Puerto Rico estableció que esta opción debía ser ofrecida a los votantes que no tuvieran preferencia por ninguna de las otras presentadas en el plebiscito sobre el status. Por ejemplo, algunos podían querer que Puerto Rico fuese volviese a ser gobernada por España o que el territorio se convirtiera políticamente en parte de otro estado (New York o Florida) o, inclusive, de otro territorio (Virgin Islands).

6 ) El partido pro ELA, el PPD, apoyaba esta opción, ¿no debería considerarse entonces que su "victoria" representa el triunfo del ELA?

No. El PPD normalmente habría apoyado el ELA, pero se negó a reconocer la definición que aparecía en el plebiscito, legítimamente aprobada por el Congreso, reclamando que debía aplicarse la desacreditada definición de 1993; por tal motivo dispuso que sus partidarios votaran en contra de todas las opciones, eligiendo "ninguna de las anteriores".

7) ¿Por qué el PPD no presentó su propia definición ante el Congreso o la Legislatura de Puerto Rico?

El PPD afirmaba que la definición del plebiscito de 1993 era correcta a pesar de que fue rechazada en 1998, cuando la Cámara de Representantes de los EE.UU. aprobó la Cam.Rep. 856. El PPD presentó su propia nueva definición después de que Puerto Rico dictara la ley de plebiscito de 1998.

De todas maneras, la nueva definición fue considerada como una "versión recalentada" (o reciclada o reflotada) de la opción, constitucionalmente defectuosa, de 1993.

8) Bueno, ¿entonces la estadidad fue derrotada por segunda vez en cinco años?

No. Es cierto que la estadidad salió segunda en 1993, pero la fórmula ganadora -el ELA "ampliado"- fue considerado constitucionalmente inviable por el Congreso y por tal motivo se realizó el plebiscito de 1998, en el cual sólo se incluyeron definiciones aprobadas legislativamente.

Entre las cuatro definiciones legítimas del plebiscito de 1998, la estadidad resultó en el primer puesto.

9) ¿Pero, no fue el gobernador Rosselló quien declaró que la estadidad era la cabal ganadora en 1998?

Es verdad. Pero si se considera cuál de las cuatro opciones legítimas de status recibió la mayor cantidad de votos, él tiene razón.

10) ¿ Por qué motivo no podemos respetar la voluntad de la mayoría y omitir tomar ninguna medida por el momento?

La voluntad de la mayoría -no importa cómo sea medida, aún considerando "ninguna de las anteriores- demuestra que casi el 100 % de los puertorriqueños rechazan el actual ELA. Por lo tanto, debe realizarse otro plebiscito bajo el patrocinio federal en el cual sea el Congreso el que defina las opciones legítimas de status entre las cuales tendrán que escoger los votantes de Puerto Rico.

11) ¿Por qué quiere que el Congreso tome parte en el proceso plebiscitario? ¿No debería ser dejado en manos de Puerto Rico?

La cuestión del status está, desafortunadamente, ligada a la política local de Puerto Rico, y el proceso electoral permite que cualquiera de los partidos use el referéndum para perseguir sus propios fines en lugar de resolver de manera permanente la futura relación de Puerto Rico con los Estados Unidos.

En 1993, cada partido definió su propia opción de status y los partidarios del ELA dieron una definición que cuya implementación resultó legal y constitucionalmente inviable. En 1998, a pesar que sólo se incluyeron definiciones aprobadas por el Congreso, la ley local exigió la inclusión de la opción "ninguna de las anteriores", que fue usada por los partidarios del ELA para subvertir el plebiscito e impedir la victoria de una opción legítima de status.

En síntesis, si se deja la cuestión en manos de Puerto Rico, sólo podemos esperar que se repitan, una vez más, las experiencias de 1993 y 1998.

12) ¿Qué quiere que haga el Congreso?

Solamente el Congreso puede ordenar por ley plebiscito federal con opciones legítimas en el cual esté excluida la alternativa "ninguna de las anteriores".

Este es el único método viable, que en ultima instancia conducirá al pleno autogobierno de Puerto Rico y a la permanente resolución de su relación con los Estados Unidos.

13) ¿Por qué?

Es necesario determinar un nuevo status político, legítimo y apoyado por la mayoría del electorado del territorio, ya que en 1993 la mayoría de los puertorriqueños aprobó el status quo del ELA (en efecto desde 1952), y casi el 100% del electorado lo rechazó en el plebiscito de 1998.


14) Francamente, ya que el Gob. Pedro Rosselló decidió que no aspirará a un tercer mandato en 1999, ¿no es cierto que este esfuerzo a obtener la legislación federal de plebiscito sea bien teórico?

Seguro que no.

El partido pro-estadidad de Rosselló ha nombrado a Carlos Pesquera, actual Secretario de Transporte y de Obras Públicas, como candidato a gobernador en 1999.

Pesquera ha prometido que seguirá en las huellas del Gob. Rosselló, y abogará por la unión de Puerto Rico con los demás 50 estados en los EE.UU., haciendo de la isla el 51º estado.

De hecho, en hacerse el candidato oficial a gobernador del NPP, Pesquera dio su palabra que se empeñaría desde el Primer Día después de las elecciones en celebrar un nuevo plebiscito de status, y en obtener del nuevo 107º Congreso la afirmación de que actuaría sobre el resultado.

15) ¿No será que simplemente se está tratando de forzar a que los puertorriqueños opten por la estadidad, algo que no desean, para asegurar así su ciudadanía americana y los lazos permanentes con los EE.UU.?

No. Es cierto que más del 97% de los puertorriqueños quiere los lazos permanentes con los EE.UU., y que la estadidad es el único status legal que puede garantizar su perpetuidad; pero también es cierto que el actual status del ELA, de naturaleza territorial, puede otorgar estos atributos americanos, aunque el Congreso tiene facultades constitucionales para modificar o enmendarlos en el futuro y así como puede hacerlo con la relación de los puertorriqueños con los EE.UU..

Es más, la autoridad del Congreso sobre Puerto Rico es absoluta, por ejemplo: aún sin convocar a un plebiscito, éste puede unilateralmente declarar independiente a Puerto Rico bajo la Cláusula Territorial.

16) ¿Esta legislación del plebiscito no discriminaría al ELA?

Incorrecto, los partidarios del ELA pensarían que sí, debido a que su defectuosa definición de Estado Libre Asociado quedaría excluida del comicio.

En verdad, Puerto Rico sólo puede aspirar a un status político legítimo y reconocido internacionalmente. Más aún, si los puertorriqueños quieren retener la ciudadanía estadounidense de manera permanente e iguales lazos con los EE.UU. deben escoger un status que pueda ser conciliado con la Constitución de los EE.UU.

El ELA, el status quo, tiene carácter transitorio y no es reconocido por la ley internacional. Asimismo, el ELA ampliado presenta aún más puntos débiles, no es un status legítimo para la Constitución estadounidense.

17) ¿Por qué es tan importante que ahora se dicte una nueva legislación plebiscitaria?

Bajo el mandato de la Constitución, el status territorial es temporario, y 100 años como posesión americana resultan tiempo suficiente como para que se establezca un status permanente para Puerto Rico.
El presente status ya no es apoyado por la mayoría de los residentes de Puerto Rico, de acuerdo con los plebiscitos de 1993 y 1998.

Además, no se puede pretender que los contribuyentes americanos continúen subsidiando al ELA de Puerto Rico a razón de $ 10.000 millones anuales, cifra que crece constantemente, sin que se visualice ninguna solución de status permanente.

Ya es hora de que el Congreso ponga fin a una discusión que se remonta a las iniciativas legislativas en el Congreso de 1989, sobre los procedimientos para resolver la relación entre los EE.UU. y Puerto Rico.

18) ¿Qué significado tiene esto para el pueblo americano en su conjunto?

La resolución del status político de Puerto Rico debería ser bien acogida por todos los americanos.

Un Puerto Rico independiente o libremente asociado pondría fin al subsidio federal anual de $10.000 millones para la isla, aportado por todos los ciudadanos estadounidenses.

Con el pleno autogobierno de Puerto Rico -ya sea con la independencia, la libre asociación o la estadidad- los EE.UU pondrán fin a la hipocresía de pregonar la autodeterminación para todos los pueblos del mundo al mismo tiempo que mantienen la mayor colonia del planeta bajo su soberanía.

19) ¿Qué significaría para los puertorriqueños?

La autodeterminación y el pleno autogobierno ofrecerán por fin -luego 400 años de dominio español y 100 de dominio americano- a los 3,8 millones de ciudadanos estadounidenses de Puerto Rico la oportunidad de determinar su propio futuro político como parte de los EE.UU. o como una nación independiente.

Los puertorriqueños deben despojarse de su ciudadanía de segunda clase, poder participar en las elecciones presidenciales de los EE.UU. y elegir representantes con derecho a votar en el Congreso, en el caso de opten por convertirse en estado.

O bien, en el caso de que prefieran la independencia o la libre asociación, ser los dueños de su propio destino.

En ambos casos, ya no estarán privados de su derecho a votar ni se les negarán los plenos derechos a la ciudadanía.

Finalmente, la independencia o la estadidad les otorgarán una mejor calidad de vida como resultado de la aceleración del crecimiento económico y del incremento del ingreso per capita.

20) ¿Por qué motivo deberían los republicanos apoyar esta legislación?

Antes de que nada, se trata de una cuestión de principios, ya que el partido ha apoyado la autodeterminación de Puerto Rico a lo largo de 40 años.

Cada presidente republicano -Eisenhower, Nixon, Ford, Reagan y Bush- apoyó la autodeterminación de Puerto Rico.

Nuestra plataforma del Partido Republicano ha reclamado, desde 1972, la autodeterminación de Puerto Rico. En 1996, dijimos: "aprobamos las iniciativas del liderazgo republicano en el Congreso para proveer a Puerto Rico una suave transición hacia la estadidad si sus ciudadanos escogen modificar el status actual, o dejarlos emprender su propio camino para convertirse en una nación independiente".

Por último, Ralph Ree declaró: "Resulta muy apropiado que un Congreso republicano le otorgue al pueblo de Puerto Rico lo que muchos presidentes republicanos quisieron lograr, un camino para que determinen por sí mismos el gobierno que quieren tener".

21) Si El Partido Republicano Aprueba La Legislación Plebiscitaria, ¿Qué Obtiene Políticamente?

Políticamente, la aprobación de la legislación puede ayudar a los Republicanos con los 30 millones de Americanos Hispanos del continente. El incremento de la atracción hacia este grupo aumentó los votos Republicanos entre los Americanos Hispanos al 37 por ciento en 1998 del 27 por ciento en las elecciones de 1996.

Los Hispanos serán pronto la mayor minoría de la nación (2005) y clave para ganar críticos votos electorales en estados tales como California, Arizona, Texas y Florida. Sin un por ciento considerable del voto Hispano Americano, la Casa Blanca estará fuera del alcance en el 2000.

Como evidencia de la importancia de los Hispanos para el partido, los Republicanos pueden proclamar las victorias de la Cámara Legislativa en Texas (George W. Bush ganó con más de 40 por ciento de los votos Hispanos) y Florida (donde Jeb Bush fue fuertemente apoyado de manera similar por los Hispanos) gracias al bloque votante de los Hispanos.

Como contraste, las pérdidas del gobierno en California y de un asiento en el senado en Nueva York fueron debidas exclusivamente a la pobre representación Republicana de este grupo, cuyo 80 por ciento apostó por los candidatos Demócratas ganadores.

Si el Partido Republicano quiere ser el Nuevo Partido Mayoritario no tiene otra opción, tiene que alcanzar a los Americanos Hispanos aprobando la legislación plebiscitaria de propia-determinación de Puerto Rico.

Tal como dijo Ralph Reed, "El Partido Republicano está en el umbral de un triunfo político dramático. Para alcanzarlo…debemos demostrar que nuestro partido es el hogar natural de millones de Americanos Hispanos y de que es el verdadero representante de sus ideales y valores…Tenemos una oportunidad para comenzar este alcance ahora."

22) ¿Por qué debería el Congreso controlado por los republicanos ayudar al Partido Republicano de Puerto Rico?

El Partido Republicano de Puerto Rico fue fundado en 1902 (78 años después de que los Demócratas iniciaran sus actividades en la isla) por el Dr. José Celso Barbosa, el pionero de la estadidad para Puerto Rico. Ya en 1928, el partido tomó el control de ambas cámaras de la legislatura.

Elección tras elección se demuestra que Puerto Rico tiene una fuerte identificación con los valores tradicionales del Partido Republicano: conservadurismo fiscal, defensa de la familia, rechazo al aborto, y respeto a la religión.

El Partido Republicano de Puerto Rico ha sido el principal aliado del partido nacional y el principal contribuyente para sus candidatos. En las elecciones presidenciales primarias de 1996, la victoria de Bob Dole en la isla potenció su campaña y lo lanzó a la nominación presidencial.

Para concluir, las iniciativas del PPD -partido gobernante, propulsor de la estadidad- superan los objetivos establecidos por los republicanos en el continente, ya que incluyen: la implementación de la privatización de las empresas públicas, un momento de meditación diaria al inicio de la actividad escolar, el concepto de escuela charter, la reducción de los impuestos a los ingresos y a la actividad financiera y la racionalización del personal del gobierno.

23) ¿Si los republicanos aprueban una nueva ley de plebiscito y Puerto Rico se convierte en Estado, no corren el riesgo de que sean elegidos senadores y representantes demócratas que amencen el control republicano del Congreso?

Las estadísticas prueban lo contrario. La mayoría de los miembros de la legislatura de Puerto Rico es republicana y el 68% de los alcaldes de la isla también lo es.

El Partido Demócrata de Puerto Rico nunca ha elegido un solo officeholder demócrata.

Es más, una encuesta realizada por el Center for Research and Public Policy reveló que pueblo de Puerto Rico comparte los valores tradicionales del partido: defienden la familia; están contra el aborto; apoyan lo!s vouchers escolares; favorecen la oración en las escuelas y la aplicación de condenas más fuertes para quienes cometan crímenes violentos y que afecten a menores; apoyan el estilo de vida conservador y se oponen al reconocimiento de la homosexualidad.

Cómo lo señalara Ralph Reed, "Si en el día de mañana Puerto Rico se convierte en un estado y se realizan elecciones legislativas, podríamos esperar que nos vaya muy bien".

24) ¿Qué ganancia obtendrían los republicanos y su partido si aprueban la legislación del plebiscito?

La credibilidad y con ella la posibilidad de recapturar su tradicional tajada de los votos hipanos americanos en los estados decisivos -tanto en las elecciones locales como en las presidenciales- para el 2000.

Dar un paso decisivo hacia la construcción de su status de Partido de la Nueva Mayoría, al demostrar que la gran tienda del Partido Republicano atrae -e incluye- a todos.

25) ¿Por Qué los Demócratas Deben Apoyar Esta Legislación?

Es una cuestión de principios.

Los Demócratas han estado comprometidos con la propia-determinación de Puerto Rico tal como lo han estado los Republicanos. Solo recientemente, el Presidente Clinton prometió revisar el status político de Puerto Rico y ofrecer opciones significativas a los votantes de la isla.

El Presidente dijo que el voto por 'ninguno de los de arriba' no era un ganador para una opción clara, insinuando que el referendo Federal era necesario para finalizar el asunto.

26) Si El Partido Democrático Aprueba La Legislación Plebiscitaria, ¿Qué Obtiene Políticamente?

Políticamente, la aprobación de la legislación apuntalará la fuerza de los Demócratas entre los 30 millones de Americanos Hispanos del continente, 6.6 millones de los cuales votaron por los Demócratas en 1996 con cerca de un 73 por ciento de margen, pero cayeron a un 63 por ciento en 1998.

La probabilidad de una candidatura de George W. Bush en el 2000 pudiera incentivar el apoyo Democrático entre los Hispanos, que pronto será la mayor minoría de la nación (2005). Después de todo, él se coló en el voto Hispano de Texas en la campaña gubernamental de 1998, ganando más del 40 por ciento de sus votos.

Por tanto, para retener la Casa Blanca en el 2000 el partido debe mostrar su apoyo a este tema, el cual esta avalado por más de ciento de organizaciones Hispano Americanas. Después de todo, este bloque es la clave para ganar los votos críticos electorales en estado como California, Arizona, Texas y Florida.

Sin la conservación del ya tradicional gran porcentaje del voto Hispano Americano, la Casa Blanca en el 2000 está fuera del alcance.

Aún más, el triunfo del gobierno en California y del asiento en el Senado en Nueva York en 1998 se debió a que la representación de este grupo estaba por los cielos, con más de un 80 por ciento votando por los candidatos-ganadores Demócratas.

De nuevo, la clave para recuperar el control de la Casa y del Senado en el 2000 pudiera bien estar en mantener a los votantes Hispanos interesados en los Demócratas. La propia-determinación de Puerto Rico es el tema número uno para este grupo y, por tanto, apoyando la legislación del plebiscito federal ayudará a contrarrestar los esfuerzos de los Republicanos de atraer a los Hispanos a sus boletos a nivel local, de estado y nacional.

27) ¿Qué más tienen que ganar los Demócratas y el Partido Democrático aprobando la Legislación Plebiscitaria?

La oportunidad de negar a los Republicanos un chance significativo de usurpar este tradicional bastión Democrático de fuerza votante.

A medida que la población Hispana se convierte en la mayor minoría en los E.U. el futuro de la política Americana cambiará dramáticamente en los próximos 20 años. El partido que pueda atraer permanentemente a este grupo estará en el camino correcto para dominar el terreno político en la primera mitad del nuevo milenio.

Los Demócratas no pueden darse el lujo de ceder este grupo en este punto crucial a los Republicanos.

28) ¿Qué Perderían los Demócratas y los Republicanos al no Aprobar la Legislación de Auto-Determinación de Puerto Rico?

A largo plazo: Credibilidad dentro de la comunidad Hispano Americana y otras minorías dentro del país.

A corto plazo: Márgenes disminuidos en la Casa y el Senado, quizás control, y la pérdida de una importante carrera gubernatorial y local y la Casa Blanca en el 2000.

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