Click here to see this document in
English.
IMPLICANCIAS DEL PLEBISCITO DE STATUS POLÍTICO
DE PUERTO RICO REALIZADO EL 13 DE DICIEMBRE DE 1998
Los resultados de la reciente votación
en Puerto Rico
En el plebiscito realizado en Puerto Rico el 13 de diciembre de
1998, la estadidad fue aprobada por el 46,5% de los votantes,
el más alto número de votos entre las cuatro opciones
de status político legalmente definidas que se presentaron
en el comicio.
Entre las otras cuatro opciones reconocidas por la ley estadounidense,
la independencia recibió la aprobación del 2,5%
del electorado; una definición constitucionalmente correcta
del actual Estado Libre Asociado (ELA) alcanzó un escaso
0,1%, y la independencia con un tratado de libre asociación
consiguió sólo el 0,2% de los sufragios emitidos.
Una quinta opción presentada en el plebiscito, "ninguna
de las anteriores", obtuvo el 50.2% de los votos.
Los resultados representan un paso
necesario en el proceso de autodeterminación de Puerto
Rico
Resultaba imperativo disipar la confusión creada por el
plebiscito de 1993, en el cual la mayoría de los votos
(48%) favoreció a una definición de ELA legalmente
defectuosa y constitucionalmente inválida.
La declaración efectuada en el plebiscito de 1993 de
que el ELA significa una forma de unión no territorial
permanente y conforme a la constitución que garantiza la
ciudadanía estadounidense a perpetuidad ha sido rechazada
por el Departamento de Justicia en representación del Poder
Ejecutivo, así como de ambas Cámaras del Congreso
y de la Suprema Corte. Por tal motivo, era necesaria otra votación
en la que apareciesen solamente las opciones legalmente fundadas
y políticamente realistas, para comenzar el proceso de
resolución del status.
¿Qué significado tienen
los resultados para el Congreso a largo plazo?
Tanto el plebiscito de 1993 como el de 1998 se realizaron
por disposición de leyes locales, luego de que se frustrara
en el Congreso la aprobación de leyes que definieran las
opciones disponibles para alcanzar un status permanente.
En ausencia de una clara política legislativa sobre
el status de Puerto Rico, la mayoría de los votantes aparentemente
prefirió abstenerse de escoger entre las opciones de status
legalmente reconocidas. Sin embargo, los resultados del plebiscito
de 1998 -en contraste con los de 1993- no permiten que el Congreso
los ignore, ya que esta vez no se apoyó definición
una poco realista de ELA.
En cambio, el voto por "ninguna de las anteriores"
de 1998 demuestra que el proceso de autodeterminación de
Puerto Rico permanecerá inerte hasta que el congreso autorice
un plebiscito federal en el cual se precisen a los votantes los
términos para la estadidad, la soberanía independiente
o la continuación del actual status bajo la autoridad que
le otorga al Congreso la cláusula territorial.
Dado que tanto el actual status territorial como cualquier
forma de independencia han sido rechazados, y que los sondeos
realizados muestran que los puertorriqueños tienen una
alta valoración de su ciudadanía americana, la verdadera
cuestión es determinar si existe alguna otra opción
que no sea la estadidad para alcanzar una unión permanente
y la ciudadanía irrevocable.
Es necesario un plebiscito patrocinado
por el Congreso
El plebiscito de 1998 confirma la necesidad de que el Congreso
indague la voluntad del pueblo de Puerto Rico sobre las opciones
que el mismo Congreso está dispuesto a considerar. Esto
solamente puede lograrse si el Congreso patrocina un referéndum
bajo la ley federal e informa a los votantes sobre los términos
para la continuidad del status actual o para cambiarlo por uno
nuevo.
Bases históricas y legales
del proceso del status de Puerto Rico
La última vez que el Congreso ejercitó el poder
y la autoridad de la cláusula territorial bajo el Tratado
de París para definir el status y los derechos de los residentes
en Puerto Rico fue en 1950, cuando la Ley Pública 600 autorizó
el establecimiento de un sistema de autogobierno del ELA para
asuntos que el Congreso consideraba locales. El establecimiento
del ELA se basó expresamente en el consentimiento de los
votantes en un referéndum patrocinado por el Congreso.
El status quo del ELA fue rechazado
El abrumador rechazo del ELA bajo la forma en que existe, establecido
por la L.P. 600, significa que ahora sólo el Congreso puede
establecer un proceso para restaurar el gobierno con consentimiento
unánime. Ante la falta de acción del Congreso, Puerto
Rico se encuentra una vez más en la misma situación
en la que se encontraba antes de 1950.
Los ciudadanos estadounidenses de Puerto Rico se ven privados
de ejercer sus derechos en el proceso político federal
al cual están sometidos, y la administración estadounidense
bajo el régimen del ELA creado por el Congreso no es un
status consensual o de pleno autogobierno.
Cuestiones que el Congreso debe considerar
a corto plazo
La realidad histórica que emerge del tortuoso proceso de
autodeterminación de Puerto Rico es que el 97% de los votantes
quiere la unión permanente, la ciudadanía estadounidense
irrevocable para las futuras generaciones de puertorriqueños,
y un tratamiento igual al brindado a los estados en el sistema
político, presupuestario y económico de los Estados
Unidos. El 46,5% de los votantes cree que Puerto Rico debe asumir
iguales responsabilidades para obtener iguales derechos, y que
la estadidad es la única forma constitucional de unión
permanente.
No resulta sorprendente que el 50,2% del electorado aún
quiera saber si el Congreso va a garantizar constitucionalmente
la continuidad del actual subsidio de $ 10.000 millones anuales,
brindando al ELA un tratamiento similar al de un estado, mientr!as
éste siga siendo un enclave del separatismo cultural, lingüístico
y político bajo la bandera americana.
Esto significa que el Congreso tendrá que decidir si
un status basado en la negociación de derechos civiles
reducidos y la privación del derecho a votar de 3,8 millones
de ciudadanos estadounidenses a cambio de limitados beneficios
federales es un asunto de interés nacional cuando estamos
por ingresar en un nuevo siglo. Quienes apoyan la continuidad
del ELA deben justificar ya su posición.
Los partidarios del ELA en Puerto Rico deben explicar por qué
deben continuar los gastos federales mientras Puerto Rico disfruta
de la exención del impuesto a las ganancias y busca el
reconocimiento de una soberanía independiente, la nacionalidad
y ciudadanía bajo una doctrina de segregación étnica
y confederación política (que incluye el deseo de
un poder local para anular las leyes federales).
Asimismo, quienes apoyan el ELA en el Congreso deben definir
los términos y las políticas bajo las cuales se
autorizará su continuidad, y explicar también por
qué los puertorriqueños no deben preocuparse de
que el ELA sólo les otorgue un status político y
una ciudadanía temporarios, que pueden ser modificados
por un futuro congreso a su voluntad.
RESPUESTAS
A PREGUNTAS FRECUENTES SOBRE LOS RESULTADOS DEL PLEBISCITO: LAS
IMPLICANCIAS EN LA FUTURA RELACION ENTRE LOS ESTADOS UNIDOS Y
PUERTO RICO
1)¿Por qué se realizó
este plebiscito? ¿No hubo uno en 1993?
El plebiscito puertorriqueño de 1993 dejó sin
resolver el status político de la isla, dando continuidad
a un siglo de dominio estadounidense sobre este territorio americano,
adquirido en la Guerra Hispano-Americana de 1898. El plebiscito
de 1998 buscaba resolver la cuestión ofreciéndole
a los votantes puertorriqueños opciones de status posibles
de implementar constitucionalmente.
2) Volviendo al plebiscito de 1993,
¿por qué era necesario un nuevo plebiscito si en
aquella ocasión ganó el Estado Libre Asociado (ELA)?
No es cierto. El status quo del ELA no integraba la votación
de 1993. Una definición "ampliada" de ELA aparecía
en las papeletas y esta prevaleció por una pluralidad.
Esta fue la primera vez desde 1952 en que la mayoría
de los votantes de Puerto Rico rechaza el status quo o cualquier
postura similar. Más aún, la formula ganadora no
pudo ser acreditada plenamente por que contenía propuestas
inconstitucionales, entre las que se incluían la unión
permanente con los EE.UU. y la garantía de la ciudadanía
americana, que sólo pueden ser obtenidas mediante la estadidad.
3) ¿Entonces, quién
ganó esta vez?
De las opciones de status legítimas, definidas por el Congreso
y consistentes con la constitución -el status quo territorial,
o sea el ELA; la libre asociación, la independencia y la
estadidad- prevaleció o ganó la estadidad, con el
46,5% de los votos.
4) Como puede usted afirmar eso, acaso
"ninguna de las anteriores" no obtuvo más del
50%?
Es verdad, "ninguna de las anteriores" recibió
el 50,2%, pero esa no era una opción de status legítima
sino que más bien representó una amalgama de votos
de protesta contra la actual administración: los votantes
que apoyaron la misma definición desacreditada de 1993
-que no apareció en las papeletas esta vez por razones
de legalidad- y, finalmente, aquellos sectores del electorado
que se encontraban descontentos con cualquiera de las opciones
legítimamente ofrecidas.
5) No entiendo, ¿de qué
se trata la opción "ninguna de las anteriores"?
En 1993 la Corte Suprema de Puerto Rico estableció que
esta opción debía ser ofrecida a los votantes que
no tuvieran preferencia por ninguna de las otras presentadas en
el plebiscito sobre el status. Por ejemplo, algunos podían
querer que Puerto Rico fuese volviese a ser gobernada por España
o que el territorio se convirtiera políticamente en parte
de otro estado (New York o Florida) o, inclusive, de otro territorio
(Virgin Islands).
6 ) El partido pro ELA, el PPD, apoyaba
esta opción, ¿no debería considerarse entonces
que su "victoria" representa el triunfo del ELA?
No. El PPD normalmente habría apoyado el ELA, pero se
negó a reconocer la definición que aparecía
en el plebiscito, legítimamente aprobada por el Congreso,
reclamando que debía aplicarse la desacreditada definición
de 1993; por tal motivo dispuso que sus partidarios votaran en
contra de todas las opciones, eligiendo "ninguna de las anteriores".
7) ¿Por qué el PPD no
presentó su propia definición ante el Congreso o
la Legislatura de Puerto Rico?
El PPD afirmaba que la definición del plebiscito de
1993 era correcta a pesar de que fue rechazada en 1998, cuando
la Cámara de Representantes de los EE.UU. aprobó
la Cam.Rep. 856. El PPD presentó su propia nueva definición
después de que Puerto Rico dictara la ley de plebiscito
de 1998.
De todas maneras, la nueva definición fue considerada
como una "versión recalentada" (o reciclada o
reflotada) de la opción, constitucionalmente defectuosa,
de 1993.
8) Bueno, ¿entonces la estadidad
fue derrotada por segunda vez en cinco años?
No. Es cierto que la estadidad salió segunda en 1993,
pero la fórmula ganadora -el ELA "ampliado"-
fue considerado constitucionalmente inviable por el Congreso y
por tal motivo se realizó el plebiscito de 1998, en el
cual sólo se incluyeron definiciones aprobadas legislativamente.
Entre las cuatro definiciones legítimas del plebiscito
de 1998, la estadidad resultó en el primer puesto.
9) ¿Pero, no fue el gobernador
Rosselló quien declaró que la estadidad era la cabal
ganadora en 1998?
Es verdad. Pero si se considera cuál de las cuatro opciones
legítimas de status recibió la mayor cantidad de
votos, él tiene razón.
10) ¿ Por qué motivo
no podemos respetar la voluntad de la mayoría y omitir
tomar ninguna medida por el momento?
La voluntad de la mayoría -no importa cómo sea
medida, aún considerando "ninguna de las anteriores-
demuestra que casi el 100 % de los puertorriqueños rechazan
el actual ELA. Por lo tanto, debe realizarse otro plebiscito bajo
el patrocinio federal en el cual sea el Congreso el que defina
las opciones legítimas de status entre las cuales tendrán
que escoger los votantes de Puerto Rico.
11) ¿Por qué quiere
que el Congreso tome parte en el proceso plebiscitario? ¿No
debería ser dejado en manos de Puerto Rico?
La cuestión del status está, desafortunadamente,
ligada a la política local de Puerto Rico, y el proceso
electoral permite que cualquiera de los partidos use el referéndum
para perseguir sus propios fines en lugar de resolver de manera
permanente la futura relación de Puerto Rico con los Estados
Unidos.
En 1993, cada partido definió su propia opción
de status y los partidarios del ELA dieron una definición
que cuya implementación resultó legal y constitucionalmente
inviable. En 1998, a pesar que sólo se incluyeron definiciones
aprobadas por el Congreso, la ley local exigió la inclusión
de la opción "ninguna de las anteriores", que
fue usada por los partidarios del ELA para subvertir el plebiscito
e impedir la victoria de una opción legítima de
status.
En síntesis, si se deja la cuestión en manos
de Puerto Rico, sólo podemos esperar que se repitan, una
vez más, las experiencias de 1993 y 1998.
12) ¿Qué quiere que
haga el Congreso?
Solamente el Congreso puede ordenar por ley plebiscito federal
con opciones legítimas en el cual esté excluida
la alternativa "ninguna de las anteriores".
Este es el único método viable, que en ultima
instancia conducirá al pleno autogobierno de Puerto Rico
y a la permanente resolución de su relación con
los Estados Unidos.
13) ¿Por qué?
Es necesario determinar un nuevo status político, legítimo
y apoyado por la mayoría del electorado del territorio,
ya que en 1993 la mayoría de los puertorriqueños
aprobó el status quo del ELA (en efecto desde 1952), y
casi el 100% del electorado lo rechazó en el plebiscito
de 1998.
14) Francamente, ya que el Gob. Pedro
Rosselló decidió que no aspirará a un tercer
mandato en 1999, ¿no es cierto que este esfuerzo a obtener
la legislación federal de plebiscito sea bien teórico?
Seguro que no.
El partido pro-estadidad de Rosselló ha nombrado a Carlos
Pesquera, actual Secretario de Transporte y de Obras Públicas,
como candidato a gobernador en 1999.
Pesquera ha prometido que seguirá en las huellas del
Gob. Rosselló, y abogará por la unión de
Puerto Rico con los demás 50 estados en los EE.UU., haciendo
de la isla el 51º estado.
De hecho, en hacerse el candidato oficial a gobernador del
NPP, Pesquera dio su palabra que se empeñaría desde
el Primer Día después de las elecciones en celebrar
un nuevo plebiscito de status, y en obtener del nuevo 107º
Congreso la afirmación de que actuaría sobre el
resultado.
15) ¿No será que simplemente
se está tratando de forzar a que los puertorriqueños
opten por la estadidad, algo que no desean, para asegurar así
su ciudadanía americana y los lazos permanentes con los
EE.UU.?
No. Es cierto que más del 97% de los puertorriqueños
quiere los lazos permanentes con los EE.UU., y que la estadidad
es el único status legal que puede garantizar su perpetuidad;
pero también es cierto que el actual status del ELA, de
naturaleza territorial, puede otorgar estos atributos americanos,
aunque el Congreso tiene facultades constitucionales para modificar
o enmendarlos en el futuro y así como puede hacerlo con
la relación de los puertorriqueños con los EE.UU..
Es más, la autoridad del Congreso sobre Puerto Rico
es absoluta, por ejemplo: aún sin convocar a un plebiscito,
éste puede unilateralmente declarar independiente a Puerto
Rico bajo la Cláusula Territorial.
16) ¿Esta legislación
del plebiscito no discriminaría al ELA?
Incorrecto, los partidarios del ELA pensarían que sí,
debido a que su defectuosa definición de Estado Libre Asociado
quedaría excluida del comicio.
En verdad, Puerto Rico sólo puede aspirar a un status
político legítimo y reconocido internacionalmente.
Más aún, si los puertorriqueños quieren retener
la ciudadanía estadounidense de manera permanente e iguales
lazos con los EE.UU. deben escoger un status que pueda ser conciliado
con la Constitución de los EE.UU.
El ELA, el status quo, tiene carácter transitorio y
no es reconocido por la ley internacional. Asimismo, el ELA ampliado
presenta aún más puntos débiles, no es un
status legítimo para la Constitución estadounidense.
17) ¿Por qué es tan
importante que ahora se dicte una nueva legislación plebiscitaria?
Bajo el mandato de la Constitución, el status territorial
es temporario, y 100 años como posesión americana
resultan tiempo suficiente como para que se establezca un status
permanente para Puerto Rico.
El presente status ya no es apoyado por la mayoría de los
residentes de Puerto Rico, de acuerdo con los plebiscitos de 1993
y 1998.
Además, no se puede pretender que los contribuyentes
americanos continúen subsidiando al ELA de Puerto Rico
a razón de $ 10.000 millones anuales, cifra que crece constantemente,
sin que se visualice ninguna solución de status permanente.
Ya es hora de que el Congreso ponga fin a una discusión
que se remonta a las iniciativas legislativas en el Congreso de
1989, sobre los procedimientos para resolver la relación
entre los EE.UU. y Puerto Rico.
18) ¿Qué significado
tiene esto para el pueblo americano en su conjunto?
La resolución del status político de Puerto Rico
debería ser bien acogida por todos los americanos.
Un Puerto Rico independiente o libremente asociado pondría
fin al subsidio federal anual de $10.000 millones para la isla,
aportado por todos los ciudadanos estadounidenses.
Con el pleno autogobierno de Puerto Rico -ya sea con la independencia,
la libre asociación o la estadidad- los EE.UU pondrán
fin a la hipocresía de pregonar la autodeterminación
para todos los pueblos del mundo al mismo tiempo que mantienen
la mayor colonia del planeta bajo su soberanía.
19) ¿Qué significaría
para los puertorriqueños?
La autodeterminación y el pleno autogobierno ofrecerán
por fin -luego 400 años de dominio español y 100
de dominio americano- a los 3,8 millones de ciudadanos estadounidenses
de Puerto Rico la oportunidad de determinar su propio futuro político
como parte de los EE.UU. o como una nación independiente.
Los puertorriqueños deben despojarse de su ciudadanía
de segunda clase, poder participar en las elecciones presidenciales
de los EE.UU. y elegir representantes con derecho a votar en el
Congreso, en el caso de opten por convertirse en estado.
O bien, en el caso de que prefieran la independencia o la libre
asociación, ser los dueños de su propio destino.
En ambos casos, ya no estarán privados de su derecho
a votar ni se les negarán los plenos derechos a la ciudadanía.
Finalmente, la independencia o la estadidad les otorgarán
una mejor calidad de vida como resultado de la aceleración
del crecimiento económico y del incremento del ingreso
per capita.
20) ¿Por qué motivo
deberían los republicanos apoyar esta legislación?
Antes de que nada, se trata de una cuestión de principios,
ya que el partido ha apoyado la autodeterminación de Puerto
Rico a lo largo de 40 años.
Cada presidente republicano -Eisenhower, Nixon, Ford, Reagan
y Bush- apoyó la autodeterminación de Puerto Rico.
Nuestra plataforma del Partido Republicano ha reclamado, desde
1972, la autodeterminación de Puerto Rico. En 1996, dijimos:
"aprobamos las iniciativas del liderazgo republicano en el
Congreso para proveer a Puerto Rico una suave transición
hacia la estadidad si sus ciudadanos escogen modificar el status
actual, o dejarlos emprender su propio camino para convertirse
en una nación independiente".
Por último, Ralph Ree declaró: "Resulta
muy apropiado que un Congreso republicano le otorgue al pueblo
de Puerto Rico lo que muchos presidentes republicanos quisieron
lograr, un camino para que determinen por sí mismos el
gobierno que quieren tener".
21) Si El Partido Republicano Aprueba
La Legislación Plebiscitaria, ¿Qué Obtiene
Políticamente?
Políticamente, la aprobación de la legislación
puede ayudar a los Republicanos con los 30 millones de Americanos
Hispanos del continente. El incremento de la atracción
hacia este grupo aumentó los votos Republicanos entre los
Americanos Hispanos al 37 por ciento en 1998 del 27 por ciento
en las elecciones de 1996.
Los Hispanos serán pronto la mayor minoría de
la nación (2005) y clave para ganar críticos votos
electorales en estados tales como California, Arizona, Texas y
Florida. Sin un por ciento considerable del voto Hispano Americano,
la Casa Blanca estará fuera del alcance en el 2000.
Como evidencia de la importancia de los Hispanos para el partido,
los Republicanos pueden proclamar las victorias de la Cámara
Legislativa en Texas (George W. Bush ganó con más
de 40 por ciento de los votos Hispanos) y Florida (donde Jeb Bush
fue fuertemente apoyado de manera similar por los Hispanos) gracias
al bloque votante de los Hispanos.
Como contraste, las pérdidas del gobierno en California
y de un asiento en el senado en Nueva York fueron debidas exclusivamente
a la pobre representación Republicana de este grupo, cuyo
80 por ciento apostó por los candidatos Demócratas
ganadores.
Si el Partido Republicano quiere ser el Nuevo Partido Mayoritario
no tiene otra opción, tiene que alcanzar a los Americanos
Hispanos aprobando la legislación plebiscitaria de propia-determinación
de Puerto Rico.
Tal como dijo Ralph Reed, "El Partido Republicano está
en el umbral de un triunfo político dramático. Para
alcanzarlo
debemos demostrar que nuestro partido es el hogar
natural de millones de Americanos Hispanos y de que es el verdadero
representante de sus ideales y valores
Tenemos una oportunidad
para comenzar este alcance ahora."
22) ¿Por qué debería
el Congreso controlado por los republicanos ayudar al Partido
Republicano de Puerto Rico?
El Partido Republicano de Puerto Rico fue fundado en 1902 (78
años después de que los Demócratas iniciaran
sus actividades en la isla) por el Dr. José Celso Barbosa,
el pionero de la estadidad para Puerto Rico. Ya en 1928, el partido
tomó el control de ambas cámaras de la legislatura.
Elección tras elección se demuestra que Puerto
Rico tiene una fuerte identificación con los valores tradicionales
del Partido Republicano: conservadurismo fiscal, defensa de la
familia, rechazo al aborto, y respeto a la religión.
El Partido Republicano de Puerto Rico ha sido el principal
aliado del partido nacional y el principal contribuyente para
sus candidatos. En las elecciones presidenciales primarias de
1996, la victoria de Bob Dole en la isla potenció su campaña
y lo lanzó a la nominación presidencial.
Para concluir, las iniciativas del PPD -partido gobernante,
propulsor de la estadidad- superan los objetivos establecidos
por los republicanos en el continente, ya que incluyen: la implementación
de la privatización de las empresas públicas, un
momento de meditación diaria al inicio de la actividad
escolar, el concepto de escuela charter, la reducción de
los impuestos a los ingresos y a la actividad financiera y la
racionalización del personal del gobierno.
23) ¿Si los republicanos aprueban
una nueva ley de plebiscito y Puerto Rico se convierte en Estado,
no corren el riesgo de que sean elegidos senadores y representantes
demócratas que amencen el control republicano del Congreso?
Las estadísticas prueban lo contrario. La mayoría
de los miembros de la legislatura de Puerto Rico es republicana
y el 68% de los alcaldes de la isla también lo es.
El Partido Demócrata de Puerto Rico nunca ha elegido
un solo officeholder demócrata.
Es más, una encuesta realizada por el Center for Research
and Public Policy reveló que pueblo de Puerto Rico comparte
los valores tradicionales del partido: defienden la familia; están
contra el aborto; apoyan lo!s vouchers escolares; favorecen la
oración en las escuelas y la aplicación de condenas
más fuertes para quienes cometan crímenes violentos
y que afecten a menores; apoyan el estilo de vida conservador
y se oponen al reconocimiento de la homosexualidad.
Cómo lo señalara Ralph Reed, "Si en el día
de mañana Puerto Rico se convierte en un estado y se realizan
elecciones legislativas, podríamos esperar que nos vaya
muy bien".
24) ¿Qué ganancia obtendrían
los republicanos y su partido si aprueban la legislación
del plebiscito?
La credibilidad y con ella la posibilidad de recapturar su
tradicional tajada de los votos hipanos americanos en los estados
decisivos -tanto en las elecciones locales como en las presidenciales-
para el 2000.
Dar un paso decisivo hacia la construcción de su status
de Partido de la Nueva Mayoría, al demostrar que la gran
tienda del Partido Republicano atrae -e incluye- a todos.
25) ¿Por Qué los Demócratas
Deben Apoyar Esta Legislación?
Es una cuestión de principios.
Los Demócratas han estado comprometidos con la propia-determinación
de Puerto Rico tal como lo han estado los Republicanos. Solo recientemente,
el Presidente Clinton prometió revisar el status político
de Puerto Rico y ofrecer opciones significativas a los votantes
de la isla.
El Presidente dijo que el voto por 'ninguno de los de arriba'
no era un ganador para una opción clara, insinuando que
el referendo Federal era necesario para finalizar el asunto.
26) Si El Partido Democrático
Aprueba La Legislación Plebiscitaria, ¿Qué
Obtiene Políticamente?
Políticamente, la aprobación de la legislación
apuntalará la fuerza de los Demócratas entre los
30 millones de Americanos Hispanos del continente, 6.6 millones
de los cuales votaron por los Demócratas en 1996 con cerca
de un 73 por ciento de margen, pero cayeron a un 63 por ciento
en 1998.
La probabilidad de una candidatura de George W. Bush en el
2000 pudiera incentivar el apoyo Democrático entre los
Hispanos, que pronto será la mayor minoría de la
nación (2005). Después de todo, él se coló
en el voto Hispano de Texas en la campaña gubernamental
de 1998, ganando más del 40 por ciento de sus votos.
Por tanto, para retener la Casa Blanca en el 2000 el partido
debe mostrar su apoyo a este tema, el cual esta avalado por más
de ciento de organizaciones Hispano Americanas. Después
de todo, este bloque es la clave para ganar los votos críticos
electorales en estado como California, Arizona, Texas y Florida.
Sin la conservación del ya tradicional gran porcentaje
del voto Hispano Americano, la Casa Blanca en el 2000 está
fuera del alcance.
Aún más, el triunfo del gobierno en California
y del asiento en el Senado en Nueva York en 1998 se debió
a que la representación de este grupo estaba por los cielos,
con más de un 80 por ciento votando por los candidatos-ganadores
Demócratas.
De nuevo, la clave para recuperar el control de la Casa y del
Senado en el 2000 pudiera bien estar en mantener a los votantes
Hispanos interesados en los Demócratas. La propia-determinación
de Puerto Rico es el tema número uno para este grupo y,
por tanto, apoyando la legislación del plebiscito federal
ayudará a contrarrestar los esfuerzos de los Republicanos
de atraer a los Hispanos a sus boletos a nivel local, de estado
y nacional.
27) ¿Qué más
tienen que ganar los Demócratas y el Partido Democrático
aprobando la Legislación Plebiscitaria?
La oportunidad de negar a los Republicanos un chance significativo
de usurpar este tradicional bastión Democrático
de fuerza votante.
A medida que la población Hispana se convierte en la
mayor minoría en los E.U. el futuro de la política
Americana cambiará dramáticamente en los próximos
20 años. El partido que pueda atraer permanentemente a
este grupo estará en el camino correcto para dominar el
terreno político en la primera mitad del nuevo milenio.
Los Demócratas no pueden darse el lujo de ceder este
grupo en este punto crucial a los Republicanos.
28) ¿Qué Perderían
los Demócratas y los Republicanos al no Aprobar la Legislación
de Auto-Determinación de Puerto Rico?
A largo plazo: Credibilidad dentro de la comunidad Hispano
Americana y otras minorías dentro del país.
A corto plazo: Márgenes disminuidos en la Casa y el
Senado, quizás control, y la pérdida de una importante
carrera gubernatorial y local y la Casa Blanca en el 2000.
|