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3 de Mayo de 1999
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VIEQUES ES UNA pequeña y gentil isla Caribeña fuera de -- y parte del – territorio estadounidense de Puerto Rico. A 52 millas cuadradas (el tamaño del Distrito) y con 9,000 residentes, también es conocida como el área más grande del hemisferio para los ejercicios militares con munición viva de E.U. y el único lugar donde un bombardeo ocurre cerca del centro de la población civil. Así es como un guardia de seguridad civil Puertoriqueño murió y otros cuatro fueron heridos, cuando un F/A-18 de la Marina dejó caer dos bombas de 500 libras cerca de su puesto de guardia, hace dos semanas.

Un accidente trágico, pudiera decirse, por el cual tendría que rendirse la debida excusa y compensación. Con la excepción de que es aún más que un simple accidente aislado. Es la muestra más reciente de un mal al pueblo de Vieques previsto, que proviene de atrás, de décadas de descuido militar hacia los intereses de la isla. Vieques ha sido un lugar de entrenamiento primario para la flota encargada de la seguridad de los intereses Caribeños de los Estados Unidos. Un incontable número de pilotos de la Marina Mercante y la Marina de Guerra dejando caer artillería viva ahí, simplemente no tienen noción de que gente –amigos ciudadanos Americanos – viven ahí.

En estos momentos, con todos los partidos Puertoriqueños en cólera, la Marina de guerra ha cesado temporalmente de usar municiones vivas. El paro tiene que ser permanente.

Las fuerzas armadas pueden buscar otro lugar. Simplemente no debe haber bombardeo en una isla pequeña habitada. La respuesta real, sin embargo, no es conveniente sino estructural. Como los residentes del Distrito, los Puertoriqueños son ciudadanos de E.U. sin voto en el Congreso. Esto los deja a merced total de los intereses poderosos más allá de su alcance político. No debería ser así.