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THE MIAMI HERALD

Vital el voto hispano en las elecciones del 2000

por Mark Silva

9 de septiembre de 1999
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Entre los residentes de la calle Myrtle, bordeada de árboles de jacaranda, donde se habla español día y noche, hay un apoyo abrumador para recaudar fondos para aliviar las abarrotadas aulas de la vecina secundaria de Santa Ana.

Pero los renuentes anglos aún controlan el voto en esta ciudad del sur de California, donde los niños hispanos comprenden el 90 por ciento de la matrícula en las escuelas públicas. Así que los que apoyan la campaña para la emisión de bonos escolares que aparecerá en la boleta de noviembre, tienen una simple solución.... una que tendrá implicaciones para las elecciones de la nación por muchos años venideros.

"Sabemos que hay tremendo apoyo en la comunidad latina [para el asunto de los bonos escolares] y queremos inscribir a más votantes'', explica John Palacio, presidente de la Junta Escolar de Santa Ana. "Con el aumento de latinos inscritos para votar, entre hoy y las elecciones presidenciales, seremos la diferencia entre un candidato que pierde y un ganador'', agregó.

El voto hispanoamericano, que fue de sólo cinco por ciento en las últimas elecciones presidenciales, ha crecido dramáticamente. Y posiblemente se volverá a repetir la notable alza que hubo en 1996 en las listas de votantes hispanos con una campaña para inscribir votantes, desde California a la Florida, dirigida a aumentar las cifras de los siete millones de hoy a 8.5 millones para los comicios del 2000.

Esta amplia influencia comunitaria es concentrada. Cerca de las tres cuartas partes de los hispanoamericanos viven en cinco estados con una tremenda porción de votos electorales. Solamente California contiene un quinto de la ganadora fórmula presidencial. Texas y la Florida combinados tienen otra quinta parte.

El voto latino es crítico. Y muchos de los votantes hispanos residen en dos estados claves, California y Florida, donde el resultado de la competencia entre Al Gore y George W. Bush es incierto.

Tanto Gore como Bush están cortejando el voto con coqueteos en español y sus inevitables fallos gramaticales.

Debido al aumento en la diversidad entre los hispanos -que se convertirá en la minoría más grande de la nación antes de finales de la próxima década- los expertos dicen que cualquier candidato que solicite el voto deberá recurrir a otras formas de exhortación que no sean al fervor anticastrista o los derechos civiles para los agricultores mexicanos.

Entre los mexicanos americanos y salvadoreños en California, puertorriqueños en Nueva York y cubanoamericanos, nicaragüenses, colombianos y otros latinos en Miami, el español es probablemente el único denominador común en la elección del 2000.

A diferencia del sur de la Florida -donde los republicanos sobrepasan a los demócratas 3-1 entre los votantes hispanos- los votos hispanos a nivel nacional son demócratas. Un 70 por ciento le dio su voto al presidente Bill Clinton en 1996. Y aun en la Florida los demócratas han elegido legisladores hispanos de Tampa y Orlando.

Algunos republicanos tuvieron gran aceptación entre los electores hispanos. Ronald Reagan fue el principal, con 40 por ciento del voto latino. Y entre los grandes estados electorales, el gobernador Bush tiene el mayor porcentaje de votos hispanos, después de lograr una tremenda base de apoyo entre los mexicanos americanos, el 40 por ciento de los cuales apoyó su reelección el año pasado.

Pero la competencia por un diverso voto nacional es más complicado. Pregúntenle a cualquier observador de encuestas en la Florida, donde Clinton compartió el voto hispano con Bob Dole.

"El sur de la Florida va al frente de lugares como el sur de California, Nueva York y ciertamente Texas. En cierto sentido somos la oleada del futuro'', observa Darío Moreno, politólogo de la Universidad Internacional de la Florida (FIU).

"Tradicionalmente los hispanos se han asentado en distintos lugares.... por ejemplo, los cubanos en el sur de la Florida, los puertorriqueños en Nueva York, los mexicanos en California.... Pero Los Angeles ya no es solamente mexicana. También es salvadoreña. Y la Florida ahora es también colombiana, venezolana y nicaragüense.

"Eso significa que el voto hispano se está volviendo más difícil de obtener'', continúa Moreno. "En los 80 todo lo que tenías que hacer era venir a Miami y hablar mal de Castro. Eso ya no funciona.

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