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ORLANDO SENTINEL
Rosselló: "Ni una bomba más"
por Tamara Lytle
20 de octubre de 1999
Marca Registrada © 1999 ORLANDO SENTINEL. Todos los derechos
reservados.
Washington - El gobernador de Puerto Rico, Pedro Rosselló,
se enfrentó a los senadores republicanos en un encendido
debate realizado el martes, declarando que "ni una"
bomba más debe ser arrojada en la isla de Vieques.
El senador John Warner, Rep.-Va., influyente presidente de
la Comisión de Servicios Armados del Senado manifestó
que presionará para lograr la reanudación de los
bombardeos en pocas semanas. De otro modo -agregó- el grupo
de combate naval tendrá que dirigirse al Mediterráneo
en febrero sin estar suficientemente entrenado. Eso pondría
en peligro la vida de las tropas del Grupo de Combate Eisenhower,
advirtió Warner, cuya posición es firmemente respaldada
por la Armada.
El entrenamiento del Eisenhower le impone una fecha de cierre
a la controvertida cuestión de si debe autorizarse nuevamente
el uso de munición real en la pequeña isla de Vieques,
en Puerto Rico. El entrenamiento en Vieques está suspendido
desde abril, cuando murió un guardia de seguridad civil
al ser alcanzado por una bomba errante.
Reanudar los bombardeos el 1º de diciembre, como quiere
la Marina, provocaría una colisión entre los militares
y los ciudadanos puertorriqueños que actualmente acampan
en el campo de tiro, en una protesta que fue comparada el martes
con el Boston Tea Party. Ellos, al igual que el gobernador
y casi todos los habitantes de la isla, quieren que los ejercicios
de fuego vivo cesen de inmediato.
Pero el senador James Inhofe, Rep.-Okla., y otros miembros
republicanos de la Comisión de Servicios Armados advirtieron
el martes que presionarán para reanudar los bombardeos.
Un panel presidencial recomendó el lunes que la Marina
se retire de Vieques dentro de cinco años, argumentando
que el servicio ha mostrado fallas en la protección del
medio ambiente, el desarrollo de la economía y en la comunicación
con la población de Vieques. El campo de tiro y un depósito
ocupan dos tercios de la isla, separados por 9000 habitantes civiles
que viven en el medio.
Pero el panel propuso además autorizar la reanudación
de los bombardeos debido al argumento de la Armada de que el entrenamiento
es vital para la preparación militar y no puede ser fácilmente
reemplazado.
La decisión del panel está ahora en el escritorio
del Secretario de Defensa, William Cohen, quien está tratando
de lograr un acuerdo negociado entre la Marina y los puertorriqueños.
El presidente Clinton tomará la decisión final,
aunque la Casa Blanca indicó que tiene la esperanza que
de que alcance un acuerdo.
La primera dama, Hillary Rodham Clinton, respaldó el
lunes la postura de los puertorriqueños, una jugada que
provocó críticas de los republicanos, que la acusan
de congraciarse con los puertorriqueños para obtener sus
votos en una eventual campaña para representar a Nueva
York en el Senado.
Rosselló manifestó que estaría dispuesto
a negociar los términos de la partida de la Armada y a
admitir la realización de algunos ejercicios de entrenamiento
que no incluyan munición real.
Pero cuando Werner lo presionó para que autorice los
bombardeos, el gobernador dijo que eso no era negociable.
"¿Ni una bomba arrojada desde el aire? ¿Ni
un barco en la costa?, preguntó Warner.
"Ni una", respondió Rosselló reafirmando
la casi unánime opinión de los puertorriqueños.
"Cualquier tipo de bombardeo en Vieques es inaceptable para
nosotros", agregó.
Rosselló e Inhofe también se acusaron mutuamente
de estar actuando políticamente. Rosselló señaló
que Inhofe amenazó con retirar a la Marina de la Base Naval
Roosevelt Roads si se pierde el campo de tiro de Vieques. Inhofe
expresó que Rosselló usa su estrecha vinculación
política con el vicepresidente Al Gore para presionar a
la administración en este asunto.
Inhofe le reclamó a Rosselló que pusiera fin
a las protestas en el campo de tiro, donde ciudadanos acampan
en medio de explosivos sin detonar, actuando como escudos humanos
contra la reanudación de los bombardeos.
"Alguien va a morir haciendo eso", advirtió
Inhofe. "Mi consejo es que diga algo desalentador sobre esa
ocupación o esa sangre manchará sus manos".
Rosselló replicó que ya había muerto alguien,
el guardia de seguridad David Sanes Rodríguez. Si los bombardeos
se reanudan y alguien más muere, esa sangre "estará
en sus manos", contraatacó el gobernador.
El Secretario de Marina, Richard Danzig, precisó que
cualquier decisión de actuar legalmente contra los ocupantes
será tomada por el Departamento de Justicia y otras agencias
federales.
"Esto significaría una confrontación cívica
sin paralelo en nuestra historia", manifestó Fernando
Martin-García, vicepresidente del Partido de la Independencia
Puertorriqueña. El titular de ese partido Rubén
Berriós, dirige los actos de desobediencia civil en el
campo de tiro.
Aunque el panel presidencial propuso un plazo de cinco años
para el retiro de la Marina de Vieques, miembros del panel señalaron
que la Marina no necesariamente sera desalojada si no encuentra
un sitio alternativo para esa fecha.
"No creo que podamos decidir eso hoy", dijo Frank
Rush, quien encabeza el panel.
"Pensamos que esto pondrá a la Marina en acción,
francamente", agregó el vicealmirante retirado Diego
Hernández, otro de los miembros del panel.
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