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NEW YORK DAILY NEWS
La oferta de Clinton sobre Vieques sería insuficiente
by Juan Gonzalez
17 de noviembre de 1999
Marca Registrada © 1999 NEW YORK DAILY NEWS, L.P. Todos los
derechos reservados.
El Secretario de Defensa, William Cohen le recomendará
esta semana al presidente Clinton que la Marina de Guerra ponga
fin a más de 50 años de ejercicios de bombardeo
con fuego vivo en la isla puertorriqueña de Vieques y que
las instalaciones de la Armada allí emplazadas sean desmanteladas
en un plazo de cinco años.
Sin embargo, Cohen pedirá que mientras se produce el
cierre gradual continúen realizándose las maniobras
militares reducidas como fueron programadas, entre las que se
encuentran las maniobras del portaaviones Eisenhower y su grupo
de combate, planificadas para principios de diciembre, ocasión
en la cual las tropas usarán munición inerte, según
informaron fuentes del Congreso y de la administración
Clinton.
La propuesta, que se supone será aprobada por Clinton,
representa una gran concesión del Pentágono al pueblo
de Puerto Rico. Hasta el momento, la Marina de Guerra ha insistido
en que los ejercicios con fuego vivo son esenciales para la seguridad
nacional.
Pero el plan de Cohen no satisface las exigencias del gobierno
de Puerto Rico de que se produzca de inmediato el cese definitivo
de los bombardeos y las maniobras de la Marina de Guerra, y podría
no resolver la difícil situación que enfrenta a
Washington y Puerto Rico desde hace siete meses.
Los manifestantes que ocupan el campo de tiro desde el mes
de abril, cuando un guardia de seguridad civil puertorriqueño
fue asesinado por una bomba, gozan del apoyo mayoritario del pueblo
de Puerto Rico, que alcanza los 3,8 millones de personas. Los
manifestantes y los 9300 habitantes de Vieques declararon que
no aceptarán la reanudación de los bombardeos, con
munición real o inerte, y que se están preparándose
para la desobediencia civil.
Clinton se reunió con Cohen y altos oficiales del Pentágono
la semana pasada para tratar el tema de Vieques. Habló
varias veces por teléfono esta semana con el gobernador
puertorriqueño, Pedro Rosselló, intentando encontrar
un acuerdo negociado. Según manifestaron fuentes de la
Casa Blanca, el presidente estaría considerando la posibilidad
de dirigir un discurso televisado en directo para Puerto Rico
a fin de explicar su decisión de reanudar las maniobras
limitadas.
Pero Rosselló y la mayoría de los políticos
puertorriqueños, tanto en la isla como en el continente,
se rehusan a apoyar cualquier negociación que incluya la
reanudación de los bombardeos. Las bombas inertes, advirtieron,
podrían incluir proyectiles concretos.
Debido a que la Armada no ha respetado acuerdos realizados
en el pasado sobre Vieques, pocos dirigentes están dispuestos
a arriesgar sus carreras políticas apoyando una negociación.
Para muchos en el Congreso, los puertorriqueños se muestran
inexplicablemente rígidos en lo que respecta a Vieques.
Después de todo, negociar es lo habitual en Washington.
Pero Vieques se ha convertido en algo más que una disputa
menor sobre una instalación naval. Para muchos puertorriqueños
simboliza las décadas de negligencia y desdén de
los legisladores de Washington, todos esos años durante
los cuales Puerto Rico no era más que una olvidable "posesión
territorial".
La cuestión de Vieques ha unido a los puertorriqueños
como nunca antes ocurrió. Por fin, Washington está
prestándole atención.
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