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Puerto Rico Perfil: Sor Isolina Ferré

14 de enero de 2000
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Durante el último siglo muchos puertorriqueños han contribuido de manera significativa a mejorar la vida en los Estados Unidos: soldados en tiempo de guerra, políticos en tiempo de paz. También músicos, deportistas, actores, médicos, abogados e ingenieros. Todos han enriquecido la cultura y satisfecho las aspiraciones del pueblo de los Estados Unidos.

Pero es posible que ningún otro puertorriqueño haya dejado un legado espiritual a los Estados Unidos como el de Sor Isolina Ferré. En sus 85 años, Sor Isolina ha trabajado con los pobres en su isla de origen y alrededor de Estados Unidos. Ha sido un modelo, no sólo por sus servicio desinteresado y caridad, sino también de inmenso valor e ingenuidad. Para los pobres ha sido inspiración, esperanza, promesa de paz y prosperidad. Un autor la denominó como la "Madre Teresa de Puerto Rico".

Isolina Ferré proviene de una de las familias más influyentes y ricas en Puerto Rico. Su hermano, Luis A. Ferré, es el bien conocido ex-gobernador de Puerto Rico y fundador del Partido Nuevo Progresista. Sus sobrinos incluyen el Presidente y Editor del periódico El Nuevo Día, el Presidente de la empresa Puerto Rico Cement y el ex-Alcalde de Miami.

Sin embargo, Sor Isolina sabía desde temprana edad que no quería ser rica y poderosa. Por lo tanto decidió dedicar su vida a Dios y a los menos afortunados que ella. Cuando tenía sólo 21 años, viajó a Filadelfia para unirse a la orden de las Hermanas de la Bendita Trinidad.

Durante los próximos 30 años Sor Isolina trabajó arduamente para mejorar las condiciones de personas pobres en los Estados Unidos. Trabajó con los mineros de carbón en las montañas Apalache de West Virginia, con inmigrantes portugueses en Massachusetts y jóvenes de los barrios pobres de la ciudad de Brooklyn.

El servicio en favor de los pobres y destituidos a menudo no se reconoce, pero los logros de Sor Isolina han hecho que sus contribuciones sean imposibles de ignorar. En Nueva York alcanzó la fama por su trabajo en el Centro Comunitario Doctor White a fines de la década de los años 50 y los años 60. Se destacó por su trabajo como mediadora entre las pandillas de negros norteamericanos y puertorriqueños enseñádoles a resolver sus disputas sin recurrir a la violencia.

En 1969 Sor Isolina regresó a Puerto Rico, supuestamente a retirarse. Sin embargo, esto no fue más que el comienzo de su labor. Enfrentando la pobreza en Ponce, su pueblo de origen, Sor Isolina organizó una red de centros de acción comunitaria en los vecindarios más necesitados. Su estrategia era proveer al pueblo de Ponce con los medios necesarios para crear un mejor futuro para ellos mismos.

Uno de los medios más importante para alcanzar esa meta es la auto-estima. Sor Isolina entendía cómo las condiciones de pobreza roban a la gente su dignidad y estaba consciente de la necesidad de fomentar entre ellos un fuerte sentido de auto-estima. Comenzó distribuyendo cámaras. Fue un innovador programa de enseñar fotografía a los niños en Ponce para así poder mostrarles la importancia de sus visiones individuales del mundo.

Desde estos humildes comienzos, Sor Isolina estableció toda una red de recursos para dar más poder a los pobres. Hoy existen cinco Centros Sor Isolina Ferré en Puerto Rico que proveen educación para jóvenes equivalente a los estudios de escuela superior y capacitación laboral, así como programas para fortalecer a las familias y poner fin a la delincuencia juvenil. Con 350 empleados y una combinación de financiamiento público y privado, los Centros Sor Isolina Ferré ayudan a unas 10,000 personas anualemente. El programa de fotografía, se ha intergrado la era digital. Los estudiantes ahora aprenden a usar cámaras con la más avanzada tecnología para producir fotos que se desarrollan y manipulan con las computadoras.

En años recientes, Sor Isolina Ferrá ha recibido reconocimiento por toda una vida de labor en favor de los pobres. En 1989 recibió el premio Albert Schweitzer por Labor Humanitaria. El pasado mes de agosto, Sor Isolina recibió la condecoración de la Medalla de la Libertad Presidencial. Se convirtió en la tercera puertorriqueña en recibir esa distinción. Los otros tres puertorriqueños galardonados han sido Luis Munoz Marín, Antonia Pantoja y el hermano de Sor Isolina, Luis A. Ferré. Este es la condecoración civil más importante que se confiere en la nación.

En agosto, durante la ceremonia de presentación de la Medalla de Libertad, el Presidente Clinton puso énfasis en la importancia de los que luchan "por mejorar la condición humana para ampliar el ámbito de las libertades y el círculo de oportunidades para fortalecer los vínculos de nuestra comunidad nacional". La Primera Dama añadió que los indivuduos que se han honrado "han ayudado a realizar la promesa norteamericana de llegar a todos los grupos marginalizados y destituidos, incluyendo nuestros jóvenes ciudadanos, para que se superen y reconozcan sus talentos y habilidades".

Al presentar la Medalla de la Libertad a Sor Isolina, el Presidente Clinton observó que "Sor Isolina en una oportunidad dijo que una comunidad crece sólo cuando se redescubre a sí misma. A nombre de las muchas comunidades que ella ha ayudado a lograr tan maravilloso descubrimiento, una nación agradecida le dice: gracias". Sor Isolina reaccionó con su característica humildad y gracia, "Doy gracias a Dios por el honor", dijo. "No sólo por mí, sino por todos los que han trabajado conmigo y en beneficio de la comunidad".

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