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Puerto Rico Perfil: Viginia Sánchez Korrol

Cuando Virginia Sánchez Korrol recuerda su infancia en la ciudad de Nueva York, lo que más resalta es el contraste entre las dos comunidades puertorriqueñas de su juventud. La primera, la comunidad que compartía sus propias experiencias, era vibrante y la apoyaba; la segunda, de la que hablaban los libros de texto, era pobre y marginada. "Esto no es lo que yo he visto", recuerda haber pensado cuando leía las versiones en los libros de texto sobre la vida de los puertorriqueños en Nueva York. "Mi casa no es así".

Desde entonces, Virginia Sánchez Korrol, Profesora y Directora del Departamento de los Estudios Latinos y Puertorriqueños en Brooklyn College, se ha dedicado a presentar a la comunidad puertorriqueña en Nueva York en sus propios términos. Buscando más allá de las estadísticas negativas sobre pobreza y desempleo, ha profundizado en los factores que dan fortaleza a un grupo de gente que no sólo ha sobrevivido sin perder su identidad cultura, sino que también ha contribuído de manera significatica a la vida en Estados Unidos.

Más aún, la Dra. Sánchez Korrol ha descubierto que a medida que los puertorriqueños en Nueva York -- o en cualquier otro lugar en el país -- se esfuerzan por entender su identidad de puertorriqueños y norteamericanos, han comenzado a "forjar interconexiones nacionales, a crear coaliciones con otros grupos etno-raciales y a reafirmar su solidaridad con los puertorriqueños en la isla". En medio de ese proceso están también reforzando sus vínculos con otros hispanos en Estados Unidos a la vez que se crea una identidad puertorriqueña "trans-nacional" que no está limitada a residencia en la isla.

De hecho, la Dra. Sánchez Korrol nació en la isla de Manhattan, no en Puerto Rico. Sus padres inimigraron a Estados Unidos en la década de 1920 formando parte del primer grupo que abrió las puertas para el éxodo masivo de puertorriqueños después de la Segunda Guerra Mundia. Su padre, original de Aguada, se trasladó a Nueva York cuando tenía 16 años y estaba ansioso por ir en busca de aventuras. Fue a trabajar con el Ferrocarril Pennsylvania, más tarde ingresó a la Marina Mercante, para luego regresar al ferrocarril durante el resto de su carrera. "Era un sindicalista y estaba muy orgulloso de ello", comentó la Dra. Sánchez Korrol durante una entrevista recientemente.

Su madre llegó a Nueva York procedente de Mayagüez más o menos en la misma época que su padre, pero no motivada por un espíritu aventurero. Como la mayoría de los inmigrantes de Puerto Rico, abandonó su hogar porque las circunstancia económicas no le ofrecían otra alternativa. En Nueva York conoció a su futuro esposo, se casaron, y asumió el papel de "ama de casa", un título que la Dra. Sánchez Korrol observa que menoscaba el hecho que su madre se desempeñó en "una gran cantidad de actividades".

Más aún, las llamadas "amas de casa" como su madre constituyen el principal interés en el trabajo de investigación e informe que está realizando la Dra. Sánchez Korrol. En un ensayo que escribió en 1980 titulado "Sobrevivencia de las mujeres puertorriqueñas en Nueva York antes de la Segunda Guerra Mundial" se enfoca en "las mujeres activas y enérgicas con gran determinación a presevar intacta la vida familiar y asumir responsabilidades en la carga financiera". Estas mujeres de casa mantuvieron la continuidad cultural de la comunidad al crear "extensiones del los papeles que antes habían desempeñado en la sociedad en Puerto Rico". La Dra. Sánchez Korrol pinta un cuadro muy detallado de las redes informales, pero vitales, que existían tales como el "Servicio de Inteligencia Familiar":

Operando sus máquinas de coser o en las escalinatas de los edificios de departamentos, en las bodegas o en la intimidad de sus propios hogares, las mujeres intercambiaban puntos de vista e información sobre sus problemas de vivienda, trabajos, remedios caseros, los mejores lugares para ir de compras, sus iglesias y las escuelas de sus hijos. Lo que generalmente se ha caracterizado como conversaciones inconsecuentes entre mujeres, era esencialmente lo que les proveía los medios necesarios para desenvolverse en medio de situaciones de vida con las que no estaban familiarizadas.

De niña, Virginia Sánchez Korrol tuvo amplias oportunidades para observar este tipo de interacción de manera íntima. Después que sus padres abandonaron Puerto Rico y se establecieron en Nueva York, su hogar se convirtió en "el eje central para toda una gama de familiares que comenzaron a pasar por esa comunidad durante el período de la guerra, poco después de la Segunda Guerra Mundial".

Durante los años inmediatamente después de la guerra, los enclaves de puertorriqueños en Nueva York "ofrecían índices de una comunidad bien definida", según el influyente y popular libro de la Dra. Sánchez Korrol tiutlado "De colonia a comunidad: la historia de los puertorriqueños en la ciudad de Nueva York". Entre 1940 y 1960, el número de puertorriqueños en los Estados Unidos continentales creció más de un 900%. La Dra. Sánchez Korrol atribuye esa explosión demográfica de "inmigrantes aéreos" mayormente a la rápida expansión industrial que vió la isla durante la operación de "Manos a la Obra" del Gobernador Muñoz Marín en que la economía de la isla creció a expensas de un gran número de empleos agrícolas.

Para 1960, 3 de cada 10 puertorriqueños vivían en los Estados Unidos continentales y la mayoría se habían visto obligados a immigrar debido a una economía que ya no los podía incorporar. Tal vez debido a las circunstancias de su partida, los puertorriqueños que abandonaron la isla no siempre mantuvieron estrechos lazos con los que se quedaron en Puerto Rico. La Dra. Sánchez Korrol dijo recientemente que "durante mucho tiempo la conexión entre las comunidades de Nueva York y Puerto Rico realmente desaparecieron". De hecho, en 1983, la primera vez que publicó su libro "De Colonia a comunidad", casi no pudo generar interés en la publicación de una versión traducida al español en Puerto Rico.

Sin embargo, dos décadas después, los isleños han comenzado a demostrar creciente interés en la población puertorriqueña que vive en Estados Unidos, lo que ha llevado a que en las obras de Virginia Sánchez Korrol y las de otros se haya abandonado el "modelo de déficit" que se enfoca en los problemas de los puertorriqueños, para poner énfasis en "su papel activo en la formación de las ciudades de esta nación". Para 1994, cuando se lanzó una nueva edición "De colonia a comunidad" el tema de los puertorriqueños en los Estados Unidos continentales captó mucho la atención de la comunidad académica en Puerto Rico y la Universidad de Puerto Rico organiza encuentros de discusión regularmente en torno al tema.

No obstante, la Dra. Sánchez Korrol no está dedicada a descansar sobre sus laureles. Como autora y profesora, se considera una "académica activista" con la responsabilidad de "sembrar las semillas de la memoria histórica que no se basan en 'distorción' sino en 're-escribir la historia' ... aclarando los antecedentes históricos".

Por lo tanto se ha abocado a la tarea monumental de recopilar la información necesaria para "Latinas en los Estados Unidos: una enciclopedia histórica". Junto con Vicki L. Ruiz, Directora del Departamento de estudios Chicanos en la Universidad del Estado de Arizona, la Dra. Sánchez Korrol está integrando su vasto conocimiento sobre las mujeres puertorriqueñas en un estudio muy abarcador de las mujeres de habla hispana en Estados Unidos, desde el siglo XVI hasta el presente.

Aunque no se anticipa que se publicará antes de 2003, la enciclopedia de dos volúmenes ya está generando interés. El primero de abril apareció en el New York Times un reportaje muy efusivo sobre los esfuerzos de la Dra. Sánchez Korrol y Ruiz. Poco después los investigadores se vieron inundados con nuevas fuentes de información procedentes de todo el país.

"La gente nos está contactando," dijo Sánchez en una entrevista. "No sabíamos que esto iba a suceder". Recientemente dice haber recibido una llamada de un hombre en la porción norte del estado de Nueva York, cuya madre ahora tiene 104 años y fue una de las primera inmigrantes puertorriqueñas a la ciudad de Nueva York. Ella y su esposo, un español, abrieron la primera bodega en Spanish Harlem en la década de 1920. Esas tiendas de comestibles, que contaban con aparatos de teléfono y extendían crédito a sus clientes, desempeñaron un papel vital en la vida de las primeras comunidades de inmigrantes.

La Dra. Sánchez Korrol espera poder incluir la historia de esta mujer, que nunca antes se ha documentado, entre las otras 800 que incluirá la enciclopedia. "Vamos a tener muchos misterios", comentó. "Ha añadido otra dimensión a un proyecto que es sumamente emocionante".

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