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EFE

FBI tuvo actividad ilegal en Puerto Rico

24 de mayo de 2000
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NUEVA YORK - La Oficina Federal de Investigaciones (FBI) entregó al congresista José Serrano 8600 páginas de documentos secretos relacionados con la campaña de vigilancia y represión contra el movimiento independentista de Puerto Rico, informó ayer el diario Daily News.

La entrega se produce después de que el director del FBI, Louis Freeh, reconociera en una audiencia del Congreso relacionada con el presupuesto de esta agencia gubernamental, que su Oficina violó los derechos civiles de muchos puertorriqueños en el pasado.

Freeh, quien contestaba a preguntas del congresista hispano de El Bronx (Nueva York), dijo que iba a ordenar la desclasificación de todos los documentos de la agencia en esa campaña secreta.

La oficina de Serrano en Washington recibió el miércoles pasado un primera entrega de 8600 páginas a las que el diario dice haber tenido acceso en exclusiva.

Los documentos se refieren a la investigación de la agencia y la persecución de un grupo pequeño pero extremista, el Partido Nacionalista de Puerto Rico, y su líder Pedro Albizu Campos, muerto en 1965, que fue acusado de terrorismo y sedición.

El diario señala que el primer agente del FBI llegó a Puerto Rico en 1936, después de que el fiscal estadounidense local, Cecil Snyder, se quejara al entonces director de la agencia, Edgar Hoover, de que Albizu estaba publicando ``artículos que insultan'' a los EE.UU. y dando ``discursos públicos en favor de la independencia''.

``Aunque no tenía pruebas, Snyder dijo que el sospechoso Albizu estaba detrás de varias explosiones con bomba de edificios federales'' que no se habían aclarado, escribe el ``Daily News''.

En los meses siguientes, el máximo responsable y otros dirigentes del partido fueron acusados y condenados por sedición y encarcelados en Atlanta.

A pesar de los arrestos, a lo largo de la década del '40 el gobierno federal siguió preocupado por los potenciales actos de violencia de los nacionalistas. En 1943, según muestran los documentos, Albizu fue puesto en libertad bajo palabra. Se mudó a la ciudad de New York y se rehusó a reportarse ante el oficial de libertad condicional. La administración Roosevelt, contra los deseos de Hoover y el Departamento de Justicia, no ordenaría su regreso a prisión por temor a provocar malestar en la isla.

Entre otros documentos sorprendentes, se encuentran los siguientes:

*11 de noviembre de 1940: Hoover pide a la oficina del FBI en San Juan ``obtener toda la información'' sobre Luis Muñoz Marín y sus socios.

Muñoz, el dirigente puertorriqueño más popular del siglo 20, era en ese entonces presidente del Senado de Puerto Rico. Se convertiría en el primer gobernador electo de la isla, padre de su constitución de Estado Libre Asociado (ELA). Sin embargo, el FBI lo mantuvo bajo vigilancia durante más de 20 años. Los agentes compilaban información sobre sus deudas personales y sus amantes, y actualizaban periódicamente retratos psicológicos del político.

*12 de junio de 1960: Hoover, que había dado luz verde a la campaña de sus agentes para desbaratar el movimiento independentista en San Juan, escribe:

"A fin de apreciar el calibre del liderazgo del movimiento independentista puertorriqueño, en particular en lo relacionado con nuestros esfuerzos para desbaratar sus actividades y comprometer su efectividad, debemos tener conocimiento íntimo y detallado de los dirigentes más influyentes..."

"Debemos tener información concerniente a sus debilidades, moral, antecedentes criminales, esposas, hijos, vida familiar y actividades personales y otras actividades independentistas."

*21 de diciembre de 1960: Un agente en San Juan notifica a Hoover que se ha reunido con el editor del diario El Mundo y obtenido su aprobación para publicar un editorial condenando a un grupo radical universitario, el FUPI, sin revelar que la autoría del artículo correspondía al FBI.

Las docenas de ordenes escritas por Hoover halladas en estas cajas prueban que el legendario jefe del FBI le dedicaba especial atención a los eventos de Puerto Rico.

COINTELPRO, el infame programa puesto en práctica por el FBI durante la década del 60, tuvo en Puerto Rico un efecto mucho más devastador que en los EE.UU. El gobierno del ELA admitió recientemente que -con la ayuda de la inteligencia naval y el FBI- confeccionó prontuarios ilegales de más de 140 mil disidentes independentistas. Muchos fueron incluidos en listas negras durante años.

"Teniendo una población tan pequeña, los puertorriqueños deben ser el pueblo más investigado de la historia", dijo Serrano.

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