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21 de mayo de 2000
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Luis A. Ferré, ex gobernador de Puerto Rico, simplemente se equivoca cuando afirma que "los derechos fundamentales de igualdad y dignidad ... le han sido negados a Puerto Rico durante más de 100 años" y que "los recientes sucesos de Vieques no son más que un síntoma del problema del status político de Puerto Rico" ("Más allá de Vieques", Comentario Editorial, 17 de mayo).

Nosotros no estamos ocupando Vieques contra la voluntad del pueblo puertorriqueño, y Puerto Rico no es una colonia de los Estados Unidos. El pueblo de Puerto Rico esta formado por ciudadanos americanos que expresaron su voluntad rechazando repetidamente la independencia referéndum tras referéndum, el más reciente en diciembre de 1998, y votando para seguir siendo un Estado Libre Asociado de los Estados Unidos. Vieques es el precio de esa democracia.

Cada seis meses, América envía un grupo de combate liderado por un portaaviones y un grupo anfibio de Infantes de Marina desde la Costa Este, para proteger sus intereses y sus objetivos de seguridad en Europa y el Golfo Pérsico. Nuestras fuerzas deben estar preparadas para combatir en cualquier momento. Los ejercicios en Vieques las preparan para ello.

Vieques tiene una zona de amortiguación de 10 millas entre el polígono de tiro y los civiles. La Marina puede listar otras seis bases que tienen civiles viviendo a 9,7 millas de las áreas de impacto, entre las que se encuentran Fallon, Nev., que está a sólo cinco millas de la estación aérea naval donde es rutina arrojar bombas de 2000 libras. Existen más de 50 campos de tiro de ese tipo en el territorio continental de los EE.UU. Munición real es usada en 33 polígonos de tiro distribuidos en 14 estados, dos territorios y seis países extranjeros. De manera que no es una carga impuesta únicamente a Puerto Rico.

La paz y la libertad que disfrutamos fue ganada y es mantenida mediante la disuasiva militar, que sigue siendo creíble debido a las continuas prácticas y entrenamiento. Sí, pueden ocurrir accidentes durante el entrenamiento. Pero algún día, vidas americanas -y puertorriqueñas- se salvarán porque las situaciones de combate en las que pueden encontrarse las fuerzas militares lucirán exactamente como las de Vieques.

DANIEL JOHN SOBIESKI

Chicago