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Puerto Rico Perfil: El Regimiento del 65 de Infantería en Corea

30 de junio de 2000
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El 25 de junio del 2000 se celebró el quincuagésimo aniversario del comienzo de la Guerra de Corea. Ese día en 1950, tropas de Corea del Norte invadieron a Corea del Sur dando inicio a un conflicto que hasta la fecha todavía no se ha resuelto. Para muchos norteamericanos, cuyas tropas lucharon durante tres años en Corea del Norte y del Sur y quienes todavía patrullan la frontera entre las dos, se trata de "la guerra olvidada" - que no cuenta con el drama de la victoria de la Segunda Guerra Mundial o la derrota de Vietnam.

Sin embargo, en este año de aniversario, se ha hecho recuerdo a nuestra nación de la contribución de los hombres y mujeres que sirvieron en Corea. En innumerables ceremonias alrededor del país, veteranos y colegas de los que perdieron sus vidas fueron reconocidos y honrados. El Presidente Clinton, en un discurso ante el Monumento a la Guerra de Corea en Washington, D.C., dijo: "No cabe duda: Corea fue todo lo peor de una guerra. Pero también demostró lo mejor de Estados Unidos. Los norteamericanos, coreanos del sur y nuestros aliados que lucharon en Corea establecieron la norma de valor que puede que algún día sea equiparada, pero nunca superada".

De todos los que sirvieron con honor y distinción en Corea, pocos demostraron el valor, lealtad y determinación del Regimiento del 65 de Infantería de Puerto Rico. Desde su creación en 1899 hasta 1950, el regimiento había sido relegado a tareas de menor importancia. En Corea, los hombres del 65 de Infantería tuvieron la primera oportunidad de probar su valor a los escépticos dentro del sistema militar de los Estados Unidos y se valieron al máximo de esa oportunidad. Durante el curso de la guerra, el Regimiento del 65 de Infantería participó en nueve de los principales enfrentamientos y desempeñó un papel decisivo en varias de las contiendas más críticas. Tal como les dijo su comandante, el Coronel William W. Harris, en 1951: "Muchos los subestimaron cuando recién llegaron a Corea. Puedo asegurarles ahora que no hay nadie que no esté de acuerdo que han demostrado ser excelentes soldados en combate. Son endemoniadamente buenos y estoy muy orgulloso de ustedes".

El Ejército de los Estados Unidos organizó el primer batallón de tropas puertorriqueñas en 1899. Se reorganizaron como el Regimiento Provisional de Infantería de Puerto Rico en 1901, y se destacaron al ejército regular de los Estados Unidos en 1908. En ese entonces, los soldados del Regimiento de Puerto Rico se consideraban "tropas coloniales", responsables solamente por la defensa de su propia isla. En la Primera Guerra Mundial esa función se extendió de manera poco significativa cuando se asignaron a las tropas puertorriqueñas a la defensa del Canal de Panamá.

El Regimiento recibió el nombre del 65 de Infantería en 1920. En la Segunda Guerra Mundial, el 65 de Infantería operó inicialmente en la cuenca del Caribe, pero a la larga fue enviado a luchar al norte de Africa y Europa, donde su participación en el campo bélico fue muy limitada.

Eso cambió en la Guerra de Corea.

El 26 de agosto de 1950, el Regimiento del 65 de Infantería salió de Puerto Rico y atravesó el Canal de Panamá en dirección al otro extremo del Pacífico. Cuando se encontraban en tránsito se celebró un concurso para dar al regimiento un apodo. El nombre que ganó fue "Borinqueneers" en honor a Borinquen, una tribu de indios puertorriqueños, y desde entonces ha sido sinónimo de los grandes logros del 65 de Infantería en Corea.

Los Borinqueneers desembarcaron en Pusán, Corea del Sur, el 23 de septiembre de 1950. Durante los siguientes tres años los soldados puertorriqueños se distinguieron de innumerables formas.

Se los reconoce como los mejores en dos acontecimientos. A fines de 1950, después que un enorme ejército chino se unió a las fuerzas de Corea del Norte, la Primera División de la Marina de los Estados Unidos fue obligada efectuar una retirada de mayor envergadura. El Regimiento del 65 de Infantería fue instrumental en la protección de las líneas de abastecimiento que eran necesarias para esa retirada. Gracias al 65 de Infantería, los marinos pudieron regresar exitosamente a Corea del Sur, evitando así un potencial desastre.

A comienzos de 1951, los Borinqueneers se encontraron en medio de un desesperado encuentro por el control de dos colinas cerca de Seoul, Corea del Sur. Después de tres días de lucha, apuntaron sus bayonetas y marcharon directamente hacia las fuerzas enemigas chinas. El enemigo se dio a la fuga y se logró la captura de las colinas.

Esas dos heróicas confrontaciones se han inmortalizado muchas veces con el otorgamiento de muchos honores de batalla a los valientes hombres que lucharon en ellas. Sin embargo, además de estas importantes victorias, la historia de los puertorriqueños en la Guerra de Corea está llena de relatos diarios de heroísmo.

Las tropas puertorriqueñas provenientes del trópico eran famosas por sus métodos para mantenerse calientes en los crudos inviernos coreanos. "Dondequiera que los latinos se encuentran tratando de protegerse contra los azotes invernales a los cuales no están acostumbrados", indicó un informe noticioso, "pueden encontrarse ingeniosas unidades de generación de calor que van desde sopletes a estufas para tiendas de campaña".

Los Borinqueneers también mantuvieron estrechos lazos con su hogar y cultura. Formaban bandas para tocar música latina, no perdían la pista de los juegos de béisbol en Puerto Rico y escuchaban los discursos grabados del Gobernador Luis Muñoz Marín. Más aún, reforzaron su fe religiosa reuniéndose todos los domingos para la Misa y devociones nocturnas de rezo del rosario.

Pedro Rodríguez luchó con el Ejército de los Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial y en Corea. Original de Lajas, Puerto Rico, se unió al Regimiento del 65 de Infantería a los 22 años, en 1934. Había trabajado como conductor de una carreta de bueyes desde sus 14 años. "Cuando llegué al ejército estaba muy contento", comentó en 1999. "Uno necesita un verdadero trabajo y aprecia mucho lograr uno que realmente le gusta".

Rodríguez relata entre sus mejores recuerdos la marcha a través de Francia hacia Alemania al final de la Segunda Guerra Mundial, mayormente porque nunca vio un soldado alemán. Por otro lado, su peor experiencia fue en Corea, cuando fue herido por una granada que mató a varios de sus compañeros.

Rodriguez recibió dos Estrellas de Plata en Corea por dos incidentes de ejemplar heroísmo. Regresó a Puerto Rico después de la guerra y disfrutó de una larga carrera como empleado del servicio postal. Murió el pasado 19 de octubre.

Son muchos los soldados puertorriqueños como Pedro Rodríguez que lucharon en Corea: personas comunes y corrientes que se alejaron de su hogar para defender los principios de su país y se convirtieron en héroes en la lucha por sobrevivir una horrible guerra. Otro veterano de Corea, el Brigadier General retirado, Antonio Rodríguez Balinas, también recibió una Estrella de Plata. Hablando en una reciente actividad auspiciada por Heroes & Heritage, una organización que conmemora la participación de los hispano-norteamericanos en las fuerzas armadas de los Estados Unidos, comentó: "La contribución de Puerto Rico a la defensa nacional ha sido sobresaliente y, en algunos casos,... decisiva, como en la Guerra de Corea. Puerto Rico a hecho por esta nación mucho más de lo que le correspondía".

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