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SAN JUAN (AP) Los dirigentes del Partido Republicano de Puerto Rico intentarán convencer al candidato presidencial George Bush de que apoye el plan del presidente Bill Clinton para establecer este año un proceso que solucione el status político de la isla.

Edison Misla Aldarondo, miembro del Comité Nacional, sostuvo en informes publicados que la idea es asegurarse de que el proceso establecido por Clinton tenga continuidad con el cambio presidencial.

Misla Aldarondo dijo que Bush es un liberal dentro del Partido Republicano, por lo que no rechazará el plan de status de Clinton como lo hizo el líder de la mayoría del Senado, Trent Lott.

EDITORIAL - Opciones para Puerto Rico

11 de julio de 2000
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Constituiría un significativo aporte al diálogo político del corriente año que se comenzara a hablar acerca de la necesidad de que los puertorriqueños decidan su propio futuro político.

Los puertorriqueños viven en una especie de limbo político. Su actual status -conocido como Estado Libre Asociado (ELA)- le otorga a la isla una forma de autogobierno como parte de los Estados Unidos. Los residentes son ciudadanos americanos, por ejemplo, pero pagan impuestos al gobierno central de Puerto Rico.

Algunos encuentran que esa situación es ideal, pero otros se quejan de que no es mucho mejor que ser una colonia de los Estados Unidos. Los puertorriqueños se pueden mudar a los Estados Unidos y gozar de todos los derechos y obligaciones de la ciudadanía americana, posibilidad que algunos consideran atractiva.

Pero eso no soluciona el impedimento de los puertorriqueños para escoger su propio camino político. De manera que siguen viviendo la ya centenaria experiencia de recibir directivas de los Estados Unidos.

El presidente Bill Clinton se las arregló para encaminar las cosas en la dirección correcta cuando, recientemente, invitó a la Casa Blanca a los líderes de todo del espectro político de Puerto Rico.

No fue una reunión más. Se trató de la primera vez que un presidente estadounidense realizaba una reunión de ese tipo. Y puso de manifiesto que la cuestión del status de Puerto Rico integra la agenda nacional en las discusiones de la campaña política de este año.

Sin dudas.

Si el presidente Clinton consigue que la gente comience a hablar sobre las diversas opciones y la necesidad de que los puertorriqueños decidan su propio futuro político, contribuirá de manera substancial al diálogo político de este año. Eso es particularmente importante en estados tales como Florida, que tienen grandes poblaciones puertorriqueñas y en los cuales la este tema tiene mucha resonancia.

Clinton indicó que definirá todas las opciones de status para Puerto Rico hacia fin de año. El plazo fijado no es arbitrario. Para esa fecha, los Estados Unidos deben informar al Comité de Descolonización de las Naciones Unidas acerca de lo que están haciendo para descolonizar Puerto Rico.

Definir opciones es un desafío menor en el caso de Puerto Rico, de lo que sería hacerlo para otros territorios que quisieran determinar su propio futuro político.

Por lo general, las opciones en Puerto Rico son claras: por un escaso margen, la mayoría la tiene el grupo que prefiere que las cosas se mantengan como están, es decir que la isla continúe siendo un Estado Libre Asociado de los EE.UU.; casi la misma cantidad de puertorriqueños ansía la estadidad, mientras que un pequeño grupo de ciudadanos desea la independencia.

El esfuerzo de Clinton consistiría en delinear cuatro opciones más detalladas: las tres enumeradas anteriormente más una que mantendría el ELA, pero otorgándole a Puerto Rico libertades adicionales.

Después de todo, la nación tendrá que ponerse en marcha para brindarles a los puertorriqueños una oportunidad de expresar sus preferencias.

Bandera roja de quienes se oponen a la estadidad

10 de julio de 2000
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