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Click here to see this document in English. PUERTO RICO HERALDPerfil de Puerto Rico: Juez Edwin Torres1 de diciembre de 2000 Edwin Torres lleva una doble vida. Durante el día se desplaza por los corredores de salas de justicia dictaminando la ley y el orden. En la noche explora las calles llenas de criminales y traficantes de drogas, pandillas y policías corruptos. Pero si bien ha pasado décadas mezclando los anales de la ley con el mundo del crimen, Torres no ha sido objeto de censura o prosesamiento criminal. Al contrario, ha sido alabado y galardonado, porque Torres, que durante 20 años ha trabajado con el Tribunal Supremo del Estado de Nueva York, es también un popular autor de ficción criminal. Edwin Torres nació en la ciudad de Nueva York en 1931. Sus padres eran puertorriqueños y la familia vivía en el vecindario predominantemente puertorriqueño que se conoce como El Barrio en el área de Spanish Harlem en Manhattan. Torres recuerda que de niño iba al cine Fox Star en la calle 107 y la Avenida Lexington. Por 10 centavos podía ver una película, pero la verdadera atracción estaba en los informes noticiosos que mostraban a Joe DiMaggio jugando con los Yankees. "Era lo más próximo que existía entonces a un ídolo popular", Torres comenta en un documental de PBS sobre la vida de DiMaggio. "Era simplemente el hombre". A pesar de haber crecido en la pobreza, Edwin Torres recibió educación pública de calidad. Se graduó de la escuela superior Stuyvesant, una de las más prestigiosas escuelas secundarias del sistema de educación pública en Nueva York. Luego estudió en el City College de la Universidad de la Ciudad de Nueva York, seguido de la Facultad de Derecho del Brooklyn College. Fue admitido a la Associación de Abogados del Estado de Nueva York en 1958. Torres se ha destacado en su carrera de derecho y ha creado una reputación por ser particularmente severo con los peores criminales de la ciudad. En 1977 fue designado a ocupar un puesto de juez en el Tribunal Penal del Estado de Nueva York. Tres años más tarde fue electo al Tribunal Supremo del Estado, donde se desempeña como juez representando el Duodécimo Distrito Jurídico de la ciudad. En la ciudad de Nueva York, el Tribunal Supremo tiene jurisdicción sobre los casos criminales y el Juez Torres ha presidido en una gran cantidad de casos de asesinato que han recibido mucha atención del público. Por ejemplo, en 1991, Torres fue el juez en el juicio del asesinato de un turista en una estación del subterráneo en Nueva York. También presidió en un caso reciente que involucró el asesinato de un miembro de la Mafia en un club nocturno de Manhattan. En otro caso, sentenció a un término de prisión de 50 a 100 años a un hombre que perpetró una serie de horribles crímenes sexuales cuando se encontraba en libertad condicional. "La junta que determina la liberta condicional sufrió de aturdimiento colectivo cuando decidieron dejar en libertad en nuestra sociedad a un demonio como este", observó Torres en su sentencia. Torres no ofrece disculpas por la rudeza de algunas de sus sentencias. "Una sociedad que pierde su sentido de ira ante la injusticia", ha dicho, "está condenada a extinción". Un juez que atiende a diario todos los problemas asociados con el crimen podría esperarse que buscara retirarse de ese mundo cuando se quita el atuendo oficial de juez. No obstante, para el juez Torres el final de sus días en el tribunal es sólo el comienzo de su trabajo nocturno como escritor de aventuras de ficción criminal. Mucho antes del éxito y fama de abogados que han pasado a convertirse en destacados autores como John Grisham y Scott Turow, Edwin Torres combinaba su conocimiento legal con su entendimiento de las calles de Nueva York para producir emocionantes obras de ficción. Carlitos Way (1975) y su continuación, After Hours, dan seguimiento a las actividades de Carlito Brigante, un personal ficticio puertorriqueño que se destaca en el mundo bajo como líder de traficantes y trato de blancas que termina en prisión y luego se esfuerza por enmendar su vida cuando es puesto en libertad. Otra novela, Q & A (1977), presenta la investigación de un condecorado teniente de la policía de Nueva York a quien se sospecha de corrupción. Los libros de Torres exploran lo que un crítico ha llamado "los rincones más ocultos y bastos de la ley". Tratan no sólo con las obras de pandillas y traficantes de drogas sino también, tal como en Q & A, con la insidiosa presencia de racismo y prejuicios en el sistema de justicia penal. Varias de las noveles de Torres han sido adaptada a películas de Hollywood. La versión cinematográfica de Q & A se lanzó en 1990 con la actuación estelar de Nick Nolte y Armand Assante. Los libros Carlitos Way y After Hours fueron la inspiración para la película Carlitos Way en la que se destacó Al Pacino en el papel principal. Bajo la dirección de Brian DePalma (Los Intocables y Misión Imposible) Carlitos Way se convirtió en una de las más populares películas de suspenso sobre pandillas. Las versiones cinematográficas tanto de Carlitos Way y Q & A han recibido el aclamo de la audiencia general sin perder el tenor del autor puertorriqueño de los libros. Uno de los críticos de las películas escribió: "se abre la posibilidad de un tipo de híbrido útil, un ambiente en que los elementos puertorriqueños de la producción no necesitan ser sometidos a otros intereses". En otras palabras, mientras que a los puertorriqueños a menudo se los proyecta de manera estereotipada en las películas de Hollywood (por ejemplo el frecuentemente citado ejemplo de West Side Story), Carlitos Way y Q & A ofrecen un sentido más profundo de los personajes puertorriqueños que emanan directamente de las noveles de Edwin Torres. El juez Torres continúa destacándose en sus dos carreras, presidiendo en casos que se destacan en los titulares de la prensa durante el día y escribiendo sus obras de ficción que les sirven a Hollywood durante las noches. Tal vez un día escriba un libro que relate su propia vida: un niño de El Barrio que se convierte en un juez y autor, comprometido a mantener los ciminales y elementos indeseables fuera de las calles de Nueva York y expuestos de manera segura entre las páginas de sus libros.
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