El
martes por la noche, en su discurso sin precedente de tres minutos
en la televisión pública de Puerto Rico, el Presidente
Clinton se dirigió directamente al pueblo puertorriqueño
a fin de pedirles que apoyaran su decisión de permitir
el entrenamiento militar en Vieques durante tres años
más. También pidió que le dieran a la Armada
la oportunidad de parmanecerse en Vieques indefinitivamente.