Más arriba: Presidente
de la Camára Baja Dennis Hastert (R-IL), Rep. George Miller
(D-CA), Sen. Larry Craig (R-ID), Rep. Dan Burton (R-IN). Centro:
Líder Mayoritario del Senado Trent Lott (R-MS),
Pres. Bill Clinton, Sen. Bob Graham (D-FL), Líder Minoritario
del Senado Tom Daschle (D-SD). Más abajo: Líder
Minoritario de la Cámara Baja Richard Gephardt (D-MO),
Sen. Frank Murkowski (R-AK), Rep. Don Young (R-AK)
|
¿Ejercerán
sus responsabilidades constitucionales aprobando legislación
federal de plebiscito?
¿Qué significado
tienen los resultados para el Congreso a largo plazo?
Tanto el plebiscito de 1993 como el
de 1998 se realizaron por disposición de leyes locales,
luego de que se frustrara en el Congreso la aprobación
de leyes que definieran las opciones disponibles para alcanzar
un status permanente.
En ausencia de una clara política
legislativa sobre el status de Puerto Rico, la mayoría
de los votantes aparentemente prefirió abstenerse de escoger
entre las opciones de status legalmente reconocidas. Sin embargo,
los resultados del plebiscito de 1998 -en contraste con los de
1993- no permiten que el Congreso los ignore, ya que esta vez
no se apoyó definición una poco realista de ELA.
En cambio, el voto por "ninguna
de las anteriores" de 1998 demuestra que el proceso de autodeterminación
de Puerto Rico permanecerá inerte hasta que el congreso
autorice un plebiscito federal en el cual se precisen a los votantes
los términos para la estadidad, la soberanía independiente
o la continuación del actual status bajo la autoridad
que le otorga al Congreso la cláusula territorial.
Congressional Sponsored
Plebiscite Necessary
The 1998 plebiscite confirms the need
for Congress to ascertain the will of the people of Puerto Rico
among options Congress is willing to consider. This can be accomplished
only if Congress sponsors a referendum under Federal law and
informs the voters of the terms for continuing the current status
or changing to a new status.
Es necesario un plebiscito
patrocinado por el Congreso
El plebiscito de 1998 confirma la
necesidad de que el Congreso indague la voluntad del pueblo de
Puerto Rico sobre las opciones que el mismo Congreso está
dispuesto a considerar. Esto solamente puede lograrse si el Congreso
patrocina un referéndum bajo la ley federal e informa
a los votantes sobre los términos para la continuidad
del status actual o para cambiarlo por uno nuevo.
|
El Movimiento de
la estadidad federada:
Cien años de evolución
A fin de consolidar el ideal de la estadidad
de Puerto Rico, el Dr. José Celso Barbosa fundó
el Partido Republicano Puertorriqueño el 4 de julio de
1899. El Partido Republicano obtuvo la mayoría legislativa
de 1900 a 1904. Los republicanos tuvieron la difícil y
delicada labor de adoptar el sistema político americano
a la realidad colonial insular.
Durante esos cuatro años aprobaron
las bases legales para el Puerto Rico del siglo XX. La legislación
significativa incluyó: el juicio por jurado; el habeas
corpus; comienzos de la primera legislación laboral; la
libertad de religión, palabra y prensa; los códigos
político, civil, penal, criminal y de procedimiento; la
ley de contribuciones; la nueva ley electoral que otorgaba el
voto a los analfabetos; el español y el inglés
como idiomas oficiales; el establecimiento del sistema escolar
público; de becas para estudiar en los Estados Unidos;
de escuelas industriales; de la Universidad de Puerto Rico; el
puesto de historiador oficial de Puerto Rico; y la creación
de la policía insular.
La americanización para Barbosa no
era incompatible con el patriotismo isleño, más
bien era el instrumento vital para lograr la justicia social
y el progreso económico. Para él, la unidad política
con los Estados Unidos no implicaba disolver la personalidad
cultural del pueblo puertorriqueño. La asimilación
política no era sinónimo de asimilación
cultural. Estaba convencido que la lengua de Calderón
podía coexistir con la de Shakespeare creando así
un pueblo más educado y dinámico. -Gonzalo F. Cordova
|
No queda duda de que el prospecto de los impuestos
federales para la elite de Puerto Rico, y no la preferencia de
los electores por el status quo, fue lo que impidió el
triunfo categórico de la estadidad el 13 de diciembre.
Al pagar muy pocas o ningunas contribuciones bajo el poroso aparato
de recaudaciones de Hacienda, el cinco por ciento más
acaudalado del país sintió más temor por
la eficiencia del Servicio de Rentas Internas federal que por
el Estado Libre Asociado.
Por haber revivido tan artísticamente
el espectro de las contribuciones federales como la maldición
de la estadidad, los defensores del estado libre asociado les
han restregado en las narices a los contribuyentes estadounidenses
los más de $10,000 millones anuales en subsidios puertorriqueños,
lo que ha invitado a la reevaluación de la filosofía
de "algo a cambio de nada" que ha servido como sustento
del PPD durante más de 45 años.
Washington nos quitará nuestro "almuerzo
gratis" cuando Young y sus colegas congresistas investiguen
las implicaciones y causas de los resultados del voto por "Ninguna
de las anteriores". Alentado por los constituyentes estadounidenses,
es casi un hecho que se presentará y se aprobará
una legislación para hacernos llevar nuestra propia carga
fiscal.
Una vez alcanzada la dudosa distinción
de ciudadanía estadounidense de primera clase en lo que
respeta a las contribuciones, gracias al PPD, es muy probable
que lo que venga sea la ciudadanía estadounidense total
e igual como residentes del quincuagésimo primer estado
de la nación, tan seguro como que después del día
viene la noche. -Miriam Ramirez de Ferrer, MD
Se suponía que el reciente referéndum
de Puerto Rico establecería el futuro rumbo político
de la isla. En lugar de esto, como saldo de la votación
se avistan negros nubarrones de tormenta para la isla caribeña.
[L]a papeleta presentaba tantas opciones y
los diversos partidos realizaron campañas tan negativas,
que no debería sorprender que los disgustados ciudadanos
emitieran un voto de protesta en un comicio que consideraban
resultaría inútil.
El Congreso debería aprobar otro referéndum,
esta vez obligatorio, que incluya sólo opciones viables.
"Ninguna de las anteriores" no ayuda a resolver el
futuro de la isla. -The Tampa Tribune, Editorial
Washington - Nada impide, dentro de la actual
relación de los EE.UU. con Puerto Rico, que el Congreso
exija la recaudación de contribuciones federales en el
Estado Libre Asociado (ELA) de Puerto Rico, sostuvo el jueves
un experto en asuntos constitucionales del Congressional Research
Service (CRS).
"El Congreso tiene plena autoridad para
imponer contribuciones en los territorios de los Estados Unidos
y no hay nada especial en el ELA que pueda impedirlo", dijo
John Killian, quien con frecuencia redacta informes sobre Puerto
Rico para el Congreso. "Pago de impuestos sin representación,
es simplemente un slogan. No hay nada al respecto en la Constitución",
expresó Killian.
[P]uede estar consolidándose aquí
una "tendencia" para que Puerto Rico contribuya al
tesoro federal... [mientras que] muchos funcionarios federales
comenzaron a preguntarse aquí porqué la isla recibe
unos $10 mil millones anuales en fondos federales sin hacer contribuciones
al tesoro. -Robert Friedman, The San Juan Star
|
SAN JUAN, Puerto Rico. El pueblo de Puerto Rico está
dividido. El Congreso no definirá la situación.
¿Cómo puede resolver Puerto Rico el debate -que
ya lleva varias décadas- sobre el status político
con los Estados Unidos?
La resolución del problema del status parece atrapada
en un dilema similar al del huevo y la gallina.
En San Juan, los votantes esperan que Washington se pronuncie
ya sea por la estadidad de Puerto Rico, la ampliación
del Estado Libre Asociado actual o su independencia. Los votantes
quieren definiciones sobre asuntos espinosos, tales como el idioma,
la ciudadanía y los impuestos, y quieren que el Congreso
de garantías de que implementará la opción
ganadora.
Pero en los 100 años que han transcurrido desde
que las tropas estadounidenses invadieron Puerto Rico, durante
la Guerra Hispano-Americana, el Congreso nunca precisó
las opciones para Puerto Rico ni autorizó a los isleños
a elegir.
En Washington, los políticos esperan que primero
decidan los puertorriqueños.
Los líderes estadounidenses sostienen que es muy
complejo anticipar precisiones, y muestran poca iniciativa para
abordar la difícil tarea.
El estancamiento cuesta tiempo, energía
y dinero, tanto en San Juan como en Washington, y no se visualiza
el fin para una relación política que podría
describirse como la mayor colonia del mundo o una isla en el
limbo. -Osceola Sentinel
Después de cuatro siglos del colonialismo bajo España,
y un siglo y tres días después de firmar el Tratado
de París el 10 de diciembre, 1898, anticipamos una decisión
a favor de la descolonización.
Todas las opciones en la papeleta habrían brindado
la dignidad, libertad y el orgullo a todos los puertorriqueños.
Pero todas las tres opciones comprendían la aceptación
de ciertas obligaciones y responsabilidades.
Desgraciadamente, el 50% de los votantes decidieron no
decidir. Puerto Rico decidió no decidir. La decisión
ahora queda en manos de Washington. -Neftali Fuster
Histórico resultado del Plebiscito: se
insta que el Congreso ayude a resolver el problema de status
"Estoy seguro que una vez que el Congreso
haya asumido sus responsabilidades bajo la Cláusula Territorial
de la Constitución y definido las opciones de status realmente
disponibles para el pueblo de Puerto Rico, éste elegirá
la estadidad.
"Nacido en 1904, y ciudadano estadounidense
en 1917 por la ley, anticipo celebrar mi propio centenario bajo
una bandera americana de 51 estrellas." -Luis A. Ferré
"Últimamente,
los puertorriqueños deberán enfrentar dos opciones:
la independencia o la estadidad." -Rep. Dan Burton (R-IN)
"El virtual flujo
de dólares federales desde los Estados Unidos hacia el
ELA de Puerto Rico, tiene los días contados." -Rep.
Don Young (R-AK)
SITIOS DE INTERNET RELACIONADOS:
|
|