Comenzó la preparación
para las audiencias sobre el status dispuestas por Young: ¿Qué
motivó a los puertorriqueños a votar en contra
de las únicas opciones constitucionales presentes en la
papeleta?
El presidente de la Comisión de Recursos de la Cámara
de Representantes, Don Young (Rep.-Alaska.), órgano que
tiene a su cargo la supervisión de los territorios, hizo
el anuncio más importante efectuado en Washington sobre
el asunto del status: al día siguiente del plebiscito
adelantó su intención de realizar audiencias para
evaluar la votación del 13 de diciembre a comienzos de
1999, cuando comience a sesionar el 106º Congreso.
Young señaló que "a pesar de que la estadidad
recibió el mayor número de votos, el hecho de que
el 50,3% eligiera "ninguna de las anteriores" refleja
la diversidad de opiniones de los 3,8 millones de ciudadanos
estadounidenses que viven en la isla, un significativo nivel
de confusión y su incapacidad para resolver una cuestión
que le cuesta a los contribuyentes americanos más del
$ 10 millones anuales".
"A mi modo de ver, la estadidad y la soberanía
independiente son alternativas aceptables para el Congreso",
afirmó el representante republicano por Alaska, estado
que ingresó a la Unión en 1959. "Dado que
'ninguna de las anteriores' recibió la mayoría
de los votos, planeo realizar audiencias de supervisión
para ver qué condujo al pueblo a votar en contra de las
únicas opciones constitucionalmente disponibles para Puerto
Rico, que estaban en las papeletas", agregó.-CARIBBEAN
BUSINESS
|
Los votantes de Arizona aprobaron, con intolerancia, una amplia
iniciativa que prohibe a los trabajadores de ese estado usar
cualquier otro idioma que no sea el inglés durante el
cumplimiento de sus obligaciones laborales.
La Corte Suprema de Arizona declaró que la ley viola
los derechos constitucionales de libertad de expresión
y de igualdad ante la ley. La semana pasada, la Corte Suprema
de los EE.UU. La Corte Suprema dejó firme la disposición
de la corte estatal sin hacer comentarios.
¿Qué más se puede decir?
El predominio mundial del inglés como lenguaje comercial,
financiero y político no se verá afectado en lo
más mínimo. Y los Estados Unidos se fortalecerán
aún más con esa libertad. -Myriam Marquez, ORLANDO
SENTINEL
¿Qué significado tienen
los resultados para el Congreso a largo plazo?
Tanto el plebiscito de 1993 como el
de 1998 se realizaron por disposición de leyes locales,
luego de que se frustrara en el Congreso la aprobación
de leyes que definieran las opciones disponibles para alcanzar
un status permanente.
En ausencia de una clara política legislativa
sobre el status de Puerto Rico, la mayoría de los votantes
aparentemente prefirió abstenerse de escoger entre las
opciones de status legalmente reconocidas. Sin embargo, los resultados
del plebiscito de 1998 -en contraste con los de 1993- no permiten
que el Congreso los ignore, ya que esta vez no se apoyó
definición una poco realista de ELA.
En cambio, el voto por "ninguna de las
anteriores" de 1998 demuestra que el proceso de autodeterminación
de Puerto Rico permanecerá inerte hasta que el congreso
autorice un plebiscito federal en el cual se precisen a los votantes
los términos para la estadidad, la soberanía independiente
o la continuación del actual status bajo la autoridad
que le otorga al Congreso la cláusula territorial.
Es necesario un plebiscito patrocinado
por el Congreso
El plebiscito de 1998 confirma la
necesidad de que el Congreso indague la voluntad del pueblo de
Puerto Rico sobre las opciones que el mismo Congreso está
dispuesto a considerar. Esto solamente puede lograrse si el Congreso
patrocina un referéndum bajo la ley federal e informa
a los votantes sobre los términos para la continuidad
del status actual o para cambiarlo por uno nuevo.
SAN JUAN, Puerto Rico. El pueblo de Puerto Rico está
dividido. El Congreso no definirá la situación.
¿Cómo puede resolver Puerto Rico el debate -que
ya lleva varias décadas- sobre el status político
con los Estados Unidos?
La resolución del problema del status parece atrapada
en un dilema similar al del huevo y la gallina.
En San Juan, los votantes esperan que Washington se pronuncie
ya sea por la estadidad de Puerto Rico, la ampliación
del Estado Libre Asociado actual o su independencia. Los votantes
quieren definiciones sobre asuntos espinosos, tales como el idioma,
la ciudadanía y los impuestos, y quieren que el Congreso
de garantías de que implementará la opción
ganadora.
Pero en los 100 años que han transcurrido desde que
las tropas estadounidenses invadieron Puerto Rico, durante la
Guerra Hispano-Americana, el Congreso nunca precisó las
opciones para Puerto Rico ni autorizó a los isleños
a elegir.
En Washington, los políticos esperan que primero decidan
los puertorriqueños.
Los líderes estadounidenses sostienen que es muy complejo
anticipar precisiones, y muestran poca iniciativa para abordar
la difícil tarea.
El estancamiento cuesta tiempo, energía y dinero, tanto
en San Juan como en Washington, y no se visualiza el fin para
una relación política que podría describirse
como la mayor colonia del mundo o una isla en el limbo. -OSCEOLA
SENTINEL
SITIOS DE INTERNET RELACIONADOS:
|
|
La mejor manera de nosotros rendirle homenaje a de Hostos
sería el que logremos lo que él propuso hace cien
años y le fue negado en Puerto Rico por sectores políticos
en aquel tiempo. Esto es, el que dejemos a un lado ambiciones
personales, el partidismo, rencillas, calumnias, mentiras, miedos
infundados y distorción de los hechos, que contaminaron
nuestro escenario político con motivo de la consulta sobre
status el pasado 13 de diciembre. Debemos, en vez, tener en mente
el legado de Hostos y pensar inteligentemente para lograr una
unidad y armonía que en un abrazo de reconciliación,
logremos un concenso para solicitar este año al Congreso
106 de Estados Unidos una legislación que establezca un
proceso bajo el cual podamos votar en un plebiscito final por
opciones de status descolonizadoras que sean viables, legítimas
y aceptables a Estados Unidos y a la comunidad internacional...
Pero lo que no se puede incluir en el plebiscito es una opción
que sea el problema que tratamos de resolver como lo es
el presente status de Puerto Rico, ni tampoco una libre asociación
con disposiciones que sean inaceptables a Estados Unidos por
estar fuera de su marco constitucional, como fue la opción
de libre asociacíón en la consulta del 13 de diciembre,
y sería la nueva definición del estado libre asociado,
el mejor de los mundos, que ya ha sido rechazado por el Congreso
de Estados Unidos. -Guillermo Moscoso
|
A fin de consolidar el ideal de la estadidad
de Puerto Rico, el Dr. José Celso Barbosa fundó
el Partido Republicano Puertorriqueño el 4 de julio de
1899. El Partido Republicano obtuvo la mayoría legislativa
de 1900 a 1904. Los republicanos tuvieron la difícil y
delicada labor de adoptar el sistema político americano
a la realidad colonial insular.
Durante esos cuatro años aprobaron
las bases legales para el Puerto Rico del siglo XX. La legislación
significativa incluyó: el juicio por jurado; el habeas
corpus; comienzos de la primera legislación laboral; la
libertad de religión, palabra y prensa; los códigos
político, civil, penal, criminal y de procedimiento; la
ley de contribuciones; la nueva ley electoral que otorgaba el
voto a los analfabetos; el español y el inglés
como idiomas oficiales; el establecimiento del sistema escolar
público; de becas para estudiar en los Estados Unidos;
de escuelas industriales; de la Universidad de Puerto Rico; el
puesto de historiador oficial de Puerto Rico; y la creación
de la policía insular.
La americanización para Barbosa no
era incompatible con el patriotismo isleño, más
bien era el instrumento vital para lograr la justicia social
y el progreso económico. Para él, la unidad política
con los Estados Unidos no implicaba disolver la personalidad
cultural del pueblo puertorriqueño. La asimilación
política no era sinónimo de asimilación
cultural. Estaba convencido que la lengua de Calderón
podía coexistir con la de Shakespeare creando así
un pueblo más educado y dinámico. -Gonzalo F. Cordova
No queda duda de que el prospecto de los impuestos
federales para la elite de Puerto Rico, y no la preferencia de
los electores por el status quo, fue lo que impidió el
triunfo categórico de la estadidad el 13 de diciembre.
Al pagar muy pocas o ningunas contribuciones bajo el poroso aparato
de recaudaciones de Hacienda, el cinco por ciento más
acaudalado del país sintió más temor por
la eficiencia del Servicio de Rentas Internas federal que por
el Estado Libre Asociado.
Por haber revivido tan artísticamente
el espectro de las contribuciones federales como la maldición
de la estadidad, los defensores del estado libre asociado les
han restregado en las narices a los contribuyentes estadounidenses
los más de $10,000 millones anuales en subsidios puertorriqueños,
lo que ha invitado a la reevaluación de la filosofía
de "algo a cambio de nada" que ha servido como sustento
del PPD durante más de 45 años.
Washington nos quitará nuestro "almuerzo
gratis" cuando Young y sus colegas congresistas investiguen
las implicaciones y causas de los resultados del voto por "Ninguna
de las anteriores". Alentado por los constituyentes estadounidenses,
es casi un hecho que se presentará y se aprobará
una legislación para hacernos llevar nuestra propia carga
fiscal.
Una vez alcanzada la dudosa distinción
de ciudadanía estadounidense de primera clase en lo que
respeta a las contribuciones, gracias al PPD, es muy probable
que lo que venga sea la ciudadanía estadounidense total
e igual como residentes del quincuagésimo primer estado
de la nación, tan seguro como que después del día
viene la noche. -Miriam Ramirez de Ferrer, MD
Se suponía que el reciente referéndum
de Puerto Rico establecería el futuro rumbo político
de la isla. En lugar de esto, como saldo de la votación
se avistan negros nubarrones de tormenta para la isla caribeña.
[L]a papeleta presentaba tantas opciones
y los diversos partidos realizaron campañas tan negativas,
que no debería sorprender que los disgustados ciudadanos
emitieran un voto de protesta en un comicio que consideraban
resultaría inútil.
El Congreso debería aprobar otro
referéndum, esta vez obligatorio, que incluya sólo
opciones viables. "Ninguna de las anteriores" no ayuda
a resolver el futuro de la isla. -THE TAMPA TRIBUNE, Editorial
Washington - Nada impide, dentro de la
actual relación de los EE.UU. con Puerto Rico, que el
Congreso exija la recaudación de contribuciones federales
en el Estado Libre Asociado (ELA) de Puerto Rico, sostuvo el
jueves un experto en asuntos constitucionales del Congressional
Research Service (CRS).
"El Congreso tiene plena autoridad
para imponer contribuciones en los territorios de los Estados
Unidos y no hay nada especial en el ELA que pueda impedirlo",
dijo John Killian, quien con frecuencia redacta informes sobre
Puerto Rico para el Congreso. "Pago de impuestos sin representación,
es simplemente un slogan. No hay nada al respecto en la Constitución",
expresó Killian.
[P]uede estar consolidándose aquí
una "tendencia" para que Puerto Rico contribuya al
tesoro federal... [mientras que] muchos funcionarios federales
comenzaron a preguntarse aquí porqué la isla recibe
unos $10 mil millones anuales en fondos federales sin hacer contribuciones
al tesoro. -Robert Friedman, THE SAN JUAN STAR
Después de cuatro siglos del colonialismo
bajo España, y un siglo y tres días después
de firmar el Tratado de París el 10 de diciembre, 1898,
anticipamos una decisión a favor de la descolonización.
Todas las opciones en la papeleta habrían
brindado la dignidad, libertad y el orgullo a todos los puertorriqueños.
Pero todas las tres opciones comprendían la aceptación
de ciertas obligaciones y responsabilidades.
Desgraciadamente, el 50% de los votantes
decidieron no decidir. Puerto Rico decidió no decidir.
La decisión ahora queda en manos de Washington. -Neftali
Fuster
|