Carta abierta al Congresista Gutiérrez:
A veces usted resulta paradójico.
Al mismo tiempo que se enorgullece de su labor
como legislador americano, usted es partidario de la independencia
para el pueblo de Puerto Rico, negándole de este modo
a casi cuatro millones de ciudadanos americanos que viven allí
los mismos derechos y responsabilidades que, como ciudadanos,
disfrutan usted y su familia.
Si usted verdaderamente piensa que la independencia
es la mejor opción para Puerto Rico, y que ser puertorriqueño
y americano son categorías que se excluyen mutuamente,
entonces debería hacer que sus hechos se correspondan
con sus dichos e irse a vivir a Puerto Rico y luchar por sus
ideales.
Resulta un tanto hipócrita que alguien que
está viviendo el sueño americano de la manera que
usted lo hace le niegue ese mismo sueño a millones de
puertorriqueños que consideran a esta querida isla su
hogar. Por favor deje de socavar nuestra lucha por la igualdad.
Usted no es nuestro representante electo. -Roberto Guzman, THE
SAN JUAN STAR
WASHINGTON - En el más fuerte mensaje de
la administración Clinton sobre el status del ELA emitido
hasta ahora, los departamentos de Estado y de Justicia manifestaron
que nada había cambiado políticamente en la relación
de los EE.UU. con la isla desde 1952, y que: " Puerto Rico
sigue siendo un territorio" sujeto a los plenos poderes
del Congreso.
"El status de Puerto Rico desde la creación
del sistema del ELA es que el status de Puerto Rico sigue siendo
el mismo", dijeron los abogados de ambas agencias en un
escrito presentado ante la Corte de Apelaciones de los EE.UU.
para el distrito de Columbia.
El escrito continúa: "A pesar de que
el Congreso, a través del acta de 1950 autorizó
el proceso para instituir democráticamente un gobierno
constitucional local en Puerto Rico, el Congreso retuvo la facultad
de legislar sobre Puerto Rico".
Los abogados sostuvieron que las cortes también
han indicado que "el status de Puerto Rico en relación
con los Estados Unidos sigue siendo el mismo desde el establecimiento
del sistema del ELA".
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PELIGROS DEL "NOSOTROS"
CONTRA "ELLOS" EMPLEADO POR EL PPD PARA OPONERSE A
LA ESTADIDAD: SE TRATA UNA IDEOLOGIA FUNDADA SOBRE UNA MALA INTERPRETACION
DE LO QUE SIGNIFICA CULTURA Y SER PUERTORRIQUEÑO
El Partido Popular Democrático se opone
a la estadidad de Puerto Rico. Justifica su postura basándose
en la idea percibida de que Puerto Rico es una cultura "latinoamericana",
diferente de y, por consiguiente, de alguna manera incompatible
con, la cultura de los EE.UU. Por otra parte, la actual administración,
el Partido Nuevo Progresista, cree que Puerto Rico y sus ciudadanos
han abrazado y comparten la cultura de los Estados Unidos.
Al fin de cuentas, la cultura es la que importa,
la que describe la manera en que la gente debe ser compatible
a fin de posibilitar la unión política, su cultura
política; es decir, debemos hacer hincapié en la
cultura política cuando tratamos de medir la compatibilidad
de Puerto Rico y los Estados Unidos.
Desde el Tratado de París que causó
el fin de la guerra, Puerto Rico ha sido territorio americano
y sus residentes han vivido bajo la Constitución de los
Estados Unidos. Durante ese tiempo, Puerto Rico y su gente han
llegado a abrazar la Constitución de los Estados Unidos
y, en particular, las libertades individuales protegidas por
la Declaración de Derechos. Como resultado, Puerto Rico
se ha separado, culturalmente, de sus raices latinas durante
el último siglo. -JAIME PIERAS, JR., Juez Estadounidense
de Distrito, Zappa v. Cruz
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San Juan - Mientras los puertorriqueños permanecen divididos
sobre si van a convertirse o no en un estado de los EE.UU. ,
la rápida recuperación de la isla del Huracán
Georges muestra una paradoja: en cuanto a economía se
trata, Puerto Rico ya es prácticamente un estado.
En el largo plazo, Rosselló y otros
miembros de su partido pro estadidad sueñan con el día
en que Puerto rico no sólo parezca un estado por su economía,
sino que efectivamente sea la estrella 51 en la bandera de los
EE.UU.
"La estadidad es una herramienta de desarrollo",
afirmó el zar económico Vivoni. "No sólo
porque recibiríamos más fondos federales, sino
por que la percepción de estabilidad que trae ser un estado.
La estadidad significaría más negocios e inversiones".
- Doreen Hemlock, SUN-SENTINEL
El movimiento que busca la aprobación
legal del uso del inglés como idioma oficial de los EE.UU.
resulta inútil y, lo que es peor, irritante. Los ciudadanos
americanos no deberían olvidar que este país ha
sido siempre una nación de inmigrantes que eventualmente
aprendieron el inglés; imponer por ley un idioma oficial
sólo pondría de manifiesto la xenofobia de una
mayoría que va disminuyendo.
[E]l inglés seguirá siendo de
facto el idioma común elegido por todos debido a su utilidad
como elemento unificador. No es necesario dictar ninguna legislación
para que así sea. Los alarmistas que politizan la cuestión
simplemente ponen de manifiesto una lamentable tendencia en la
historia americana: un inexplicable temor a los forasteros. -Brian
Winter, Daily Texan (U. Texas-Austin)
El verdadero significado del resultado del
plebiscito todavía aún no ha sido esclarecido,
pero gracias al seminario (Puerto Rican Cultural Society of Dayton
Symposium on Puerto Rico status) tengo una mejor perspectiva
de porqué los votantes se manifestaron por "ninguna
de las anteriores".
¿Por qué? Ninguna de las opciones
ofrecidas en el plebiscito de diciembre significaba un progreso
en el status quo. Los argumentos eran los mismos de siempre,
anticuados y poco relevantes para el mundo en que vivimos. Actualmente
tenemos una globalización muy grande, no sólo del
comercio sino también de ideas y de cómo y dónde
vivir. Las fronteras entre los estados se hacen difusas mientras
los lazos nacionales e internacionales se tornan cada vez más
fuertes. Uno de los oradores se preguntaba si el Congreso de
los EE.U. sólo aceptaría a Puerto Rico cuando los
puertorriqueños se pareciesen y actuasen más como
los americanos del continente. Pero en realidad la demografía
indica que el continente se parecerá cada vez más
a Puerto Rico, que incluye una mezcla de culturas, muchas basadas
en la herencia hispana.
Adentrándome más, pensé
que habría escogido la estadidad. Pero esa opción
no parecía muy clara. El Congreso había impuesto
limitaciones. Para complicar las cosas, el gobernador Rosselló,
defensor de la estadidad, había pasado más tiempo
buscando consenso en Washington que en San Juan.
Imponer la estadidad por medio de maniobras
políticas podría haber funcionado en el siglo 19,
como ocurrió en Ohio. Pero los votantes actuales son más
sofisticados. Es esencial alcanzar primero el consenso interno
para que Puerto Rico pueda avanzar. -Kay
Semion, DAYTON DAILY NEWS
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Como Procurador General de los EE.UU. durante las presidencias
de Reagan y Bush, insto al Congreso a auspiciar un proceso democrático
para resolver el status de Puerto Rico, basado en los principios
constitucionales que reconocen iguales derechos y responsabilidades
para todos los ciudadanos, y el gobierno con el consenso de los
gobernados. Aunque estos valores básicos rigieron el proceso
por el cual nuestra nación resolvió el status de
otros 33 grandes y populosos territorios desde 1789, en 1998
el Congreso dejó una vez más sin resolver la postergada
cuestión del status de Puerto Rico.
Sin embargo, en lugar de preguntarse por qué el Congreso
todavía no tiene planes para poner fin al actual status
de limbo político en el que se encuentra Puerto Rico,
muchos eruditos reaccionaron ante el reciente plebiscito realizado
bajo la ley local de Puerto Rico mostrando su perplejidad por
que los partidarios de la estadidad en el territorio no han abandonado
su causa a pesar de no haber conseguido la mayoría.
Por lo tanto, en lugar sentirnos confusos porque los líderes
de la estadidad en Puerto Rico demandan que el Congreso actúe
sobre las bases del reciente plebiscito, recordemos que América
se convirtió en la nación más grande de
la historia de la humanidad otorgándole al pueblo las
herramientas para la autodeterminación. Tarde o temprano
el Congreso tendrá que hacer lo mismo con Puerto Rico,
y cuanto antes lo haga, mucho mejor para Puerto Rico y la nación
en su conjunto. -Dick Thornburgh
Es necesario un plebiscito
patrocinado por el Congreso
El plebiscito de 1998 confirma la necesidad
de que el Congreso indague la voluntad del pueblo de Puerto Rico
sobre las opciones que el mismo Congreso está dispuesto
a considerar. Esto solamente puede lograrse si el Congreso patrocina
un referéndum bajo la ley federal e informa a los votantes
sobre los términos para la continuidad del status actual
o para cambiarlo por uno nuevo.
La americanización para Barbosa no
era incompatible con el patriotismo isleño, más
bien era el instrumento vital para lograr la justicia social
y el progreso económico. Para él, la unidad política
con los Estados Unidos no implicaba disolver la personalidad
cultural del pueblo puertorriqueño. La asimilación
política no era sinónimo de asimilación
cultural. Estaba convencido que la lengua de Calderón
podía coexistir con la de Shakespeare creando así
un pueblo más educado y dinámico. -Gonzalo F. Cordova
"A mi modo de ver, la estadidad y la
soberanía independiente son alternativas aceptables para
el Congreso", afirmó el representante republicano
por Alaska, Don Young, cuyo estado ingresó a la Unión
en 1959. "Dado que 'ninguna de las anteriores' recibió
la mayoría de los votos, planeo realizar audiencias de
supervisión para ver qué condujo al pueblo a votar
en contra de las únicas opciones constitucionalmente disponibles
para Puerto Rico, que estaban en las papeletas", agregó.
-CARIBBEAN BUSINESS
No queda duda de que el prospecto de los impuestos
federales para la elite de Puerto Rico, y no la preferencia de
los electores por el status quo, fue lo que impidió el
triunfo categórico de la estadidad el 13 de diciembre.
Al pagar muy pocas o ningunas contribuciones bajo el poroso aparato
de recaudaciones de Hacienda, el cinco por ciento más
acaudalado del país sintió más temor por
la eficiencia del Servicio de Rentas Internas federal que por
el Estado Libre Asociado. -Miriam Ramirez de Ferrer, MD
"El Congreso tiene plena autoridad para
imponer contribuciones en los territorios de los Estados Unidos
y no hay nada especial en el ELA que pueda impedirlo. Pago de
impuestos sin representación, es simplemente un slogan.
No hay nada al respecto en la Constitución", dijo
John Killian. -Robert Friedman, THE SAN
JUAN STAR
SAN JUAN: UN PARAÍSO PARA LOS
TURISTAS
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